Mingus amplió sus estudios tomando clases particulares. Entre sus tutores se encontraban los jazzmen Joe Comfort y Red Callender, así como el ex-bajista de la orquesta filarmónica de Nueva York, Herman Rheinschagen. También estudió composición con Lloyd Reese y por lo menos dos de los temas que compuso en estos días, 'What Love' (1939) y 'Half-mast Inhibitions' (1940) se grabarían unos veinte años más tarde. La actividad de Mingus en la escena del jazz de Los Angeles y San Francisco comenzó incluso antes de graduarse en la high school.
En 1940 reemplazó a su profesor Red Callender en la banda de Lee Young. El año siguiente trabajó para Louis Armstrong con quien permaneció hasta 1943. Lideró varios combos como 'Baron Mingus' pero fue como miembro de la banda de Lionel Hampton donde comenzó a revolucionar la técnica del contrabajo de jazz con sus emotivos y endiabladamente rápidos solos.
Presiones económicas obligaron a Mingus a abandonar temporalmente la música y aceptar un trabajo con el servicio postal hasta el 1950, año en el que el vibrafonista Red Norvo le invita a formar parte de un trío con el guitarrista Tal Farlow. El Red Norvo Trio atrajo la atención de todo el país introduciendo el 'cool jazz' de la costa Oeste a una audiencia mayor.
En 1951 Mingus se estableció en Nueva York donde trabajó regularmente con músicos como Art Tatum, Bud Powell, Dizzy Gillespie y Charlie Parker. En 1953 se unió a la banda de su ídolo, Duke Ellington, pero cuando Mingus tuvo enfrentamientos personales y un violento episodio en escena con Juan Tizol, trombonista de la orquesta, el bajista fue uno de los poquísimos músicos que Duke despidiría en su vida.
A mediados de los años cincuenta, Mingus maduró como compositor, modificando las formas convencionales añadiendo sorprendentes contrastes rítmicos que se convertirían en su sello personal. Su meta fue siempre expandir las fronteras del jazz y, con este fin, experimentó frecuentemente con la atonalidad y las disonancias. Algunos oyentes encontraban su música inquietante y perturbadora, para otros representaba un desafío estimulante. Cuando el swing dio paso al bop y éste a su vez dio lugar al jazz avant garde, Mingus fue capaz de mantener el paso con cada nueva tendencia, manteniendo siempre su individualidad y evitando ser identificado con cualquier estilo o escuela concreta.
Mingus y Max Roach |
Asimismo en 1954 fundó su propio Taller de Jazz, donde dictaba cada línea compuesta a cada intérprete para que se captaran todos los matices pretendidos por el autor. Mingus sostenía que la notación tradicional no era suficiente para describir su estilo de composición. Muchas de sus composiciones están consideradas -incluso por los mejores músicos- extremadamente difíciles de interpretar. En 1956 su suite en cuatro partes 'Pithecantropus Erectus' confirmó su fama de compositor de estéticas extravagantes.
Añadió nuevos hitos al jazz moderno como 'The Clown' (1957), 'A Modern Jazz Symposium Of Music And Poetry' (19567), 'Blues And Roots', 'Ah Um' (1959) y 'Mingus Dynasty' (1960)
Otro de sus talentos, el de formar combos únicos y sacar lo mejor de sus músicos se hizo patente también durante estos años. J.J. Johnson, Kai Winding y Thad Jones fueron algunos de los que florecieron bajo su dirección. Al final de la década, sus continuas frustraciones con la industria discográfica le llevaron a fundar la efímera Asociación de Artistas de Jazz y a promover conciertos.
A comienzos de los años sesenta, Mingus experimentó con el free jazz y compuso algunas de sus piezas de mayor complejidad rítmica y ricas texturas como en 'The Black Saint and the Sinner Lady' y 'Mingus Mingus Mingus Mingus Mingus' (1963). Su influencia en los bajistas contemporáneos fue inestimable pero, irónicamente dejó de tocar el contrabajo y en su lugar, eligió el piano ('Mingus Plays Piano'), con el que -según el crítico Whitney Balliet se asemejaba a un "lacrimoso Thelonious Monk".
Tanto su gira junto a Eric Dolphy, Clifford Jordan, Jaki Byard y Dannie Richmond como su aparición en el Festival de Monterey en 1964 ('Mingus at Monterey') fueron muy celebrados. Sin embargo, a continuación, el comportamiento de Mingus se tornó errático. Ignoraba frecuentemente los contratos, terminaba antes de tiempo sus conciertos o pasaba más tiempo quejándose de la ignorancia y falta de atención de su público que tocando su música. Los miembros de su banda eran abroncados e incluso atacados físicamente cuando cometían un error o no mostraban la actitud adecuada. Afectado por sus profundos problemas psicológicos, Mingus se retiró de la escena musical y se concentró en escribir su autobiografía.
En 1968 fue desahuciado de su apartamento neoyorquino y en este episodio perdió numerosas partituras que había escrito. Tuvo que volver a la música (y al contrabajo) por motivos económicos y ante su sorpresa, su retorno fue celebrado por el mundo del jazz que lo consideraba una leyenda viva. Su autobiografía, 'Beneath the Underdog' se publicó en 1971 y el mismo año recibió una beca Guggenheim de composición. Impartió clases en la Universidad del estado de Nueva York en Buffalo, compuso música para películas y realizó numerosas giras con su taller de músicos.
En 1974 Mingus organizó lo que fue definido por el crítico y autor Leroy Ostransky como "la más grande jam session desde que se inventó el término", grabada y publicada como 'Mingus at Carnegie Hall'. En 1977 enfermó de gravedad y sus últimos álbumes, 'Three or Four Shades Of A Blues' (1978) y 'Me, Myself and Eye' (1979) los tuvo que supervisar desde la silla de ruedas. El 5 de enero de 1979 Charles Mingus murió a los 56 años.
Su viuda formó el grupo Mingus Dynasty con formaciones cambiantes y que solían incluir sidemen habituales del contrabajista con el fin de mantener viva su música. En 1989, diez años después de su muerte, se celebró el estreno en el Lincoln Center de Nueva York de 'Epitaph', una obra que fue descubierta tras su fallecimiento. "Es la composición de jazz más larga y la más rica en texturas", escribió el colaborador de Time John Elson, añadiendo que la pieza era "una suite de 18 secciones, comprendiendo cerca de 4.000 compases de música, con una duración de más de dos horas". El compositor Ghunther Schuller, que dirigió la orquesta de 31 músicos que interpretó 'Epitaph', describió la obra como "un resumen musical de uno de los más grandes compositores de jazz del siglo XX que abarca desde el Mingus dulce y amable hasta el Mingus rabioso y enfadado"
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