14 julio 2012

Gerald Finzi


El 14 de julio de 1901 nació en Londres Gerald Finzi, compositor británico de la primera mitad del siglo XX. Perteneció a una familia judía de ascendencia italiana, siendo el menor de cinco hermanos. Sus padres, en aquel momento judíos ortodoxos practicantes, nunca le transmitieron esa herencia y de hecho, Finzi compuso a lo largo de su vida muchas obras para la liturgia cristiana. El joven Gerald pasó su niñez en Londres, recibiendo una educación de forma privada hasta los ocho años, en 1909, el año que su padre, un próspero agente marítimo, falleció.

Es precisamente esta época un tiempo de grandes pérdidas personales que marcarán el carácter nostálgico y apesadumbrado de la música del compositor. Primero muere su profesor Farrar, después su padre y posteriormente sus tres hermanos. Repuesto, al menos en parte, de tales tragedias, comienza a estudiar con Reginald Owen Morris en 1925, consiguiendo cinco años después la plaza de Profesor de Composición en la Academia Real de Música de Londres, donde permanece hasta 1933. Ese año contrae matrimonio con Joyce Black y adquiere una casa de campo con la intención de dedicarse de forma exclusiva a la composición. Fue fundador de la Newbury String Player en 1939, y murió en Oxford el 27 de septiembre de 1956 a los 55 años.

Finzi y Vaughan Williams
Su imagen popular es la de un pastoralista lírico, lo que hizo que su música pareciese pasada de moda incluso en el transcurso de su vida. En su caso no se puede hablar de experimentación y aún menos de modernidad, pero tenía una voz propia, personal, reconocible en sus ciclos de canciones y obras corales, en la que demuestra una perfecta comunión entre palabra y música, resultado de su gran conocimiento de la literatura inglesa. Su mejor valor, sin duda, es su capacidad de fijar las palabras a la música, habilidad que muy pocos compositores ingleses de cualquier época han igualado; por ello, sus canciones son lo más perfecto de su catálogo.

Finzi publicó en vida solo tres ciclos de canciones, todos para voz y piano y sobre poemas de Thomas Hardy: “A Young Man’s Exhortation” (1933), “Earth and Air and Rain” (1936) y “Before and After Summer” (1949).. Entre sus otros ciclos posteriores, destaca el dedicado a poemas de Shakespeare, el encantador “Let Us Garlands Bring” (1942). Sólo compuso un ciclo para voz y cuarteto de cuerdas “By Footpath and Stile” (1921-22) y para voz y orquesta compuso los “Dies natalis”, un trabajo profundamente místico, y el pacifista “Farewell to Arms” («Adiós a las armas») (1944).

La música de Finzi es francamente triste y otoñal, y su estilo general podría calificarse de elegíaco: hay pocos pasajes ligeros o claramente alegres. Finzi compone música básicamente tonal y su sentido de la tonalidad y de la forma son en él casi idiosincrásicos. Sin embargo, en alguna de sus últimas composiciones hay un uso considerable de la disonancia, especialmente en el "Concierto para violonchelo y orquesta, Op.40": I. Allegro Moderato, Parte 1, Parte 2II. Andante Quieto, III. Allegro Giocoso  (Yo-Yo Ma, violonchelo, The Royal Philharmonic & dir. Vernon Handley). Finzi, melódica y armónicamente, debe bastante a Elgar y a Vaughan Williams. En su música también se pueden encontrar destellos ocasionales de Bliss y de Walton, así como también es patente el cariño y profundo conocimiento que tenía por la música de Parry.

Sin embargo, Finzi no debe a ninguno de ellos la delicadeza y perfecta unión de la música y el texto, ni su imaginería, ni su visión de un mundo no mancillado por la sofisticación o la nostalgia. El sentido adulto de pérdida inspira alguno de los mejores pasajes de la música de Finzi, como pueden ser la grandeza melancólica que destila “Intimations of Immortality” o la energía que anida en “Lo, the full, final sacrifice”. En la apacible “Elegía para piano y cuerdas" (Daniel Hope, violín & Simon Mulligan, piano) y en la vigorosa "Gran Fantasía y Tocata" I. Molto grave   II. Allegro vigoroso (Leon McCawley, piano), demuestra la admiración que Finzi sentía por Johann Sebastian Bach. El  "Concierto para clarinete" I. Allegro vigoroso  II. Adagio ma senza rigore III. Rondó: Allegro Giocoso  (Robert Plane, clarinete; Northern Sinfonia & dir. Howard Griffiths), es posiblemente su trabajo instrumental más famoso, con un lirismo y encanto contagiosos unidos a una fuerte base emocional, en el que destaca la fertilidad y alegría de su invención temática.

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