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15 abril 2012
Bessie Smith
El 15 de abril de 194 nació en Chattanooga (Tennessee) en la más absoluta pobreza, la cantante de blues, Bessie Smith. Apodada la 'Emperatriz del Blues' pasó de cantar en la calle por unas monedas a ser la artista que más discos vendió en su época. Su estilo vocal y su presencia física, además de sus dotes cómicas y dramáticas despertaban tal atención cuando aparecía en persona, que prácticamente se desataban las masas. Los que se quedaban fuera de los teatros clamaban por entrar y los que permanecían dentro no querían salir sin oír algo más de Bessie. En momentos críticos, Smith fue la artista que salvó Columbia Records de la quiebra. En su mejor momento, en 1925, Bessie adquirió un vagón de ferrocarril diseñado especialmente para ella y para su troupe, en el que vivían y viajaban. Este pequeño lujo le permitió permanecer inmune a algunos de los efectos del racismo que encontró en sus viajes por los Estados Unidos, llegando a ganar unos $2.000 semanales.
Ma Rainey
Bessie hizo su primera aparición ante el público a la edad de nueve años, en el teatro Ivory. Hasta que cumplió los diecinueve, estuvo trabajando en el Rabbit Foot Minstrels y en el Florida Cotton Blossoms, actuando asimismo en varios espectáculos ambulantes a lo largo de la Costa del Golfo.
Uno de los muchos mitos acerca de Bessie es que fue amadrinada (algunas versiones sostienen que fue raptada) por Ma Rainey, la 'Madre del Blues', que la forzó a hacer los tours con ella. En realidad fue contratada como bailarina en 1912 por Lonnie y Cora Fisher, managers de la troupe llamada los Stokes. En la misma troupe figuraba una cantante desconocida entonces, Ma Rainey. Ambas se hicieron amigas y sin duda Bessie recibió influencias (más escénicas que vocales) de Rainey.
Bessie Smith
Pronto Smith desarrolló su talento para el canto y la comedia y desde el principio su habilidad para comunicarse con el público fue uno de sus distintivos. Su voz era extraordinaria. Capaz de llenar la sala con ella sin necesidad de amplificación, cautivaba al oyente con su belleza. Dan Morgenstern de Jazz People, citaba al guitarrista Danny Barker: "Ver a Bessie en directo era todo un espectáculo. Era una gran y hermosa mujer y dominaba el escenario como ninguna. Si ella estaba allí no apartabas la cabeza. Solo tenías ojos para ella. Si conoces algo sobre las iglesias del sur, reconocerías al instante una similitud entre lo que ella hacía y lo que hacen los predicadores y pastores de las iglesias sureñas, manejando a la gente. Ella lograba hipnotizar a las masas"
Bessie Smith
Cuando Mamie Smith grabó el primer blues vocal en 1920 y vendió 100.000 copias en el primer mes, los ejecutivos de las compañías discográficas descubrieron un nuevo mercado. Habían nacido los 'race records' (discos de raza). Producidos únicamente para los estados del Sur y zonas determinadas del Norte, donde se congregaban los negros, sorprendieron a los ejecutivos cuando vieron que el mercado se expandía a clientes blancos sureños a quienes los sonidos del blues no les sonaban extraños.
Bessie llegó a Philadelphia en 1923 "alta, gorda y muy asustada", pero no tardó en hacer de la gran metrópoli su nuevo hogar. Cantó sobre todo en teatros, apareciendo tan pronto en los escenarios de Cleveland o Chicago, como en los de Memphis y Nueva Orleans.
Su primera sesión de grabación se llevó a cabo el 16 de febrero de 1923, en la que grabó los temas 'Downhearted blues' y 'Gulf Coast blues', acompañada por el pianista Clarence Williams. Se vendió la increíble cantidad de 780.000 copias en los seis meses siguientes. El contrato discográfico de Bessie le concedía $150 por canción grabada, sin derechos posteriores. Frank Walker, quien supervisaría todas sus grabaciones con Columbia Records, rápidamente negoció nuevos contratos más interesantes para Smith y así comenzó su exitosa carrera discográfica en la que grabaría 160 títulos. Al borde de la suspensión de pagos, Columbia se recuperó gracias a las ventas obtenidas con sus artistas exclusivos Eddie Cantor, Ted Lewis, Bert Williams y su mayor estrella: Bessie Smith.
Durante los diez años de su carrera discográfica, fue en los primeros seis cuando Bessie grabó el grueso de su discografía, acompañada de algunos de los más importantes nombres del jazz. Entre la élite se encontraban los pianistas Fred Longshaw, Porter Grainger y Fletcher Henderson; los saxofonistas Coleman Hawkins y Sidney Bechet; el trombonista Charlie Green; los clarinetistas Buster Bailey y Don Redman y el cornetista Joe Smith
Gracias a la popularidad de sus grabaciones, sus apariciones públicas crecían en número. En los desplazamientos que realizaba para actuar en Detroit, Chicago, Washington, Atlanta y Nueva York, hordas de admiradores la recibían en cada estación, precisando cada vez más despliegue policial para controlar el entusiasmo de las masas. El crítico y promotor John Hammond escribió en 1937: "Bessie Smith fue la más grande artista de jazz que produjo Norteamérica: de hecho, no estoy seguro de que su arte se limitara a las fronteras del término 'jazz'. Era un ser extraordinario, una artista completamente integrada capaz de proyectar toda su personalidad en su música. Estaba bendecida, no sólo con una gran capacidad de emoción; también con una tremenda voz que penetraba en las entrañas de los oyentes."
