18 noviembre 2012

Carl Maria von Weber


El 18 de Noviembre de 1786 nació en Eutin, una ciudad pequeña cercana a Lübeck en el norte de Alemania el compositor, pianista y director de orquesta alemán, Carl Maria von Weber, considerado junto a Schubert y Beethoven, el más destacado representante de la primera generación romántica de músicos alemanes.

Casa natal de von Weber en Eutin
Carl Maria fue el noveno hijo de Franz, nacido de su segunda esposa Genoveva v. Brenner. Su padre era un oficial militar, que, sin embargo, se dedicaba a tocar el violín, y su madre había cantado en los escenarios. El oficio de su padre lo relacionó fuertemente con el teatro y lo llevó a recorrer Alemania. Sus estudios musicales comenzaron a muy temprana edad bajo la tutoría de su medio hermano Fridolin. Posteriormente J. P. Heuschkel, un famoso oboista y organista, fue su maestro de piano y armonía en Hildburghausen.

Karl Maria von Weber
En el otoño de 1797 la familia Weber se instaló en Salzburgo y al siguiente año Carl María ingresó a la escuela de jóvenes coristas bajo la dirección de M. Haydn, quien desarrolló el potencial de su discípulo y lo orientó en la publicación de su primera obra, “6 Fughettes pour piano opus” , dedicada a su hermano Edmond. Tras la muerte de su madre, viaja a Munich donde recibe clases de piano, teoría y composición con el organista de la corte, J. N. Kalcher y canto con J. E. Wallishauses, más conocido como Valesi.
A partir de entonces, Carl María se dedicó a la composición y colaboró en el perfeccionamiento del sistema litográfico, el cual aprovechó para publicar sus serenatas, variaciones, tríos, una misa y su primera ópera “Die Macht der Liebe und des Weines” en 1798 (El poder del amor y del vino), cuando sólo tenía 12 años.

Teatro municipal de Breslau
En 1803 llega con su familia a Viena y comienza estudios con el abate Vogler, de quien aprendió la comprensión e interés por la música popular. A los 18 años (1804) fue nombrado director de orquesta del teatro municipal de Breslau, bajo recomendación de Vogler y dos años después se intoxicó gravemente al confundir una botella de aqua fortis con vino. Tras dos meses de su enfermedad, viaja a Karlsruhe en 1806 para ser intendente de música del Duque Eugenio de Württemberg. En 1807, debido a la invasión napoleónica, la corte de Karlsruhe se dispersó y Weber pasó a ser secretario particular del Duque Luis de Württemberg.

Escena inicial de 'Der Freischütz'
En julio de 1807, llega a Stuttgart, donde compone muchas obras como su primera ópera de importancia: “Silvana” (1810) (Fackel Tanz), estrenada con gran éxito en Frankfurt.
Más tarde fundó la "sociedad armónica" con Gottfried Weber en Mannheim, y con la cual empieza a destacarse. En 1812 estrena en Berlín, una de sus más reconocidas obras que contribuye a la "ópera nacional": “Der Freischütz”, (El cazador furtivo): Obertura (The National Philharmonic of Russia, dir. Sergey Kiss), "Jägerchor" (Philadelphia Orchestra, dir. Eugene Ormandy), cuyo argumento se basó en una leyenda popular.


Dos años después estrenó “Euryanthe”, Obertura: http://youtu.be/XbFewCXanZY (National Symphony Orchestra dir. Karl Rankl), con libreto de la poetisa Helmina von Chezy, inspirado en la leyenda francesa de "Gérald de Nerves y de la bella virtuosa Euryanthe, su amiga". Scène et Cavatine d'Euryanthe: "So bin ich nun verlassen..."- "Hier dicht am Quell." (Jessye Norman Staatskapelle Dresde dir. Marek Janowski)

Karl Maria von Weber
A partir de entonces, su composición fue incesante y se mantuvo viajando por toda Alemania en una gira de conciertos. A principios de 1813 llega a Praga y el administrador de la ópera, Liebich, le ofreció el puesto de director musical. De inmediato comenzó con su trabajo y el 9 de septiembre inauguró la temporada de ópera de Praga. Su estancia en dicha ciudad tuvo mucha actividad, en marzo de 1814 ya había montado 18 óperas, se preocupaba por mantener el interés del público y escribía artículos en los periódicos sobre las obras; reorganizó las funciones del teatro y estructuró el núcleo de una "compañía Alemana" (guiado por el trabajo hecho en Francia) a la cual incluyó reformas en el escenario, luces, posición de la orquesta, horarios y salarios.

Opera de Dresden
En uno de sus viajes Weber se encontró un 16 de julio de 1816, en Carlsbad, con el Conde H. Vitzthumb, mariscal de la corte de Sajonia y director de la ópera de Dresde, quien le ofreció el puesto de Kapellmeister en esa última ciudad.
En octubre viaja a Berlín, donde se casa el 19 de noviembre con Carolina Brandt. En diciembre es confirmado su nombramiento en Dresde, pero como director de la ópera alemana, ya que el cargo de Kapellmeister era ocupado por Moriacchi, un defensor de la ópera italiana, que tiempo después (por motivo de un largo viaje) dejó su puesto a Weber.

