26 septiembre 2012

George Gershwin


El 26 de septiembre de 1898 nació en Brooklyn, Nueva York el compositor estadounidense, George Gershwin. Hijo de una familia de inmigrantes rusos de origen judío, su talento para la música se manifestó a temprana edad, cuando, mediante un voluntarioso aprendizaje autodidacto, aprendió a tocar el piano de oído. Ante su entusiasmo, su padre decidió hacerle estudiar en serio con un profesor, Charles Hambitzer, quien le descubrió el mundo sonoro de compositores como Liszt, Chopin o Debussy.

En un país que, hasta el final de la Primera Guerra Mundial, había dependido en el ámbito musical casi exclusivamente de modas, compositores e intérpretes llegados de Europa, George Gershwin fue el primero en hacer oír una voz inequívocamente autóctona, aunque capaz, al mismo tiempo, de conquistar el éxito fuera de las fronteras de su patria. Y lo hizo a través de unas obras en que hábilmente se sintetizaban elementos procedentes del jazz y de la tradición clásica, y que le permitieron destacar por igual en campos tan dispares como el de la música sinfónica y la popular. Sin embargo, los grandes referentes de Gershwin en aquellos primeros años fueron Irving Berlin y Jerome Kern, reyes del Broadway de la época gracias a sus canciones y sus comedias musicales.

El deseo de triunfar como compositor en las salas de concierto, aunque latente entonces, no tomaría forma hasta años más tarde. Así, abandonó en 1914 sus estudios para trabajar en unos almacenes de música en los que, sentado al piano, presentaba al público las melodías de moda. Pronto se animó él mismo a componer sus primeras canciones, algunas de las cuales consiguieron cierto éxito como 'Swanee' (1919), popularizada por el cantante Al Jolson y que en su día vendió más de un millón de partituras, y, sobre todo, le valieron la oportunidad de escribir su primer musical para Broadway, “La, la, Lucille”. Su inmediato éxito significó el verdadero comienzo de su carrera como compositor.

Fred Astaire, George y Ira Gershwin

A éste siguieron otros títulos como 'He loves and she loves' (New York Philharmonic & Zubin Mehta), 'Lady be good', 'Oh Kay!', 'Funny face' (1927), 'Girl crazy' (1930) y 'Of thee I sing' (1931), con canciones como 'Someone to watch over me', 'I've got a crush on you''How long has this thing been going on'''S wonderful', 'But not for me''Embraceable you', 'I got rhythm' , 'A foggy day' o 'Love is here to stay', con letras de su hermano Ira, que contribuyeron a cimentar su fama y a convertirlo en un personaje aún más popular que sus admirados Kern y Berlin.

En 1919 compuso 'Lullaby for Strings' (Moscow Philharmonic Orchestra, dir Dimitri Kitayenko). A partir de la década de 1920, inició también la composición de otros trabajos destinados a las salas de concierto. Fecha señalada en este sentido fue la del 12 de febrero de 1924, cuando estrenó en el Aeolian Hall de Nueva York “Rhapsody in blue”, (En el Royal Albert Hall, 1976: El único concierto donde Leonard Bernstein hace de director y pianista a la vez), una pieza para piano y orquesta en la que de manera original se sintetizaban algunos elementos del jazz, como la síncopa, con otros de procedencia clásica. El éxito de la "Rhapsody in blue",  fue fulminante y pronto se interpretó en América y Europa, constituyéndose en página indispensable en el repertorio de las más famosas orquestas sinfónicas. Esta obra influyó notablemente en compositores europeos y estadounidenses, que comenzaron a utilizar en sus obras melodías y patrones rítmicos del jazz, que por fin se había vuelto "respetable".



Gershwin logró aunar en su “Rhapsody in Blue” tres elementos fundamentales de la música de su país: la tradición popular pianística, el tratamiento armónico de la música del teatro de variedades y toda la atmósfera del blues afroamericano.

Frecuentemente se suele clasificar a Gershwin como un sinfonista del jazz; tal planteamiento es tan simple como clasificar a Falla como un sinfonista del flamenco. Lo cierto es que Gershwin enraizó su música en la tradición de su país y aprovechó la riqueza rítmica, armónica y melódica que tuvo a su alrededor en función de una mayor y más moderna expresividad sinfónica. La obra no está concebida como un concierto para piano y orquesta, pues la función del piano, aunque de claro carácter solista, no sigue la línea concertante clásica, ya que Gershwin lo sitúa unas veces como solista y otras como mero acompañante.

La obra fue polémica, sobre todo a causa de esa misma mezcla de estilos «serio» y «ligero» que constituye su esencia, pero en poco tiempo consiguió hacerse con un puesto en el repertorio de los mejores solistas y las más destacadas orquestas. El éxito no hizo olvidar a Gershwin sus numerosas lagunas técnicas, por lo que prosiguió sus estudios musicales con la intención de enriquecer su estilo y abordar metas más ambiciosas. En 1925 llegó otra composición concertante, el 'Concierto para piano en fa', (André Previn director y pianista, London Symphony Orchestra,) a la que siguió tres años más tarde la pieza sinfónica 'Un americano en París' (London Symphony Orchestra & Richard Williams).


La culminación de su carrera como compositor llegó en 1935 con la ópera 'Porgy and Bess', Aria 'Summertime' (Harolyn Blackwell, Glyndebourne Chorus, London Philharmonic Orchestra & Sir Simon Rattle)

Summertime,
And the livin' is easy
Fish are jumpin'
And the cotton is high

Your daddy's rich
And your mamma's good lookin'
So hush little baby
Don't you cry

One of these mornings
You're going to rise up singing
Then you'll spread your wings
And you'll take to the sky

But till that morning
There's a'nothing can harm you
With daddy and mamma standing by

Convincente retrato de la vida de una comunidad negra en el sur de Estados Unidos, en la que el autor, fiel a su estilo, sintetizó las dos tradiciones que conocía: la estadounidense, representada por el jazz y el espiritual, y la sinfónica europea. A pesar de algunas dificultades iniciales, 'Porgy and Bess' se impuso rápidamente en los escenarios de todo el mundo, hasta el punto de que hoy es la ópera estadounidense por antonomasia.
Gershwin, sin embargo, no pudo disfrutar durante mucho tiempo de su éxito: una enfermedad truncó prematuramente su vida, privando a la música estadounidense de uno de sus compositores más representativos y universales. Falleció a los 38 años en Beverly Hills en el año 1937.


Se conocen alrededor de 30.000 versiones grabadas de 'Summertime'. La primera grabación que alcanzó las listas de ventas americanas fue la de Billie Holiday en septiembre de 1936. Otras grabaciones memorables incluyen las de Louis Armstrong y Ella Fitzgerald en 1957, las de Gene Vincent y Miles Davis en 1958, Sam Cooke en 1961, Gerry and the Pacemakers en 1964, la de Janis Joplin en 1968, así como las de Jill Scott & George Benson y los Zombies. La versión de mayor éxito comercial fue la de Billy Stewart en 1966, que alcanzó el Top10 del Hot100 y que a su vez recibió versión en español de Tony Ronald en 1968.
En el mundo del jazz podemos encontrar magníficas interpretaciones. Ninguno de los grandes se ha podido resistir a interpretar 'Summertime': Charlie Parker, Chet Baker, Charles Mingus, Art Pepper, Zoot Sims, Julie London, Shelly Manne ...

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