El 8 de marzo de 1714 nació en Weimar el compositor y teclista alemán Carl Philipp Emanuel Bach, el quinto hijo, pero segundo vivo, de Johann Sebastian Bach y María Barbara, y el único que triunfó totalmente en su carrera. Está considerado uno de los fundadores del estilo clásico y uno de los compositores más importantes del periodo galante, aparte de ser el último gran maestro del clave hasta el siglo XX.
Federico II en 1763 |
A los 20 años ya brillaba como instrumentista (dominaba los instrumentos de teclado), profesor y compositor. En 1738 se incorporó en Ruppin a la orquesta de Federico II, príncipe heredero de Prusia, a quien siguió a Potsdam y después a Berlín cuando subió al trono. Durante estos años Carl Philipp escribió gran parte de sus sonatas para teclado (Sonatas de Prusia y Sonatas de Württemberg entre otras) A pesar de permanecer casi treinta años su servicio, Carl Philipp encontraba que el Rey dedicaba poco interés a sus composiciones en favor de las de otros músicos de la corte como G. Benda, Johann J. Quantz o K.H. Graun. Asimismo, su salario era inferior al de estos músicos, por lo que en 1767 decidió abandonar la corte y trasladarse a Hamburgo.
Allí sucedió a G.P. Telemann, que acababa de fallecer, como Director Musices. Para acceder a este cargo presentó un “Magnificat en re mayor” (Parte 2) (Dresdner Kammerchor Hans-Christoph Rademann & dir. Michael Schneider), creado al principio de su época berlinesa. A partir de entonces, y hasta su muerte, se ocupó de la cantoría de Johanneum y de las cinco principales iglesias de Hamburgo, de ahí que fuera conocido a lo largo de Europa como “el Bach de Hamburgo”.
Dio un gran impulso a la vida musical de esta ciudad, ya que su frenética actividad le llevó a escribir durante esa época gran parte de su obra vocal de carácter sacro, como los oratorios “Die Israeliten in der Wüste” (1769), “Die letzten Leiden des Erlösers” (1770) o el más célebre, “La Resurrección y Ascensión de Jesús” Wq. 240 (1777-1780) (Christoph Pregardien, Barbara Schlick, Kleine Konzert, Das & Hermann Max). También dio a conocer en Hamburgo el “Mesías” de Haendel, el “Stabat Mater” de Haydn, el “Requiem” de Jommelli y la “Misa en si menor” de J.S. Bach. Además, fue el encargado de publicar la obra de su padre hasta que apareció la edición de “El clave bien temperado” en 1801.
La parte más original de sus obras se encuentra, probablemente, en las composiciones para teclado. Entre los muchos títulos que cabe destacar se encuentran las seis colecciones de sonatas, rondós y fantasías para aficionados (1779 a 1787). Si bien aprendió el lenguaje musical de su padre, pronto se distinguió por un estilo propio, homófono y a la moda de la época, el llamado “empfindsamer Stil” (estilo sentimental) que, frente a la simplicidad del estilo galante, buscaba la emoción del oyente. Para ello, recurrió al empleo de elementos como disonancias avanzadas, alternancia de modos mayor y menor o acordes interrumpidos.
Carl Philipp también redactó una obra teórica de gran importancia en su época. Se trata del “Ensayo sobre la manera verdadera de tocar el teclado” (1753) en dos volúmenes. Su obra completa fue catalogada por Alfred Wotquenne, de ahí que los números de referencia empleados para citar sus composiciones vayan acompañados de las letras “Wq”. Otra catalogación importante fue la realizada por Eugene Helm, que incluye cerca de 900 obras, 300 de las cuales son para instrumentos de teclado solo.
Obras destacables:
• Concierto para dos clavicordios en Fa, Wq. 46 (1740). Es uno de los cincuenta y dos conciertos para teclado que compuso a lo largo de toda su vida.
• Seis sonatas prusianas (Preussische Sonaten, 1742) Sonata Nº 1 (Pieter-Jan Belder, clavicordio), dedicadas a Federico el Grande.
