29 junio 2012

Bernard Herrmann


El 29 de junio de 1911 nació en Nueva York el compositor y director de orquesta estadounidense Bernard Herrmann, definido como el nombre más insigne de toda la historia de la música cinematográfica y que, hasta el momento, hasta el momento, no ha podido ser bajado de ese podio a pesar de sólo haber obtenido un premio Oscar en toda su carrera. Él comprendió mejor que nadie la imagen y los problemas de la música cinematográfica y fue creador de los temas líricos mas bellos y los más terroríficos. Fue modelo para todos. Independiente y rebelde, con una sólida formación clásica que también le permitió una vida musical al margen de Hollywood gracias a sus sinfonías, cantatas y una ópera. Él mismo orquestaba sus partituras dándole a su música un estilo propio definido e identificable.

Con una afición musical transmitida por su padre, Herrmann estudió música en diversas escuelas (entre ellas, la Joulliard School of Music) con compañeros como Jerome Moross y profesores como Aaron Copland. A los 12 años ganó un premio por una canción y a los 18 ya había compuesto un ballet para un show de Broadway. Tras graduarse en composición y dirección, en 1933 entró a trabajar en la CBS Radio como asistente de Johnny Green, encargándose de dirigir la orquesta sinfónica y componer para seriales radiofónicos. De esta forma conoció a Orson Welles quien estaba buscando alguien que le compusiera músicas para sus obras.

Herrmann y Orson Welles
Una de éstas, “La Guerra de los Mundos”, que marcó un hito en la historia de la radio, le permitió acercarse aún más a un Orson Welles en plena preparación de la que fuese su más famosa y controvertida película: “Citizen Kane” (Ciudadano Kane, 1941). Orson le ofreció a Herrmann la creación de la música de su film, que para ambos sería el debut en Hollywood. A Herrmann se le permitió componer en condiciones totalmente atípicas a la época (12 semanas para componer y orquestar sus propias composiciones) y también tuvo una amplia participación en el montaje del film. Herrmann decía que cada film debía tener su "personalidad musical" o sea, una coloración musical, ritmo, etc. en sintonía con las imágenes.

Para el caso de “Citizen Kane”, Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4 (The London Philharmonic Orchestra). Herrmann optó por una instrumentación reducida (en contraposición con las grandes orquestas utilizadas por sus contemporáneos Newman, Korngold, Steiner) y le dio gran importancia a las sonoridades graves de ciertos instrumentos de viento como clarinete, tuba, oboe, trombón y fagot, creando una sonoridad oscura, la cual se convirtió en su sello musical. Finalizado su trabajo en 'Citizen Kane', Herrmann probablemente no hubiese continuado mucho tiempo en Hollywood de no ser por su siguiente composición para el film “The Devil and Daniel Webster” (El Hombre que vendió su alma) en 1941 por la cual recibió su único Oscar.


Continuó con “The Magnificent Ambersons” (El cuarto mandamiento, 1942); “Jane Eyre” (Alma rebelde, 1944) y “Hangover Square”- (Concierto Macabro, 1945) Parte 1, Parte 2 (Philip Fowke, piano).

'Concierto Macabro' (1945)
En este film, famoso por su concierto para piano, compuesto especialmente por Herrmann, donde consigue reemplazar las palabras y gritos del personaje principal -un atormentado pianista famoso con arrebatos de locura-, por las notas que toca en el piano cuando trata de componer. Pero el piano no sólo se limita a servir de portavoz, también se convierte en un obsesivo compañero de andanzas callejeras, confidente de amargos pesares... Y cómplice de sus horribles asesinatos.

Le siguieron “Anna and the King of Siam” (Ana y el rey de Siam, 1946) y “The Ghost and Mrs. Muir” (El Fantasma y la Señora Muir, 1947) con su cadencioso andante cantabile. La colosal cinta de Mankievicz que mezcla el fantástico con el toque romántico estuvo magistralmente apoyada en la partitura de Herrmann. Se considera una de sus grandes obras maestras perteneciente a su primera etapa.

'Ultimatum a la Tierra' (1951)
En 1951 el director Robert Wise lo contactó para que realizara la música de su película de ciencia ficción “The Day the Earth stood still” (Ultimátum a la Tierra, 1951) (The National Philharmonic Orchestra). Esta vez le encomendaron "componer algo especial”. Herrmann se lo tomó al pie de la letra y compuso quizás una de las más admirables partituras de films de este género, anticipándose a lo que fuera un sonido propio de las películas del futuro, con la invención de los instrumentos electrónicos y los sonidos que, hasta hoy se relacionan con las películas de Ciencia Ficción.

