Entre sus profesores cabe mencionar a Pietro Mascagni, que lo estimaba mucho. Durante este periodo compuso el “Inno degli studenti trentini”, que se convirtió en el himno de la organización de jóvenes irredentistas de su provincia natal. Su trabajo de graduación fue la ópera “Il ritorno di Odisseo”, (El regreso de Ulisses) basada en un poema de Giovanni Pascoli. El mismo año 1902 puso música a otra obra de Pascoli: “Il sogno di Rosetta”.
Su fama se asentó con la ópera “Francesca da Rimini”, una adaptación libre de una tragedia de Gabriele d'Annunzio que había sido escrita expandiendo un pasaje de La Divina Comedia de Dante: “Francesca da Rimini, libreto adaptado del drama de Gabriele d'Annunzio (1914) Paolo, datemi pace". Esta ópera nunca ha caído completamente del repertorio y ha disfrutado de varias grabaciones. Al poco del estreno, Zandonai se casó con la soprano Tarquinia Tarquini, para la cual creó el papel de Conchita en la ópera homónima (sobre un tema que anteriormente Puccini había considerado y rechazado).
Pero pronto estalló la guerra mundial. El patriótico Zandonai compuso en el año 1916 la canción, “Alla Patria”, dedicada en Italia, con el resultado que su casa y propiedades en Sacco, entonces bajo el dominio Austro-Húngaro, fueron confiscadas. Después de la guerra le fueron devueltas.
Compuso obras de cámara como el “Cuarteto de cuerda en sol mayor” I. Allegro Moderato, II. Presto, III. Adagio 1/2, 2/2, IV. Allegro (Quartetto d'archi di Venezia). La última ópera que escribió fue “Il Bacio” (1944), dejando el último acto incompleto (Orchestra Sinfonico di Milano della RAI & Francesco Molinari Pradelli)
El 1935 Zandonai fue nombrado director del Conservatorio de su estimada Pesaro. Aquí recuperó algunas óperas olvidadas de Rossini, como “Il viaggio a Reims” y la apertura de “Maometto secondo”. En 1941 reorquestó y reorganizó en tres actos “La gazza ladra.”
Tres años más tarde, en 1944, murió en Pesaro, después de someterse a una cirugía biliar. Sus últimas palabras fueron para el sacerdote que le anunció que el día anterior, Roma había sido liberada. El compositor antes de morir, dijo, en su dialecto nativo: "!Bien …Viva Italia, y su sonido!".
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