Escena de 'Oberon'
Cuando ya se aproximaba el final de sus días y su salud comenzaba a empeorar, Weber recibió el encargo desde Londres de componer una ópera en inglés, que sería su tercera gran obra escénica: “Oberon”, una ópera romántica en tres actos con libreto en inglés de James Robinson Planché, inspirado por un poema de Christoph Martin Wieland. Destaca la obertura (Berliner Philharmoniker, dir. Neeme Järvi), que forma parte del repertorio de conciertos. El estilo es romántico. La música recrea un ambiente fantástico de cuento oriental narrando la historia del caballero medieval Huon rescatando a su prometida Rezia secuestrada por el califa de Bagdad. Selección (The Monteverdi Choir)
Unos meses antes del estreno se había trasladado a Londres donde su salud fue empeorando durante los ensayos. Poco después de estrenarse la ópera, en el Covent Garden, el 12 de abril de 1826, que fue acogida con gran éxito, Weber murió en la casa de su anfitrión, por causa de una afección pulmonar.

Litografía de J.Dickinson que representa a Karl Maria von Weber dirigiendo su célebre opera 'Der Freischütz en Covent Garden (1826)

Su faceta de virtuoso del piano ya es menos conocida, más a través de los libros de historia de la música o los manuales para preparar oposiciones de piano, que de su propia música, lo cual es un poco triste, y recuerda a compositores como Anton Webern, que se conocen más por los análisis de sus obras que, en ocasiones, por sus obras mismas.

Le gustaba mucho el clarinete, del que dejó una notable producción en el terreno concertístico, sus célebres “conciertos para clarinete y orquesta” (1811) “Concertino, en mi bemol mayor, op. 26” (Ernst Ottensamer, clarinet; Czecho-Slovak State Philharmonic ), sin olvidar el “Gran dúo con piano” (Paul Meyer clarinet · Eric Le Sage piano) y su conocido “Concertino para Trompa y Orquesta” (Hermann Baumann, trompa) el cual destaca porque usa elementos especiales: hay notas que deben ser tocadas y cantadas a la vez. Esto genera una tercera nota, formando así un acorde. Hay que tener en cuenta, además, que por aquel entonces la trompa no contaba con válvulas o pistones.


De su música de piano son bastante conocidos los “dos conciertos para piano”, el “Konzertstück en fa menor”, (Claudio Arrau, piano) y por supuesto “Invitación a la danza” (Szokolay, piano) pieza festiva y elegante, llena de encanto, para piano solo.

Karl Maria von Weber
Compuso además cuatro grandes sonatas, ocho colecciones de variaciones sobre temas de ópera, canciones conocidas de la época y temas propios, así como piezas sueltas de carácter brillante como Polonesas, Rondós, etc. según era habitual. “La gran Polonesa” (Magdalena Galka, piano).
Su vocación al teatro, como sucede con Mozart -aunque de forma distinta-, se manifiesta en su música instrumental, tanto en rasgos de estilo como en la propia esencia de muchas piezas, totalmente orientadas a lo escénico, a la sala de conciertos y pensadas para arrancar el aplauso del público. Esto le lleva a practicar un tremendo virtuosismo en el piano, con el consiguiente desarrollo de la escritura y la ampliación de los recursos de un instrumento que iba consolidando su éxito.

Weber se sitúa en la primera generación de virtuosos del piano, músicos verdaderamente incansables, que tocaban programas larguísimos y muy heterogéneos, capaces de improvisar un "Allegro di bravura" sobre un tema propuesto por el público, de realizar verdaderas acrobacias en el piano al límite del delirio, etc. sometidos a todo tipo de penurias en las giras, en condiciones que sólo podían soportar los robustos hombres de antaño.

Estatua de Von Weber en Eutin
Eran verdaderos experimentadores sobre el piano, como nos lo muestra la atrevida escritura de Weber ya desde la primera sonata (Peter Schmalfuss), o en las “variaciones Op. 28”, y el alcance de sus hallazgos sólo puede ser apreciado comparándolos con la recatada manera pianística de sólo veinte años antes. El piano había pasado del clavicordio a efectos virtuosísticos que nos podrían parecer del mismo Liszt. La técnica que desarrolló Weber tiene mucho que ver con las posibilidades de su "legendaria" mano, que debió de ser tan grande que le permitiera abarcar décimas con bastante tranquilidad, y hasta undécimas. Una obra como las “9 variaciones Op. 40” nos da una idea de su dominio de la escritura para piano, de su adecuada síntesis entre innovación y equilibrio sonoro.
También compuso dos misas, ocho cantatas, numerosas canciones y otras obras de diverso carácter.

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