20 agosto 2012

LP 'Slow Train Coming'


El 20 de agosto de 1979 se publicó en Estados Unidos 'Slow Train Coming', el décimonoveno álbum de Bob Dylan y su primer trabajo tras su sorpresiva conversión al Cristianismo. Todas las canciones contenidas en él expresan su fe personal y lo que el cantautor percibió como positivo en la doctrina y filosofía cristianas. Fue el primero de los tres álbumes que se citan en la así llamada 'etapa cristiana' de Dylan, completada con 'Saved' (1980) y 'Shot of Love' (1981).

En el invierno 1978/79 Dylan ha terminado su hasta entonces más larga gira mundial y termina exhausto tras cosechar las peores críticas de su carrera. Las malas lenguas aseguran que el titánico esfuerzo se debe a las altas demandas económicas que los abogados de Sara plantean en su demanda de divorcio. La condición física de Bob en los últimos conciertos no es la mejor y en algunos de ellos sube con fiebre al escenario. En San Diego sucede un hecho, en principio insignificante, que dará lugar a importantes cambios en su carrera y vida personal. Dylan lo contó así en una entrevista de 1979: "Hacia el final del show creo que más de uno podía notar que no me encontraba muy bien y alguien del público lanzó un pequeño crucifijo de plata al escenario. Generalmente no suelo recoger las cosas que lanzan al escenario, pero en aquella ocasión miré aquella cruz y me dije: 'Tengo que tenerla'. Así que me agaché, la metí en mi bolsillo y viajó conmigo hasta la siguiente ciudad en Arizona. Allí me sentía incluso peor que en San Diego y me dije: 'Necesito algo especial esta noche'. No sabía qué podía ser. Ya lo habia probado todo. 'Necesito algo esta noche que no he probado aún'. Entonces metí la mano en el bolsillo y alli estaba el crucifijo."

Aquel momento en su habitación del hotel de Tucson fue para Dylan una revelación y estaba convencido de haber experimentado una presencia divina. "Jesús se me apareció como el Rey de Reyes. Había una Presencia en la habitación que no podía ser otro que Jesús. Puso su mano sobre mí -fue una sensación física, la sentí sobre mí- y todo mi cuerpo tembló."
Una amiga de Bob con la que mantenía una relación, la actriz afroamericana Mary Alice Artes, recomendó al cantautor, entre otras actividades para su recuperación física y espiritual, conocer y charlar con dos de sus asesores, los pastores Larry Myers y Paul Esmond. Las charlas resultan positivas y Dylan asiste durante tres meses a un curso impartido en un monasterio por la Vineyard Fellowship, una comunidad fundada en 1974 como escisión de la iglesia luterana que hace especial énfasis en las enseñanzas del Viejo Testamento. Al final de ese invierno, Dylan es bautizado y la expresión artística y musical de esta conversión del Judaismo al Cristianismo se plasman en las canciones de su siguiente álbum, 'Slow Train Coming'.

Carolyn Dennis
En un principio, el álbum estaba pensado como una obra gospel para ser cantada por una de las vocalistas de su banda, Carolyn Dennis (futura segunda esposa del cantante) y el papel de Dylan se limitaría a la supervisión musical y producción. Para ello funda en enero de 1979 un sello discográfico propio, Accomplice Records. Como músicos de sesión contrata, entre otros, al baterista Pick Withers y al guitarrista Mark Knopfler, ambos miembros del por entonces aclamado grupo Dire Straits. Pero Dylan se vio atrapado en el proceso y termina cantando él mismo los temas del álbum.

Entre los días 30 de abril y 4 de mayo de 1979 se graban las bases de las canciones en el Muscle Shoals Sound Studio de Sheffield (Alabama) y en la semana siguiente se añaden los recordings de los músicos de sesión bajo la dirección del productor Jerry Wexler y el guitarrista Mark Knopfler. A continuación Dylan se retiró hasta el verano a su finca en Minnesota donde recibió la visita de Sara y sus hijos.