• Seis sonatas Wurttemberg (Württembergische Sonaten, 1744) (Bob van Asperen), dedicadas al gran duque de Wurttemberg.
• Magnificat (1749) (Gächinger Kantorei Stuttgart Bach-Collegium Stuttgart & Helmut Rilling), en el que muestra una gran influencia de su padre.
• Cinco conciertos para flauta, entre ellos: Concierto en re menor, Wq.22 (Akademie für Alte Musik Berlin); Concierto en si bemol mayor Wq.164 (Machiko Takahashi - Flauta, Concertgebouw Chamber Orchestra & dir. Roland Kieft); Concierto en Sol mayor, Wq.169, y Concierto en Si bemol, Wq.167 (1755). Con estos conciertos contribuyó Carl Philipp al repertorio de flauta para el rey Federico el Grande; no obstante, requieren tal virtuosismo que es dudoso que fueran interpretados por el propio rey.
• Entre 1755 y 1759 compuso varias obras para órgano, con inevitables ecos de su padre. Pueden mencionarse: Conciertos para órgano, en Sol, Wq. 34 y en Mi bemol, Wq. 35; Fantasía y fuga en Do menor, Wq. 119/7 (Orchestra Haenchen & Pietro da Cortona); Preludio en Re, Wq. 70/7.
• Cinco Sinfonías de Berlín, H 649, 50, 53, 54 y 56. Compuestas entre 1755 y 1762, estando el autor en Potsdam. (Orquesta de Cámara de Jerusalén "Kol Israel” & dir. Mendi Ronal)
• Una cantata de Pascua (1756).
• La serie Mit veränderten Reprisen (1760-1768) y Sonaten für Kenner und Liebhaber. Obras de Berlín.
• Diez sonatinas para teclado y otros instrumentos, y dos más para dos teclados. Berlín, 1762- 1764. Son una especie de experimento en el que combina elementos del concierto y la suite.
• Fantasía para clavicémbalo y acompañamiento (Mathaeus Heilmann piano & The Academy of Ancient Music / Christopher Hogwood)
• Dos Conciertos para oboe: en Si bemol, Wq. 164 (Peter Pongrácz, Oboe & Liszt Ferenc Chamber Music Orchestra, Budapest) , y en Mi bemol, Wq. 165 (1765).
• Die Israeliten in der Wüste (Los israelitas en el desierto) (1769) (Chorus & Orchestra: Corona & Cappella Coloniensis & dir: William Christie) Oratorio compuesto en Hamburgo, que merece destacarse por su gran belleza y por la semejanza de su plan con el oratorio Elías, Op. 70, de Felix Mendelssohn.
• Die letzen Leiden des Erlösers (Los últimos padecimientos del Salvador) (1770) (Collegium Vocale Gent & La Petite Bande & dir. Sigiswald Kuijken). Oratorio con momentos aún más inspirados que su predecesor.
• Conciertos para clavicordio, Wq. 43/1-6 (1771). Del período de Hamburgo. Originales y de temperamento volátil.
• Seis Sinfonías de Hamburgo, H 657-62 (Wq. 182/1-6) (1773) (Chamber Orchestra & Hartmut Haenchen). Escritas para el Barón von Swieten. Representan al C.P.E. Bach tardío, con mayor libertad que cuando se encontraba en la corte berlinesa.
• Selma, H 739 (Wq. 236) (1775).
• Concierto en mi bemol para clave, pianoforte y orquesta, H 479 (Wq 47) (1788) (Rudolf Zartner, harpsichord; Ernst Gröschel, piano & Pro Arte Orchestra & dir. Kurt Redel). Concierto al estilo de Haydn, en el que juega con el contraste de los solos instrumentales.
• Cuarteto en la menor para flauta, viola, chelo y clave, n.º 1, H 537 (Wq 93), Siciliano (1788) (Hans Goverts Clavecín & Orchestre de chambre Bernard Thomas). Es uno de los tres cuartetos que compuso el último año de su vida. Los otros dos son: el n.º 2 en Re, Wq. 94 y el n.º 3 en Sol, Wq. 95.
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