Para ello utilizó una instrumentación muy particular como inusual: violín eléctrico, bajo eléctrico, dos theremines, cuatro pianos, cuatro arpas y lo que Herrmann denominó una muy extraña sección de más de una treintena de metales, que llegaban a producir los sonidos más inverosímiles que se puedan llegar a escuchar. Lo que Herrmann quería producir era la sensación de una música de otro mundo, fría, deshumanizada y alejada de todo lirismo. Ese sonido metálico debía ser una llamada de atención a la progresiva deshumanización de la civilización occidental.


A este film le siguieron “The Snows of Kilimanjaro” (Las nieves del Kilimanjaro, 1952), “Beneath the 12-Mile Reef “(Duelo en el fondo del mar, 1953), “The Egyptian” (Sinué, el Egipcio, 1954) y "The Man In The Grey Flannel Suit" (1956), Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4 (20th Century Fox Symphony Orchestra & dir. Herrmann).

'Simbad y la Princesa' (1958)
Para “The Seventh Voyage of Simbad” (Simbad y la princesa, 1958) incluyó una poderosa obertura y a lo largo de la película, utilizó múltiples instrumentos como el xilófono en la batalla de los esqueletos. Hoy día esta película es considerada como una de las mejores fantasías orientales producidas por Hollywood y una de las obras maestras del mago de los efectos especiales Ray Harryhausen, pero también es célebre por contener una de las músicas más frescas e imaginativas compuestas hasta entonces.

En “Journey to the Center of the Earth” (Viaje al centro de la tierra, 1959) (The National Philharmonic Orchestra & dir. Herrmann), creó sonidos que dibujaban lugares desconocidos y solemnizó los escenarios utilizando cinco órganos (uno de ellos de catedral), instrumentos que hasta entonces solían estar relacionados con motivos religiosos; concluyó su etapa fantástica con “Jason and the Argonauts” (Jason y los Argonautas, 1963). En todas ellas los pulpos gigantes, los esqueletos beligerantes o las inclemencias meteorológicas han sido mucho más creíbles gracias a quien supo darles existencia con su música.

Hitchcock vigila el sueño de Herrmann
Alfred Hitchcock llevaba años tratando de conseguir trabajar junto con Herrmann y lo logró con “The trouble with Harry” (Pero, ¿quién mató a Harry?) 1956. Hitchcock acostumbraba en sus films a darle poca importancia a las emociones de sus personajes. Su atención se centraba generalmente en las escenas de suspense. Era un hombre frío, distante, mientras que por el contrario, Herrmann era apasionado y no dudaba en exteriorizar sus estados de ánimo. Cuando ambos se encontraron se complementaron plenamente. El carácter áspero de ambos le trajo aparejado numerosas enemistades y frustraciones personales; sin embargo, entre ellos se forjó una admiración mutua que duró varios años. De esta manera se formó una de las más fructíferas fusiones de un director y un compositor que ha dado la historia del cine.


Así crearon, además de la citada, “The man who knew too much” (El hombre que sabía demasiado, 1956), “Vertigo” (Vértigo, 1958), “North by Northwest” (Con la muerte en los talones, 1959) (City of Prague Philharmonic Orchestra); “Psycho” (Psicosis) 1960”; “The Birds” (Los Pájaros, 1963) y “Marnie” (Marnie, la ladrona, 1964)

Como curiosidad podemos comentar el uso de un tipo de música típicamente español, como el fandango, que funciona como soporte de una agresiva orquestación para metales y percusión, en el film “Vértigo”, con su melodía de la inolvidable escena de amor (Esa-Pekka Salonen, dir. & The Los Angeles Philharmonic Orchestra). Sin embargo Herrmann no buscaba resaltar nada hispano en la película (la misma transcurre íntegramente en EEUU y no existe ninguna relación con lo hispano); su intención era crear una especie de caleidoscopio musical que ilustrara lo que estaba por venir, una evocación de la enloquecida danza que tendrá lugar entre el protagonista y el mundo que lo rodea.

