El 22 de noviembre de 1710 nació en Weimar, el organista, clavecinista y compositor, Wilhelm Friedemann Bach, hijo mayor de Juan Sebastian Bach, nacido de su primer matrimonio con María Bárbara.
De pequeño estudió música, composición e interpretación al teclado con su padre: Bach escribió para él (iniciado hacia 1716) el “Pequeño Libro para órgano de Wilhelm Friedemann Bach” (Klavierbüchlein für Wilhelm Friedemann Bach), aunque, debido a que éste era muy pequeño (sólo seis años) y no llegaba a los pedales, con seguridad fue utilizado para el aprendizaje de sus alumnos. En este libro Bach empezó la compilación en 1720. La mayoría de las piezas forman partes de obras más extensas y más conocidas, como son “El clave bien temperado BWV 846-893” y las “Invenciones” y las “Sinfonías”. La autoría de un buen número de las piezas incluidas es objeto de debate, especialmente los célebres “Pequeños preludios BWV 924—932”, (Glenn Gould) que son frecuentemente atribuidas al mismo Wilhelm Friedemann.
Johann Sebastian Bach |
Estudió Derecho en Leipzig; en 1733 su padre le recomendó para el puesto de organista en la iglesia de Santa Sofía, en Dresde: al celebrar las pruebas ganó sin dificultad frente a los demás aspirantes por sus brillantes y puras interpretaciones sentado al instrumento.
Casa de Wilhelm Friedemann en Halle |
Iglesia de Nuestra Señora en Halle |
Durante veinte años, viajó y permaneció en Halle, Brunswick y Berlín. Estuvo al cargo musical del joven pianista Johann Gottlieb Goldberg, quien más tarde pasaría a estudiar con su padre para adquirir con él todo su arte y virtuosismo posterior. Precisamente para que fuesen interpretadas por Goldberg, el conde imperial Von Keyserlingk encargó a Bach la serie de variaciones al teclado conocidas como las “Variaciones Goldberg”. Wilhelm Friedemann falleció en Berlín el 1 de julio de 1784.
Junto a Carl Philipp Emanuel, Friedemann es representante del llamado “empfindsamer Stil” (literalmente, 'estilo sensible') aunque muchas de sus obras rindan homenaje al carácter conservador de su padre. La obra de W.F. Bach consta de 9 sinfonías, conciertos para teclado, fantasías, fugas, preludios y sonatas para instrumentos de tecla:
• 6 Duetos para 2 Flautas: “Lamentabile” (Barthold Kuijken, Marc Hantai)
• “Sonata para flauta y clavicémbalo, en Mi menor” (BartholdKuijken flauta, Ewald Demeyere clavicémbalo)
• "Sonata Fk nv 8 para clave"
• “Sonata para pianoforte, F. 3”
• 12 Polonesas, F. 12 : “Polonesa en sol menor” (Robert Hill, pianoforte)
• “Fantasía para pianoforte, F. 23 en La menor” (Robert Hill, pianoforte)
• “Fuga para órgano en Do m, F. 32”
• “Fantasía- Fuga en Re sostenido FK19”
• “Fuga para órgano en Fa, F. 36” - 'Tripelfuge'
• “Fuga para órgano en Fa menor, F. 31”
• “Fuga para órgano en Sol m, F. 37”
• “7 Preludios corales para órgano, F. 38/1”
• "Concierto en Mi bemol mayor para dos clavicordios" (Andreas Staier, Robert Hill & Musica Antiqua Köln)
• “Concierto para clavicordio, cuerdas y bajo continuo, en La menor F. 45”
• “Concierto para clavicordio, cuerdas y bajo continuo, en Fa menor. Andante” (Il Giardino Armónico).
También a la música sacra dedicó una treintena de cantatas (Bachchor Mainz, dir. Ralf Otto), y una Misa.
También se le atribuye la autoría de la “Obertura en Sol menor”: Capriccio; 1) Larghetto - Un poco allegro, 2) Torneo (Les Violons du Roy, dir. Bernard Labadie), catalogada como BWV 1070 para flauta, cuerdas y bajo continuo.
Las sinfonías son quizás las obras que más llaman la atención de este músico, como la bella “Sinfonía para cuerdas en Fa mayor” (Il Giardino Armónico) y la “Sinfonía disonante” (Ensemble Baroque de Limoges, Christophe Coin, dir. y Cello solo).
Su condición de estilo puente entre dos periodos, el barroco y el clásico -que el compositor presenta no tanto como fusión de ambos sino en separada exposición- las convierten en piezas originales y de enorme interés musical. La “Sinfonía en re mayor” (Akademie für Alte Musik, dir. Berlin Stephan Mai) es una obra alegre y festiva con trompas en el primer movimiento, juguetonas flautas en el segundo y un animado y contagioso tercer movimiento.
Debemos destacar la “Sinfonía en Re menor” fundamentalmente los dos últimos movimientos de esta sinfonía: El “Adagio y Fuga” (Concierto Köln) el primero, marcado por el protagonismo de las flautas que recuerda al Telemann más sombrío y el segundo, con una fuga de extraordinaria factura y de ecos handelianos.
Su profundidad y serenidad unidas a su riqueza musical la convierte en una obra maestra no sólo por su capacidad de síntesis del estilo barroco sino por su alcance que la lleva a emparentarse con el último Mozart. Un adagio recogido, apolíneo y de texturas transparentes y una fuga brillante y entusiasta llevada con gran precisión rítmica
El “Adagio y Fuga de la Sinfonía en Fa menor” (Tafelmusik & Jeanne Lamon) es una obra llamativa por su sorprendente parecido con algunos de los divertimentos para cuerdas de Mozart. De hecho, la comparación con el salzburgués no es ociosa. A petición del Barón van Swieten, Mozart llegó a realizar una transcripción de la pieza añadiendo una introducción a la fuga. Como reza en una de las cartas a su padre fechada en abril de 1782: “Todos los domingos a las 12 voy a casa del Barón Van Swieten y allí no suena más que Bach y Handel. Estoy haciendo una colección de las fugas de Bach, tanto de Sebastian como de Emanuel y Friedemann”.
mu largo
ResponderEliminar