Aldo Clementi persiguió siempre en sus obras el ideal de música pura, racional, con el contrapunto - que dominaba a la perfección- como base. Sus partituras reflejan además el diligente estudio de las obras del siglo XX. De sus primeras piezas influidas por el dodecafonismo, en la segunda mitad de la década de 1950 el compositor se basó en el estructuralismo de impronta “postweberniana”, evolucionando más tarde hacia el informalismo, que ocupó los años centrales de su obra.
En su producción, con un lenguaje muy personal, es frecuente el uso del “rallentando” sobre una serie de células musicales que confiere a sus obras una aparente estaticidad. El vasto y variado catálogo de Clementi incluye música orquestal, con cinco conciertos, piezas de cámara, música electrónica de la época en la que trabajó en el estudio de fonología musical de Radiotelevisión Italiana de Milán, así como obras vocales y dos óperas, una de ellas, “Carillón”, estrenada en 1996 en La Scala de Milán. Falleció en Roma (Italia) a los 86 años el 3 de marzo de 2011.
“Ideogrammi n.1” (1959) para 16 instrumentos;
“Triplum” (1960) para flauta, oboe y clarinete;
“Doce variaciones” (1980)
“Cantabile” (1988)
y “Albumblatt” para voces femeninas, flauta, violín y guitarra” (1995).
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