El primer tema surgido de las sesiones de 'Long Train Running' fue 'Trouble in mind', un blues en el que Dylan habla de las múltiples tentaciones del Mal en el mundo, que se editó como cara B del single 'Preciuos angel' y no apareció en el álbum. El equipo de producción y los músicos presentes en la grabación no esconden su asombro cuando oyen las nuevas canciones. De su separación y divorcio de Sara, un tema recurrente en sus tres álbumes anteriores, no aparece ni una sola línea. Tampoco hay canciones de amor, baladas o críticas sociales. Dylan ofrece únicamente temas sobre su conversión y refundación espiritual, cuyo textos y mensajes pretenden difundir y afianzar la doctrina cristiana. Un claro ejemplo son los tres temas que se grabaron a continuación:

En 'Precious angel' interpretado con un discreto tono country, Dylan nos confiesa: 'He estado ciego durante todos estos años transitando un camino de locos. Ahora he encontrado el camino correcto: el que lleva hacia el Señor'. Knopfler realiza aquí un destacado trabajo con su guitarra.
'When you gonna wake up' insta a todos a despertar y a terminar con la deriva del mundo. ¿Cuándo despertaréis y reconoceréis los verdaderos valores que sólo se encuentran en Dios?...
'Gonna change my way of thinking' es su casi obligatorio blues de doce compases basado en un riff que funcionaría igual de bien en un tema hard rock. También aquí Dylan sorprende con unos textos moralizantes basados en los Evangelios de San Lucas y San Mateo con citas tan lapidarias como 'Quien no está conmigo está contra mi'.

Dylan y Mark Knopfler
Menos adoctrinante suena 'I believe in you', en la que Bob proclama su absoluta fidelidad a Cristo, aunque si se lee fuera del contexto religioso del álbum, el mensaje podría también estar destinado a una persona de carne y hueso.
El tema que dio título al álbum, 'Slow train' es una magnífica pieza rock que sin embargo, contiene uno de los textos menos digeribles de Dylan. En una sucesión de visiones apocalípticas y casi pueriles advertencias de: 'Ya veréis lo que va a pasar y lo que está por venir', culmina en la tercera estrofa describiendo un terrible escenario en el que jeques e inversores extranjeros determinan el futuro moral y económico de Estados Unidos. Esto, naturalmente hizo las delicias de la extrema derecha norteamericana que celebraba jocosa que el otrora portavoz de la contracultura y la izquierda americana transmitiese semejantes ideas. Dylan no tardó en suprimir la tercera estrofa en sus shows en directo...

Dylan en la ceremonia de los Grammy
El tema más conocido y popular del álbum fue 'Gotta serve somebody', que no estaba pensado para que apareciese en la mezcla final del álbum. Wexler no lo consideraba con la calidad suficiente pero Dylan se mostró insistente y gracias a su testarudez la canción se incluyó y Bob recibió por ella el año siguiente su primer Grammy a la mejor interpretación rock masculina del año. Construida en un formato clásico de pieza espiritual o gospel, una simple frase es repetida en el estribillo generando la típica llamada-respuesta del género. El mensaje es diáfano: 'A alguien has de servir, así que si no es a Satanás, no puede ser otro que a Dios...'  La versión que realizó Shirley Caesar en 2003 es la favorita de Dylan, que la considera infinitamente mejor que la original.

En los dos temas siguientes vuelve el tono moralizante: 'Do right to me baby (Do unto others)' esconde el mensaje bíblico: 'No desees a los demás lo que no desees para tí'. Con un ligero ritmo de reggae, Bob, en vez de lanzar el mensaje del amor fraternal cristiano proclamado en el sermón de la colina, prefiere basarse en el viejo Dios del Pentateuco, el que convierte a los humanos en dependientes de su doctrina y capaz de mostrar ira y deseos de venganza.
'When He returns' fue la elegida para cerrar el álbum y el mensaje es esperanzador: Dylan ha encontrado su verdad a través de Dios y anuncia que todo se arreglará cuando vuelva el Mesías.

La última canción en grabarse fue 'Man gave names to all the animals', otro tema con ritmo reggae. Una canción que podría calificarse como infantil en la que Dylan narra la Creación en el Edén. Todo es obra de Dios. Al hombre sólo le queda la tarea de nombrar a los animales que desfilan uno a uno ante él. Como era de esperar, el último turno es el de la serpiente. En plena mitad de la estrofa dedicada a ella la música se corta abruptamente, un recurso apropiado para dar fin a un tema que fue muy popular en Francia.

