23 noviembre 2012

LP 'Tea For The Tillerman'


El 23 de noviembre de 1970 se publicó en el Reino Unido el cuarto álbum de la discografía de Cat Stevens, 'Tea for the Tillerman', un álbum cuyos arreglos de pop de cámara lo convirtieron en el más ambicioso de su carrera. Contenía el hit internacional 'Wild world' que dio a conocer al cantautor británico de origen griego en todo el mundo.

Patti D'Arbanville
El tema. cuya letra ha sido tachada de sexista, estaba dedicado a su ex novia Patti D'Arbanville, una espectacular groupie de 18 años. Tras su ruptura, no le bastó 'declararla muerta' en su anterior canción 'My Lady D'Arbanville', aún seguía obsesionado con ella y más cuando se enteró que Patti había sucumbido a los encantos de Mick Jagger... También escribió 'Hard headed woman' pensando en ella.

Otros cortes populares del álbum fueron 'Sad Lisa' y 'Father and son', una conversación entre padre e hijo en la que Stevens canta en voz grave y aguda respectivamente los dos papeles. El padre no entiende el deseo del hijo de marcharse del hogar y el hijo no encuentra palabras para hacerse entender pero sabe que es el momento para buscar nuevos horizontes y perseguir sus propios sueños lejos de casa.

Escena de 'Harold and Maude'
Cuatro temas del álbum, 'Where do the children play?', 'On the road to find out', 'Tea for the tillerman' y 'Miles from nowhere' formaron parte de la banda sonora de la comedia de humor negro 'Harold y Maude' (1971). Por otro lado, 'But I might die tonight' se incluyó en el film de Jerzy Skolimowski 'Deep End' (1970). Completan el álbum los temas 'Longer boats' y 'Into white'.
En noviembre de 2008 se publicó una edición 'deluxe' que incluye un segundo disco de maquetas y actuaciones en vivo.




Cat Stevens – voz, guitarra, piano
Alun Davies – guitarra, voces
Harvey Burns – batería
John Ryan – bajo
Del Newman – arreglos de cuerda
John Rostein – violín

Alun Davies

Betty Everett


El 23 de noviembre de 1939 nació en Greenwood (Mississippi) la pianista y cantante de R&B, Betty Everett, quien con su poderosa voz, obtuvo varios éxitos en las listas de ventas de R&B durante los años sesenta y setenta.

Como la mayoría de las cantantes afro-americanas de su generación comenzó su carrera cantando gospel en la iglesia y con nueve años ya tocaba el piano. En 1956 se trasladó a Chicago donde sus gustos musicales pasaron del gospel al R&B y en poco tiempo estaba integrada en la escena del blues eléctrico local compartiendo escenario con Magic Sam y Muddy Waters. En 1957 logró grabar para varios pequeños sellos locales temas como 'My life depends on you', 'I've got a claim on you' y 'I'll be there'.

En 1963 es descubierta por un ejecutivo de A&R Records, que la contrata para el sello Vee-Jay, bajo el cual graba su primera entrada en listas, 'You're no good'. El tema no alcanza el Top40 pero en Inglaterra una banda de Liverpool, los Swinging Blue Jeans realiza una versión que es un hit en el Reino Unido. En 1975, Linda Ronstadt llevaría el tema al nº1. Se publicó el álbum también llamado 'You're No Good' y el siguiente single contenía la canción 'The shoop shoop song' escrita por Rudy Clark y producida por Calvin Carter, que fue Top10 en las listas pop de Billboard. Este éxito permitió a Betty codearse con los grupos de chicas tan populares del momento como las Ronettes y las Shirelles las cuales, como ella, fusionaban el gospel con el R&B y el pop.

Jerry Butler y Betty Everett
Los dúos también eran muy populares en la época y Everett se asoció con otro artista del sello, Jerry Butler, un cantante nativo de Mississippi conocido en los círculos de Chicago como 'el hombre de hielo'. Ambos realizaron una romántica versión de 'Let it be me', grabada anteriormente por los Everly Brothers, con la que obtuvieron un Top5. Le siguieron otros duetos, con menor éxito, como 'Smile' (1965) y 'Love is strange' además de grabar juntos un álbum, 'Delicious Together'.

En 1965 realizó giras por el Reino Unido y siguió grabando éxitos menores como 'I can't hear you' y 'It's getting mighty crowded', este último, su primera entrada en las listas británicas. Dificultades financieras provocaron el cierre de Vee Jay Records en 1967, por lo que Everett firmó con ABC-Paramount Records, donde obtuvo un éxito limitado con el single 'Love comes tumbling down'. Se cambió a Uni donde grabó el álbum 'There'll Come a Time'. El tema que le daba nombre alcanzó el nº2 en las listas de R&B y el 26 en las de pop. Permaneció en el sello hasta 1970 grabando más singles como 'I can't say no to you' y 'It's been a long long time' (1969).