En cierto modo, la grandeza del arte de Bessie Smith sólo puede explicarse en base a la complejidad de su propia personalidad. Ésta mujer de carácter violento y tormentoso, adicta a la ginebra, era capaz de sorprender, tanto por su generosidad como por sus celos, y podía mostrarse cruel y vulnerable al mismo tiempo. De su alma torturada surgía una música que ha pasado a constituir un auténtico modelo de perfección. En efecto, Bessie sigue siendo hoy en día, como lo fue en su época, la 'Emperatriz del Blues'. Aunque su cuerpo escultural engordó con el paso de los años la impresionante belleza de Bessie contrastaba con la corta estatura y las facciones poco atractivas de Ma Rainey. Bessie cantaba así en 1926 en 'Young woman's blues':
Soy una mujer joven, pero he recorrido mucho mundo (2)
Algunos me llaman vagabunda, otros holgazana,
Nadie sabe mi nombre, nadie conoce mi vida.
Valgo tanto como cualquiera de tu ciudad,
No soy rubia, sino color marrón oscuro
No voy a casarme, no voy a echar raíces,
Voy a beber un buen trago y conquistar a estos morenitos...
Aunque Bessie puso todo el alma en esta confesión, lo cierto es que se casó con un hombre analfabeto llamado Jack Gee, que se convirtió en su empresario, para ruina de ambos. Bessie estuvo trabajando la mayor parte de su vida en teatros profesionales. Sin embargo el declive que experimentó su carrera artística, tras los años de la Depresión, y las trágicas circunstancias que rodearon su muerte, son claros indicios de que el público fue perdiendo interés por su estilo de blues a partir de los años treinta. Otra de sus luchas fue la botella. Aunque capaz de largas temporadas de abstinencia, sus borracheras eran famosas entre su troupe y sus allegados. Igualmente conocida fue su promiscuidad bisexual.
En 1929 la industria del disco se vio seriamente amenazada por el cine sonoro, la radio y la gran Depresión. No obstante, Bessie seguía siendo contratada, pero tuvo que rebajar considerablemente su caché y se vio obligada a vender su querido vagón vivienda. Ahora las ciudades a las que acudía eran más pequeñas y los teatros mucho más cutres que aquellos a los que ella estaba acostumbrada. Aún así protagonizó en 1929 el film semi-autobiográfico 'St Louis Blues'.
En 1931 Columbia rescindió el contrato con Bessie y ésta realizó sus últimas grabaciones en 1933. La Depresión había azotado América, pero ella siguió adelante. En 1935 sustituyó a Billie Holiday en el show del Apollo Theater 'Stars over Broadway' y el productor de Holiday, John Hammond, ofreció a Bessie grabar para Okeh Records y actuar en un nuevo show, 'From spirituals to swing'.
Sus malos días parecían haber llegado a su fin en el verano de 1937. La industria musical parecía revivir gracias a la aparición de la Era del Swing, sobre todo a la orquesta de Benny Goodman. Bessie había demostrado su adaptabilidad por lo que ella era capaz de cantar swing como el mejor. Las cosas se pusieron aún mejor: El blues había recobrado su popularidad en los gustos de la audiencia y una fría tarde de un domingo de febrero de 1936, Bessie realizó una memorable actuación en el Famous Door de la calle 52 de NYC, acompañada por Bunny Berigan, Joe Bushkin y otros habituales de la banda del club. El impacto de aquella actuación permaneció en las personas presentes durante más de cincuenta años. Mucho tuvo que ver la negativa de Mildred Bailey a aparecer tras la actuación de Bessie. Este evento generó nuevos proyectos. Se programaron grabaciones con Lionel Hampton y Count Basie y se comenzó a escribir el guión de una nueva película con ella de protagonista. Hasta su vida personal parecía brillar con nueva luz en 1937 gracias al apoyo de su nueva pareja, Richard Morgan.
Richard Morgan y Bessie en 1937
En la mañana del 26 de septiembre, Bessie y Morgan conducían desde Memphis a Darling (Mississippi) para actuar allí al día siguiente. En las cercanías de Clarksdale, se vieron envueltos en un accidente de tráfico que resultó fatal para la cantante. Uno de los mitos persistentes acerca de su muerte fue que murió desangrada porque no la admitieron en un hospital para blancos. Esta historia se afianzó con el desafortunado artículo de John Hammond publicado en Down Beat en 1937 y fue perpetuada en la obra de teatro de Edward Albee de 1960 'The Death of Bessie Smith'. En realidad fue trasladada inconsciente al hospital para negros G.T. Thomas de Clarksdale, donde se le amputó el brazo derecho. Murió a la mañana siguiente sin haber recobrado el conocimiento. Chris Albertson comenta en la biografía de Bessie: "La ambulancia que trasladaba a Bessie, jamás pudo haberla llevado a un hospital de blancos. En el profundo Sur de los campos de algodón, a ningún conductor de ambulancia, negro o blanco se le habría pasado por la cabeza llevar a un negro a un hospital para blancos".
Su funeral, celebrado el 4 de octubre de 1937 en Philadelphia, fue uno de los eventos más multitudinarios que recuerda la ciudad. Cuando la comunidad negra supo de la muerte de la cantante, su cuerpo tuvo que ser trasladado a otro recinto que pudiera albergar a los más de 10.000 admiradores que se congregaron para darle el último adiós. La policía pasó momentos duros para contener a las masas. Para aquellos que habían conocido a Bessie en sus mejores días, la imagen les resultaba tremendamente familiar...
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