'Con la muerte en los talones' (1959)
Mención aparte merece el hábil uso que Herrmann hace del silencio. Él mismo decía "Si eres pintor no significa que no puedas usar el negro, que es la ausencia de color; lo mismo ocurre con la música pero se llama silencio". Esto se ve claramente en la recordada escena de persecución de Cary Grant por una avioneta: la persecución transcurre en total silencio y el sonido llega sólo al final, cuando la avioneta se estrella contra un camión cisterna, dando alivio a la tensión generada por la ausencia de música.

En 1960, después de rodar “Psicosis”, Hitchkock no quedó muy satisfecho con el producto obtenido y pensó en la posibilidad de no estrenarla en cines sino reducirla a una hora de duración e incluirla en su serie televisiva 'Alfred Hitchkock presenta', pero entonces Herrmann le sugirió irse de vacaciones de Navidad mientras él componía y grababa la música y a la vuelta se lo pensaba mejor. Hitchcock contestó que sí pero con la condición de que Herrmann no compusiera ninguna música para la famosa escena del asesinato en la ducha. Como es bien sabido, Herrmann no hizo caso a esto: el resto es historia. Herrmann trató de reflejar el mundo oscuro del film y llegó a una solución sin precedentes en la historia de la música de películas: utilizar únicamente una orquesta de cuerdas intentando, de esta manera, complementar la fotografía en blanco y negro del film con una música "en blanco y negro" “Psycho Suite” (The BBC Concert Orchestra & Keith Lockhart).

Janet Leigh en 'Psicosis'
Hasta entonces era impensable una música de película de terror sin el empleo de golpes de platillos, redobles de timbal, acordes de metales con sordina, clarinetes chirriantes y otros trucos baratos que Hollywood usó durante décadas. Por otro lado cuando uno piensa en una orquesta de cuerdas generalmente lo asocia con escenas de amor. Para él, la música en las películas debía reflejar cosas que no se veían directamente en la pantalla (estados de ánimo, situaciones de riesgo, sentimientos ocultos, etc.). Este hecho se puede notar claramente en la escena en la que la protagonista Janet Leigh conduce su automóvil tras robar una cuantiosa suma de dinero; la música de este momento es de una gran tensión y nos induce a pensar que algo malo está por suceder. Si viésemos esta misma escena sin música alguna podríamos llegar a pensar que la actriz está yendo o viniendo de hacer sus compras en un supermercado.

'Psicosis' (1960)
El mejor ejemplo de lo logrado por Herrmann lo tenemos en la escena de la ducha. Hitchcock tenía en mente que el único sonido que se escuchara en esta escena fuese el sonido del agua cayendo desde la ducha y los gritos de la protagonista. Pero Herrmann utilizó muy hábilmente unos histéricos violines de manera que parecen los gritos de la mujer así como remiten al sonido del afilado cuchillo entrando en la carne de la víctima, luego el resto de las cuerdas más graves produce un efecto de descenso y muerte lenta. Esta música no sólo es una obra maestra de lo macabro y una de las músicas más imitadas en la historia del cine sino que es un elemento esencial para marcar el tono del film.



A pesar del éxito de la película y de su banda sonora, Hitchcock decidió que su próxima película “Birds” (Los Pájaros) (The Arizona State University Symphony Orchestra & dir. Henry Charles Smith) no contara con música alguna y asignó a Herrmann el cargo de asesor de sonido.

Herrmann y Hitchcock
El argumento de Hitchcock era que quería que se escucharan únicamente el ruido de los pájaros y temía que la música interfiriera en esto. El sonido de los pájaros fue creado con un instrumento electrónico de extraño nombre, el “mixturtrautonium”, lo que prueba que Herrmann no cesaba de experimentar con nuevas herramientas. Debido a los nuevos aires que soplaban en los estudios de Hollywood, Hitchcock le pidió a Herrmann que para su próxima película, “Torn Curtain” (Cortina rasgada, 1966), compusiera una música más moderna y comercial. Herrmann se negó rotundamente y fue súbitamente despedido tras una agria y violenta discusión. Esta separación de ambos fue tan fulminante como trágica y nunca más volvieron a trabajar juntos. Por otra parte el genio del suspense no volvería a conseguir un éxito como los anteriores y el compositor musical abandonó Hollywood.