La vehemencia y el afán adoctrinante de Dylan sorprendió a la gran mayoría. Por supuesto el cantante argumentaría que en sus primeras canciones protesta de los años sesenta existía el mismo ahínco por expresar sus opiniones, pero podemos argüir que entonces evitaba alinearse o identificarse con movimientos sociales o colectivos. 'Slow Train Coming', no sólo convierte el propio despertar religioso de Dylan en protagonista del álbum. El mismo Dylan se erige en él como misionero y predicador. Desde su púlpito se permite polarizar entre el Bien y el Mal y se muestra impermeable e intransigente ante otras corrientes de pensamiento. Todo esto puede parecer consecuente y con sentido desde su propio punto de vista pero dejaba poco lugar para matices y clarooscuros, algo que incomodó a muchos de sus seguidores que no compartían su repentino e irreductible fervor cristiano y la inusitada simpleza de sus textos y mensajes.

Dylan y Wexler durante las sesiones
Lo paradójico fue que aunque denostado por la gran mayoría de críticos y fans, musicalmente el álbum es uno de los trabajos más redondos del cantautor. El sonido es magnífico como así lo fueron las colaboraciones de Mark Knopfler y su guitarra y la cuidada producción del veterano Jerry Wexler. Cuando Dylan, al comenzar el proyecto, le explicó a Jerry el sentido de sus canciones y este tuvo la impresión de que Bob estaba intentando evangelizarle, le dijo: "Escucha, Bob. Estás tratando con un judío ateo de 62 años. Déjate de rollos y hagamos un álbum".



Bob Dylan – guitarra, voz

Mark Knopfler – guitarra solista
Tim Drummond – bajo
Barry Beckett – teclados, saxo, percusión
Mickey Buckins – saxo, percusión
Pick Withers – batería
Carolyn Dennis – voces
Regina Havis – voces
Helena Springs – voces

Producción - Jerry Wexler y Barry Beckett
Ingenieros: Gregg Hamm, David Yates y Bobby Hatta

Doug Fieger


El 20 de agosto de 1952 nació en Oak Park (Michigan) el músico y compositor norteamericano Doug Fieger, recordado principalmente por haber sido el cantante solista y compositor de la mayoría de canciones del grupo The Knack, formado en 1978 en Detroit. Parecieron emerger de la nada cuando aparecieron con 'My Sharona', un tema redondo de 'power pop' que ya se ha convertido en icono de una era.


'My Sharona' (1979) se mantuvo seis semanas consecutivas en el Hot100 de Billboard y fue el mayor éxito del año.

Su álbum debut 'Get The Knack', que además contenía su segundo gran hit, 'Good girls don't', permaneció seis semanas en lo más alto de las listas americanas de álbumes y vendió más de dos millones de copias. Su siguiente trabajo '...But The Little Girls Understand' (1980) -con temas como 'Baby talks dirty' y 'Can't put a price on love'-, repitió éxito, aunque en menor medida, y la falta de acogida de su tercer álbum 'Round Trip', evidenció que su público se estaba desplazando, por lo que en 1982 The Knack se disolvió.
Hubo varias reuniones de la banda para grabaciones puntuales o apariciones en TV e incluso pequeñas giras, hasta la muerte de Doug en febrero de 2010 a los 55 años.

Isaac Hayes


El 20 de agosto de 1942 nació en Covington (Tennessee) el músico, cantante, compositor, productor y actor ocasional Isaac Hayes, que comenzó su carrera como músico de sesión en Memphis para Stax Records. Allí conoció a David Porter con el que Hayes compuso algunas joyas del R&B como 'Hold on, I'm coming' o 'Soul Man', considerada una de las canciones más influyentes del siglo pasado. A finales de los años sesenta, Hayes comenzó a grabar sus propios álbumes, que incluyeron los magníficos 'Hot Buttered Soul' (1969), 'The Isaac Hayes Movement' (1970) y 'Black Moses' (1971). Pero, sobre todo, fue la banda sonora de 'Shaft!' (1971) la que le permitió ser el primer compositor afroamericano en conseguir un Oscar de la Academia y ser conocido en todo el mundo.