Seguidamente, con Fantasy, logró una nueva entrada en las listas con 'I got to tell somebody' (1971). No dejó de actuar en Estados Unidos y Europa durante los años setenta. Trabajó junto al prestigioso arreglista Gene Page en la grabación de dos álbumes: 'Love Rhymes' (1974) y 'Happy Endings' (1975). Su última entrada en las listas fue con 'True love (You took my heart)' en 1978, publicado por United Artists. En los años ochenta se mudó a Beloit (Wisconsin) a casa de su hermana. Allí trabajó para la iglesia y para la R&B Foundation. En 1990 volvió a centrar la atención del público, gracias a la versión de 'Shoop shoop song' que Cher interpretó e incluyó en su película 'Mermaids' (Sirenas). Le llovieron ofertas para giras y conciertos, pero el precario estado de salud de Betty y su miedo escénico no le permitieron reavivar su carrera.

Realizó su última actuación en público el año 2000, cuatro años después de ser admitida en el Salón de la Fama de la R&B Foundation, cantando a dúo con Jerry Butler 'Let it be me'. Betty murió en casa de su hermana en Beloit -con quien residía desde 1980- a los 61 años en agosto de 2001.

Gloria Lynne


El 23 de noviembre de 1931 nació en Harlem la cantante neoyorquina de R&B Gloria Lynne, una artista que grabó un buen número de álbumes para el sello Everest en sus comienzos para desaparecer por un tiempo y reaparecer en los noventa. Una excelente vocalista cuyo estilo se movía entre el bop, pop de los 50 y el soul temprano, comenzó a cantar en la iglesia junto a su madre, una cantante de gospel.

En 1951 ganó un concurso amateur en el Apollo Theatre, tras lo que participó en varios grupos y, en 1958, ya en solitario es descubierta por un ejecutivo de Everest, y graba con ellos su álbum debut: 'Miss Gloria Lynne'. Hasta 1963 publicaría una decena de álbumes, con temas como 'June night', 'Love I found you', 'I'm glad there is you' y 'I wish you love', que se convirtió en su tema más emblemático. Gloria compartió escenario en sus primeras giras con artistas como Ray Charles, Billy Eckstine, Johnny Mathis y Ella Fitzgerald.

Gozó entonces de cierta popularidad, demostrando su versatilidad en el estudio grabando el hit pop '(You don't have to be a) Tower of strength' (1961), como contestación al tema 'Tower of strenght' de Gene McDaniels. Sin embargo, al aparecer el rock and roll, su música cayó en el olvido aunque Gloria continuó grabando magníficos álbumes como 'At Basin' Street East' (1962), 'Soul Serenade' (1965), 'Lynne '66' (1966) y 'Happy And in Love' (1970), en los que mostraba su dominio en diferentes géneros como el jazz, R&B, soul y pop melódico.

En los años ochenta, Gloria volvió a trabajar con regularidad. Comenzó a grabar de nuevo bajo el sello Muse y en 1992 publicó 'No Detour Ahead', al que siguió 'This One's On Me' en 1998. En 1995, su tema 'Speaking of happiness' se incluyó en el film 'Seven' y en la campaña de una conocida marca de automóviles. Quizás su mejor álbum desde los años sesenta, 'From My Heart To Yours' se publicó en 2007.
Murió de un ataque al corazón el 15 de octubre de 2013 a los 82 años.

Manuel de Falla


El 23 de noviembre de 1876 nació en Cádiz, el compositor y pianista español Manuel de Falla que, con los catalanes Isaac Albéniz y Enrique Granados, es el tercero de los nombres que conforman la gran trilogía de la música nacionalista española.

Fue uno de los primeros compositores de esta tradición que, cultivando un estilo tan inequívocamente español como alejado del tópico, supo darse a conocer con éxito en toda Europa y América, y con ello superó el aislamiento y la supeditación a otras tradiciones a la que la música hispana parecía condenada desde el siglo XVIII. Nunca fue un compositor prolífico, pero sus creaciones, todas ellas de un asombroso grado de perfección, ocupan prácticamente un lugar de privilegio en el repertorio.
Recibió sus primeras lecciones musicales de su madre, una excelente pianista que, al advertir las innegables dotes de su hijo, no dudó en confiarlo a mejores profesores. Tras trabajar la armonía, el contrapunto y la composición en su ciudad natal con Alejandro Odero y Enrique Broca, ingresó en el Conservatorio de Madrid, donde tuvo como maestros a José Tragó y Felip Pedrell.