'Fahrenheit 451' (1966)
En 1962, el director J. Lee Thompson, gran admirador de Hitchcock, contrató a Herrmann para la banda sonora de su thriller psicológico 'Cape Fear' (El cabo del miedo). En 1966 el director de cine francés Francis Truffaut, otro fan de Hitchcock, decidió volar hacia Inglaterra para filmar su antológica "Fahrenheit 451" (National Philharmonic Orchestra & dir. Bernard Herrmann), basada en la novela de Ray Bradbury. Allí se encontró con Herrmann y le encomendó la composición de la banda sonora que sugiriera un hipotético estilo siglo XXI. Herrmann entendió que no debía remarcar musicalmente la crudeza de la historia sino todo lo contrario, dulcificarla y darle así, una imagen de mundo ideal y soñado por la protagonista, enfrentada con la intolerancia de un sistema que prohibía estrictamente la lectura. De esta manera quedó plasmada una de las partituras más impresionistas de Herrmann.

Después de esta película ambos trabajaron juntos en “La marieé était en noir” (La novia vestida de negro, 1967), para la cual Herrmann compuso una música tenebrosa que reflejaba los tormentos internos de la protagonista, una mujer psicótica que mata compulsivamente en venganza por la muerte de su marido, ocurrida el mismo día de su boda. Pero Truffaut exigió al compositor una música más agradable y esto, sumado a ser obligado a utilizar el concierto para mandolina de Vivaldi, desesperó al compositor. Esta sería la última película en la que ambos trabajaron juntos.

'Sisters' (1972)
En la década de los setenta y después de un injusto destierro, el director Brian de Palma decide convocarlo para componer la música de su película “Sisters” (Hermanas, 1972) (The City of Prague Philharmonic Orchestra). La partitura compuesta para la ocasión demostró que el compositor se encontraba intacto, así como su mal genio, que derivó en continuas discusiones e insultos con el resto del equipo. Más allá de estos hechos, De Palma volvería a encargarle la música para su próximo trabajo: “Obsession” (Fascinación, 1975).

En 1975, después de leer el guión de "Taxi Driver", Martin Scorsese pensó en Herrmann como única opción posible para hacer la música de la película. El film iba a ser una especie de "gótico neoyorquino" y él sabía que sólo Herrmann podía crear las sombrías sonoridades que la película precisaba. Al principio Herrmann no se mostró interesado por la idea. "no sé nada sobre taxistas" fueron sus primeras palabras, pero tras leer el guion se sintió tan fascinado por el protagonista, el taxista Travis Bickle (Robert de Niro) que aceptó inmediatamente. No obstante, se encontró con el problema de que la película exigía una partitura de corte jazzístico, idioma musical que Herrmann no dominaba, para lo cual le pidió ayuda a su amigo, el orquestador Christopher Palmer.

Este decidió adaptar una melodía que haba compuesto Herrmann para un olvidado musical de teatro y le dio un toque musical de blues. A Herrmann le gustó tanto el arreglo, que decidió utilizarlo como tema principal, interpretado mayormente por el saxo y que describe a la perfección la soledad e incomprensión que siente el protagonista. Scorsese diría más tarde: "Trabajar con Herrmann fue una de las experiencias más satisfactorias que tuve en el cine". El 24 de diciembre de 1975, un día después de finalizar las grabaciones para "Taxi Driver" (The City of Prague Philharmonic Orchestra), Herrmann falleció mientras dormía.

Herrmann compuso piezas sinfónicas, cantatas ('Moby Dick'), ballets y una ópera, 'Wuthering Heights' (1943-1951) (Orquesta Nacional de Montpellier Languedoc-Roussillon Dir Alain Altinoglu) - algunas basadas en varios de sus trabajos para el cine - realizó grabaciones de Holst, Vaughan Williams, Lambert, etc., así como numerosos trabajos para televisión (entre los que se destacan los trabajos para “The Twilight Zone” (En los límites de la realidad). Sin lugar a dudas, Bernard Herrmann no puede ser considerado simplemente como un compositor de música para cine, sino como uno de los grandes compositores del siglo XX. Él mismo despreciaba la denominación de 'compositor de músicas de películas' y sostenía que "muchos grandes compositores de diversas nacionalidades - Auric, Bliss, Copland, Frankel, Prokofiev, Rota, Shostakovich, Walton -, compusieron para el cine, siendo este sólo un aspecto de su capacidad creativa".

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