Isaac nació en una granja de aparceros de Tennessee y quedó huérfano muy joven, por lo que fue criado por sus abuelos. Con cinco años ya cantaba en el coro de la iglesia local y en la adolescencia tenía claro que quería ser músico. Sin embargo, en aquel tiempo, en Memphis, una ciudad impreganda de blues y R&B, no existía mercado para la música que Hayes quería hacer, un estilo pop cuyo mejor ejemplo era Nat King Cole. Se casó pronto y eso le cortó el camino a la universidad o a una carrera musical temprana. Aunque llegó a grabar un single en 1962, 'Blue groove', nada salió de él y Hayes trabajó en una planta de envasado de carne, mientras actuaba de noche con su grupo en diversos clubes y juke joints de la zona norte de Memphis, haciéndose llamar Sir Isaac and the Doo-Dads.

Booker T y los MG's
Su primera oportunidad le llegó cuando Floyd Newman, un músico residente del sello Stax-Volt, con el que había compartido escenario en alguna ocasión, le invitó a participar en la grabación de un instrumental. El característico sonido de Stax había sido creado por una banda llamada the MG's, que incluía al organista Booker T. Jones, el guitarrista Steve Crooper, el bajista Donald 'Duck' Dunn y el baterista Al Jackson Jr. Al principio, sustituto de Jones cuando este faltaba, Hayes permaneció en Stax y contribuyó con su piano a prácticamente todas las sesiones de Otis Redding.

Hayes y Porter
Allí conoció al letrista David Porter, con el que formó tándem compositor y escribieron canciones para varios artistas de Stax, especialmente el dúo Sam & Dave cuyos éxitos 'Hold on, I'm coming' y 'Soul Man', procedían de la pluma de Porter y las melodías de Hayes. Isaac no sabía leer ni escribir música, por lo que grababa las melodias que componía en un pequeño magnetofón de cassettes, que Hayes entregaba a los arreglistas para que las desarrollaran. Los temas resultantes eran poderosos y auténticos y Time los calificó como "canciones que recogían la dura experiencia negra de los ghettos".

En una fiesta de la compañía Stax, Hayes conoció al vicepresidente Al Bell, quien le ofreció grabar una sesión con su propio material. Acompañado de Donald Dunn y Al Jackson, Hayes grabó sin previo ensayo algunos de sus temas. El resultado fue 'Presenting Isaac Hayes', que recibió excelentes críticas de la prensa especializada. "Pude haberlo hecho mucho mejor" fueron las palabras de Hayes, por lo que Bell le ofreció una nueva oportunidad, esta vez con plena libertad de acción. 'Hot Buttered Soul' hizo de Hayes una estrella en Estados Unidos.


Con sólo cuatro cortes era un álbum de soul poco usual, pero los tiempos eran idóneos para la experimentación musical. Fue un rotundo éxito, alcanzando el Top10 de las listas pop y recibiendo categoría de platino.

Con una producción exuberante comparada a las espartanas grabaciones del sello, en el álbum aparecían arreglos orquestales y corales que le conferían una especie de 'calidad sinfónica'. Por otro lado, los monólogos que precedían a cada canción sentaron las bases sobre las que otros artistas, principalmente Barry White, edificaron exitosas carreras. Los álbumes que siguieron, 'Isaac Hayes Movement'  y '...To Be Continued' (1970), tambien fueron Top20 en las listas Billboard.

En 1971 llegó su gran éxito internacional cuando recibió el Oscar por la mejor banda sonora para el thriller policíaco 'Shaft'. El tema, una pieza funky con sección de viento, flauta y orquesta de cuerdas y una guitarra wha-wha, característica del soul de los setenta, presentaba un diálogo de llamada-respuesta entre Hayes y un grupo de voces femeninas. Su explícita letra y su sonido ayudaron a moldear el sonido de una era. En él hay elementos de jazz, R&B y gospel. El tema de 'Shaft' alcanzó el nº1 en las listas pop y fue disco de platino. Hayes se convirtió en una estrella internacional y comenzó a aparecer en extravagantes y caros trajes y llamativas limusinas. "Me encanta el lujo", confesó en Time, "es algo que jamás tuve".