La influencia de este último sería decisiva en la conformación de su estética: fue él quien le abrió las puertas al conocimiento de la música autóctona española, que tanta importancia había de tener en la producción madura “falliana”. Tras algunas zarzuelas, hoy perdidas u olvidadas, como “Los amores de Inés”, los años de estudio en la capital española culminaron con la composición de la ópera “La vida breve” drama lírico (1905) (Ginette Neveu, violín - Jean Neveu, piano), que se hizo acreedora del primer premio de un concurso convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Aunque las bases del concurso estipulaban que el trabajo ganador debía representarse en el Teatro Real de Madrid, Falla hubo de esperar ocho años para dar a conocer su partitura, y ello ni siquiera fue en Madrid sino en Niza. Francia, precisamente, iba a ser la siguiente etapa de su formación: afincado en París desde 1907, allí entró en relación con Debussy, Ravel, Dukas y Albéniz.

Falla, con la meticulosidad y lentitud en él característica, ya había empezado a escribir en 1911 una de sus mejores y más fascinante composiciones instrumentales y una impresionante sinfonía para piano y orquesta, que tituló “Noches en los Jardines de España”, dividida en tres partes: “En el Generalife” (Walter Gieseking, piano - Kurt Schroeder and the RSO Frankfurt), “Danza Lejana” (Martha Argerich, piano Orchestra della Svizzera Italiana y “En los Jardines de la Sierra de España" (Alicia de Larrocha, piano - Orchestre Symphonique de Montréal). Obra en la que, a pesar del innegable aroma español que presenta, está latente cierto impresionismo en la instrumentación.

La madurez creativa de Falla empieza con su regreso a España, en el año 1914. Es el momento en que compone sus obras más célebres: la pantomima “El amor brujo” (1915) : Danza ritual del fuego (Chicago Symphony Orchestra, dir. Daniel Barenboim), el ballet “El sombrero de tres picos” (Madrid 1917 - Londres 1919) (Orquestra sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña & dir. Lawrence Foster), éste compuesto para cumplimentar un encargo de los célebres Ballets Rusos de Serge de Diaghilev, las “Siete canciones populares españolas para voz y piano” (1914) 1-4, 5-7 (José Carreras) y la “Fantasía bética para piano” (1919) (Alicia de Larrocha, piano), la última de las grandes páginas andaluzas.


En esta época, Falla se trasladó a Granada trazando una relación con el poeta García Lorca, que también era un músico competente, e indujo a Falla a ocuparse con más profundidad del cante jondo.

Su estilo fue evolucionando a través de estas composiciones desde el nacionalismo folclorista que revelan estas primeras partituras, inspiradas en temas, melodías, ritmos y giros andaluces o castellanos, hasta un nacionalismo que buscaba su inspiración en la tradición musical del Siglo de Oro español y al que responden la ópera para marionetas “El retablo de maese Pedro” (1923), (Orchestra di Roma e del Lazio & dir. Mario Ancillotti), una de sus obras maestras, basado en un episodio Del Quijote de la Mancha, de Cervantes.

Según Falla, El Retablo debía ser una ópera pequeña, con un conjunto instrumental reducido, realizada totalmente por títeres, con los cantantes en el foso de la orquesta. Pretendía con ello empezar un estilo completamente nuevo. Estas experiencias recordaban muy de cerca a las experiencias de Ravel y Stravinski. Mientras que en sus obras anteriores Falla hacía gala de una extensa paleta sonora, heredada directamente de la escuela francesa, en estas últimas composiciones su estilo fue haciéndose más austero y conciso.

A partir de la composición El Retablo, Falla se fue interesando, cada vez más por las sonoridades y para estas disponía de un instrumento idóneo: el clave. “El Concierto para clavicémbalo; flauta, oboe, clarinete, violín y violonchelo” (1923-1926) Parte I. Allegro, Parte II. Lento, Parte III. Vivace (Harpsichord Schirmer Ensemble Kelly, dir. Brett), se compone de estas sonoridades a un tiempo majestuoso y también ásperas. Esta obra exigió tres años de trabajo encarnizado. A partir de 1925, Falla empezó a sufrir grandes trastornos respiratorios y nerviosos, que le dejaban cada vez menos energías para el trabajo. Viajó por Francia, Inglaterra, Italia entablando amistad con Malipiero, Casella y Rieti.


La obra “Homenajes” (1932 - 1939) es una suite orquestal escrita a partir de composiciones anteriores. En ella encontramos un “Homenaje a la tumba de Debussy”, de 1920 (Juliam Bream), escrita para guitarra y transcrita para piano inmediatamente después, un “Homenaje a la tumba de Paul Dukas”, de 1935 (Rafael Orozco), y una “Fanfarria sobre el nombre de Arbós”, compuesta hacia 1933. A estas obras hay que añadir una nueva pieza escrita en 1938, denominada “Pedreliana”, sobre temas de La Celestina de Felipe Pedrell (maestro de Falla y renovador de la música moderna española).