El 19 de mayo de 1616 fue bautizado en Stuttgart el compositor, clavecinista y organista alemán del barroco Johann Jakob Froberger. Recibió probablemente las primeras lecciones de música de su padre y de músicos ingleses. Su juventud durante la Guerra de los Treinta Años y la pérdida de sus padres a raíz de una epidemia de peste influyeron probablemente en la personalidad del joven músico, que se convirtió al catolicismo.
Hacia 1634 se trasladó a Viena como organista de la corte de Fernando III, y ese cargo lo desempeñaba en 1637, año en que viaja a Roma para estudiar con Girolamo Frescobaldi. Froberger regresa a Viena en 1641 y permanece allí hasta 1658, viajando con frecuencia en misiones diplomáticas para Fernando III. Sus pasos le llevan a Roma, Mantua, Florencia, Bruselas, Dresde, Amberes, Londres y, sobre todo, París, donde vivió durante tres años (1650-1653) y se relacionó con Louis Couperin y otros músicos franceses. Regresa de nuevo a Viena como organista de la corte, cargo en el que permanece hasta 1658, año en el que dimite para vivir retirado en el castillo de Héricourt como maestro de la princesa Sybilla de Würtemberg-Montbéliard, donde muere de un ataque de apoplejía en 1667.
Froberger sentó las bases de la suite de clave de su tiempo “Suite XIX” (Enrico Baiano), dotándola de una estructura y sentido unitario, creando un esquema de Allemande, Gigue, Courante y Sarabande donde la música adquiría un significado nuevo, y que fue determinante para la evolución de la música para teclado alemana. Tomó del estilo laudista francés el arpegiado “style luthé”, o “style brisé” como se le conoce hoy, y que tanta influencia tuvo en el devenir de la música clavecinística.
Froberger sentó las bases de la suite de clave de su tiempo “Suite XIX” (Enrico Baiano), dotándola de una estructura y sentido unitario, creando un esquema de Allemande, Gigue, Courante y Sarabande donde la música adquiría un significado nuevo, y que fue determinante para la evolución de la música para teclado alemana. Tomó del estilo laudista francés el arpegiado “style luthé”, o “style brisé” como se le conoce hoy, y que tanta influencia tuvo en el devenir de la música clavecinística.
Un elemento fundamental en Froberger es la música descriptiva que cultivó en sus suites, principalmente en las alemandas, o en piezas independientes, tales como 'Meditación', 'Lamentación' (Johannes Couchet), 'Plainte' o 'Tombeau', que lejos de atarse a modelos preconcebidos, se transforman en movimientos libres en forma, medida y significación, contribuyendo al desarrollo del preludio libre clavecinístico. Su obra está cimentada en las composiciones para teclado, sobre todo suites y tocatas, que se ejecutan indistintamente al clave y al órgano, aunque se prefiere su interpretación con el primero de estos instrumentos. Froberger es el primer gran músico alemán que asimila tanto la escuela francesa como la italiana y desarrolla estos estilos llevándolos a un lenguaje muy personal, flexible y rico en matices.
Froberger mostró en los últimos años de su vida el temor ante la posible incomprensión a la hora de tratar su música y arruinarla, al punto de no querer darla a conocer en forma alguna si no era a través de su propia enseñanza, negándose a su publicación y difusión a pesar de la considerable fama que gozó en su tiempo. Otra de las importantes contribuciones del compositor fue la reunión o intercambio de formas musicales de diversos orígenes, principalmente italianas y francesas, maduradas a través de sus abundantes viajes y transformadas por su fuerte personalidad. Las tocatas de Froberger “Tocata X” (Johannes Couchet), son buena muestra del “Stylus Phantasticus”, donde contribuyó sin duda su contacto con A. Kircher, y constituyen un claro eslabón entre las de su maestro Frescobaldi o M. Rossi y las posteriores del norte de Alemania, dotándolas de una mayor invención temática y una estructura retórica más intensa en las partes libres. Casal aborda con vigor la figuración virtuosa en estas piezas, realizando una lectura espléndida, llena de riqueza y dinamismo.