En 1972 recibió un Grammy por mejor interpretación, arreglo, composición y orquestación por su álbum 'Black Moses'. Sus dos trabajos de 1973, 'Live at the Sahara Tahoe' y 'Joy' recibieron la certificación de disco de oro. Mientras tanto, actuaba ante grandes audiencias presentando lo que Rolling Stone calificaba sarcásticamante como "música lounge perfectamente ejecutada". Otras críticas llegaban aún más lejos, afirmando que Hayes "perpetraba la última degradación de la música negra" y citaban frases de músicos allegados a él como: "ha tragado tanto ácido que su música no ha vuelto a ser la misma".


En 1974, tras librar batallas legales con Stax, que se declaró en quiebra, Hayes fundó su propia compañía, Hot Buttered Soul, como sello subsidiario de ABC.

'Juicy Fruit (Disco Freak)' (1976)
Allí publicó en 1975 'Chocolate Chip', que fue disco de oro, y 'Groove-a-Thon'. El año siguiente, con su entrega 'Juicy Fruit' (subtitulada Disco Freak), ayudó a popularizar el término 'disco' en la escena musical. Desafortunadamente, en 1975, Hayes se declaró en bancarrota, producida por años de excesos y mala gestión de sus mánagers. Se instaló en Atlanta y en 1977 firmó con Polydor Records y grabó los álbumes 'New Horizon' (1977), 'For the Sake of Love' (1977) y 'Don't Let Go' (1979), que fue disco de oro y fue nominado a un Grammy.

Isaac en 'Escape de Nueva York' (1981)
Ya desde 1973 Isaac apareció en varias producciones cinematográficas y televisivas encarnando pequeños papeles y en 1981 fue uno de los protagonistas de 'Escape de Nueva York', además de presentar un programa de radio. Pero sus dificultades financieras continuaron, por lo que desapareció unos años del primer plano. Retornó en 1986 con el álbum 'U-Turn' y el single anti-droga 'Ike's Rap'.

Isaac Hayes en 2007
En los años noventa su figura volvió a cobrar protagonismo cuando fue elegido para prestar la voz a uno de los personajes de la popular serie de animación South Park. Se trataba de Chef, un cocinero de cafetería -inspirado en Barry White- al que le gustaba cantar soul. Un tema de la serie cantado por Chef/Hayes,  'Chocolate salty balls (P.S. I love you)', recibió gran difusión radiofónica en 1999 y fue nº1 en las listas británicas e irlandesas.

El año 2006 pidió rescindir el contrato con Comedy Central, productora de South Park, alegando no estar conforme con la intolerancia y el poco respeto mostrado por los guionistas con creencias religiosas como la Cienciología. Sin embargo, otras fuentes explicaron la ruptura con unas declaraciones de Hayes en 2007 en las que afirmaba que "me fuí porque no me pagaban lo suficiente".
Un año después murió de un más que probable infarto, ya que su mujer lo encontró en su casa sin vida junto a la cinta de correr. Hayes tenía 65 años.

Jim Reeves


El 20 de agosto de 1923 nació en Galloway (Texas) el cantautor pop y country Jim Reeves, muy popular en los años cincuenta y la primera mitad de los sesenta, primero como integrante de la Moon Mulican's Band y más tarde en solitario consiguiendo reconocimiento internacional con canciones como 'Four walls' o 'He'll have to go'.

Su voz y su estilo pausado y elegante -se le conocía como Gentleman Jim- eran el ejemplo perfecto del sonido Nashville. Logró once nº1 en las listas de country entre los años 1953 y 1967, como 'I guess I'm crazy', 'Is it really over?' y 'Distant drums'.
Murió al estrellarse la avioneta que pilotaba durante una tormenta sobre Tennesee en julio de 1964. Jim tenía 40 años.

Phil Lynott


El 20 de agosto de 1949 nació en West Bromwich (Inglaterra) Phil Lynott, cantante, bajista y compositor principal del grupo irlandés de rock Thin Lizzy, muy popular en los setenta.

Thin Lizzy en 1976
Formada en 1969, la banda alcanzó éxitos como 'The boys are back in town', 'Jailbreak' y 'Dancing in the moonlight (It's caught me in its spotlight)'. Su disco en directo de 1978 'Live and Dangerous' está considerado junto a los de Frampton y Kiss uno de los mejores discos en directo de la historia del rock.

Aunque Thin Lizzy obtuvo un considerable éxito, en 1980 Phil Lynott decidió comenzar su carrera en solitario, grabando el álbum 'Solo in Soho', que alcanzó el Top 30 en las listas de venta británicas con singles de éxito como 'Dear miss Lonelyhearts' y 'King's call'. Esta última fue un tributo a Elvis Presley, y colaboró Mark Knopfler a la guitarra.

Su segundo disco en solitario, 'The Philip Lynnot Album' (1982) fue un fracaso, pese a su canción 'Old town' que alcanzó el éxito años más tarde en versión de The Corrs. La canción 'Yellow pearl', cocompuesta con Midge Ure, fue Top 20. En 1983, Thin Lizzy se disolvió como grupo, y después Lynott grabó 'We are the boys (Who make all the noise)' con Roy Wood, Chas Hodges y John Coghlan.

También colaboró con un viejo colega suyo, el guitarrista Gary Moore, en la canción 'Out in the fields', que sería su mayor éxito en listas, alcanzando el Top5 británico. Su último single, 'Nineteen', lanzado pocas semanas antes de su muerte, fue producido por Paul Hardcastle.
Sus últimos días los pasó entre drogas y alcohol, y la noche del 25 de diciembre de 1985, tras sufrir una sobredosis de heroína, fue llevado al hospital donde murió a causa de una neumonía y un fallo cardíaco el 4 de enero de 1986 a los 36 años.

Jack Teagarden


El 20 de agosto de 1905 nació en Vernon (Texas), el cantante, director de orquesta y seguramente el mejor trombonista de la historia, Jack Teagarden. Nacido en una familia en la que todos su miembros eran músicos, aprende a tocar el piano con cinco años, aunque desde 1915 se decide por el trombón.

Entre 1920 y 1924, toca con Peck Kelly y Willard Robinson, y realiza sus primera grabaciones con Johnny Johnson (1927), para entrar a formar parte, en 1928, de la orquesta de Ben Pollack, con quien permanecerá hasta 1933. Cuentan que, desde que Glenn Miller escuchó por primera vez los solos de Teagarden, el estilo de Miller se vio fuertemente influído por él. Durante esos años también realiza sesiones y grabaciones con las bandas de Roger Wolfe Kahn, Eddie Condon, Red Nichols y Louis Armstrong.


Su falta de ambición y su afán de seguridad le hicieron rechazar la invitación de un oscuro clarinetista que lanzaba una nueva banda, y en su lugar comete el error de firmar un contrato con Paul Whiteman. Unos meses depués Benny Goodman era una estrella. Whiteman le exigió como solista, pero no le concedía libertad para tocar fuera de la banda. Libre al fin en 1939, forma su propia big band, Jack Teagarden & his Orchestra, que se mantuvo, no sin dificultades, hasta 1946.


La competencia era feroz y a su orquesta le faltaban grandes nombres solistas para destacar sobre las demás. Cuando disolvió la banda estaba cercano a la bancarrota. Bing Crosby, a quien había acompañado en ocasiones, le ayudó a cubrir sus deudas, así como Louis Armstrong, que lo contrató entre 1947 y 1951 para su All-Star-Band.

En el periodo que va desde 1951 a 1959, Teagarden reorganiza diversas big bands, entre las que destaca la de Earl Hines (1957), para realizar giras por Europa y Asia. En 1964, durante una estancia en Nueva Orleans, muere de una crisis cardíaca a los 58 años.
Teagarden fue el trombonista blanco más significativo de la primera época del jazz. Tocaba su instrumento con la ligereza de una tompeta, relajado, con una gran técnica llena de nuevas posibilidades de expresión musical. Pocos blancos estaban tan impregnados de blues como Teagarden (Jack era un magnífico cantante del género, como demostraba en 'Basin street blues').