Espléndida es también la “Tombeau pour Monsieur de Blancheroche" (Tr. Guitarra Stefano Grondona), donde con profunda musicalidad desarrolla las escalas cromáticas descendentes y ascendentes, las disonancias, la sutileza armónica, la pseudopolifonía y la flexibilidad métrica del lenguaje frobergeriano con pleno sentido.
Obras principales
Tocatas
Construidas según el esquema estructural “Introducción-Fuga-Episodio Libre-Fuga-Conclusión”, el material temático más rico y variado se sitúa en la Introducción, que abre la composición con gran energía. Esta pieza, de gran inspiración, adopta carácter solemne o meditativo. También interesa destacar la sección central, de desarrollo muy libre y recorrida por pequeños temas musicales que incorporan cambios bruscos de expresión, disonancias, yuxtaposición de frases muy contrastadas o repentinas interrupciones del discurso. Es en esta sección libre de las tocatas donde Froberger emplea los más diversos recursos técnicos y emotivos para maravillar al oyente, respondiendo a los principios de la estética barroca.
“Tocata II”, Re menor, FbWV 102 (Yan Snimschikov, vibráfono)
“Tocata III” (Blandine Verlet)
“Tocata VI da sonarsi alla Levatione” (Deniel Perer, órgano)
“6 Tocatas para clavicémbalo FbWV 107” (Sergio Vartolo)
“Tocata XI” (Blandine Verlet)
“Tocata XV” (Falerno Ducande Arcade)
Suites
Compuestas de cuatro danzas: alemanda, giga (a veces omitida), courante y zarabanda. Este orden, que no es el tradicional de la suite, responde a situar las piezas más solemnes (Alemanda y Sarabanda) enmarcando la suite.
Aunque posteriormente las suites de Froberger se reeditaron con un orden más clásico en sus secciones, no hay que atribuirle a él la cristalización de la forma tradicional de ésta. Froberger trata la suite de un modo personal, con los estilemas típicos de los músicos italianos (figuras retóricas musicales, como la clamatione o exclamación, el acento, la cascada, el trino, el grupo, la acciaccatura ...), código capaz de expresar sutiles matices y en los ambientes musicales europeos del siglo XVII. Compuso 30 suites:
“Suite Nº II” (Gustav Leonhardt)
“Suite III” (Ludger Rémy)
“Suite VI – XII” (Von van Asperen)
“Suite VIII” (Sophie Yates)
“Suite XII” (Ludger Rémy)
“Suites Nº XV, XVII, XXI" y otras obras (Van Asperen)
“Suite XVIII” (Sophie Yates)
“Suite XX” (Sophie Yates)
“Suite XXX” (Sophie Yates)
Alemandas
Aquí encontramos piezas de lo más profundo y sensible de la obra frobergueriana, y en algunas de ellas hallamos títulos precisos que detallan el alcance de la pieza, entre las que se cuentan algunas de sus obras maestras.
Así ocurre en la Alemanda de la Suite VI, titulada “Lamento” (Blandine Verlet) por la dolorosa pérdida de la Real Majestad de Fernando IV, rey de los Romanos; la de la Suite XXX, Lamento (Ducande Arcade),
La “Allemande para suite en sol menor” (Andreas Martin, laúd);
La “Allemande para suite XVIII” (Jean Pierre Baconet);
Gigas
Breves y concisas, en algún caso en estilo fugado y en otros en estilo laudístico, libre y ligero, a menudo escritas en ritmo binario y en algún caso en ternario, "Gigue" (Transcripción para guitarra) (Andrés Segovia).
Courante
También breves y tratadas con libertad. El compás de la danza se ve a menudo interrumpido por suspensiones del discurso o prolongaciones de éste, que hacen vacilar su impulso continuo
"Courante en Sol menor" (Andreas Martin, laúd).
Zarabandas
Nobles, de gran aliento y expresividad controlada, pero con raptos de emotividad intensa. Constituyen el cierre adecuado y solemne de la suite de Froberger. Destacan las de las suites XVIII, XIX (Jean Pierre Baconnet) y XX (tr. Guitarra) (Eugen Drabynka, guitarra) que contienen cromatismos, disonancias, exclamaciones y pasajes que crean una atmósfera luctuosa y doliente, pero de regia dignidad.
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