Aniversarios de nacimiento y hechos importantes de la Historia de la Música publicados por fechas.
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El 7 de septiembre de 1909 nació en Sevilla Antonio Mairena, considerado por la práctica totalidad del mundo flamenco, uno de los mejores cantaores que ha dado el género. Se le llamó en los comienzos de su carrera, sucesivamente, Niño de Rafael y Niño de Mairena. Su personalidad es una de las más relevantes en la historia del flamenco, capital en la segunda mitad del siglo XX, distinguiéndose como uno de los más completos y grandes cantaores e investigador y divulgador de su arte.
Antonio Mairena se consideró desde joven legítimo heredero del arte de Manuel Torre, a quien proclamaba su primer maestro junto a Joaquín el de la Paula; también frecuentaba las fiestas gitanas a las que le llevaba su padre, gran aficionado. Cantaor extraordinario, su labor investigadora es un rasgo que le distingue del común de los cantaores. Antonio Mairena fue un estudioso del género, de manera que recopilaba estilos y cantes que luego era capaz de reproducir en propia voz. Su sentido didáctico del Flamenco le hacía escuchar con frecuencia a todo tipo de artistas, de mayor y menor nivel. De este modo, el fondo estilístico de Antonio se basaba en una gran multitud de fuentes, antagónicas en ocasiones, que propiciaba una gran variedad de su repertorio. A veces pasaba años estudiando un cante, que luego comenzaba a cantar él desentrañado y reconstruido como creía que debía haber sido. Hoy permanecen en el acervo cantaor estilos y formas de cantes que sin su mediación estarían perdidos.
Sus investigaciones y estudios los plasmó, además de en conferencias, artículos y otros escritos, en dos libros: 'Mundo y formas del cante flamenco', que escribió en colaboración con el poeta y flamencólogo Ricardo Molina, y 'Las confesiones de Antonio Mairena'. Mereció los más altos honores que, seguramente, haya obtenido jamás un artista flamenco. Entre los principales: Director Honorario de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folclóricos Andaluces de Jerez de la Frontera (1959), III Llave de Oro del Cante (1962), Medalla al Mérito al Trabajo, Medalla de Oro de las Bellas Artes (1983), Hijo Predilecto de Andalucía (a título póstumo).
Su legado discográfico, aunque tardío, es importante. Grabó su primer LP, 'Cantes de Antonio Mairena' en 1958, acompañado por los guitarristas Paco Aguilera y Moraíto Chico. En 1964 grabó 'La Llave de Oro del Cante' y, un año después, 'Cien años de Cante Gitano'.
El paso definitivo, discográficamente hablando, lo dio Mairena en 1966 al editar los excepcionales tres volúmenes titulados 'La gran historia del cante gitano andaluz' para el sello Columbia, con texto explicativo de Ricardo Molina. En este estuche, el cantaor se atrevió con treinta soleares diferentes y diecinueve seguiriyas. El 'mairenismo' estaba más que servido. Siguió grabando discos en los años setenta hasta su retirada en 1975. Antonio murió en Sevilla el 5 de septiembre de 1983.
Vivió el flamenco integralmente, en cuerpo y alma. Acuñó conceptos como "arte gitano-andaluz", "razón incorpórea", "mairenismo"... Creía en el duende: "Yo he tenido momentos de trance, eso que se llama también momentos de éxtasis, de creerte que estás en otro mundo, de palpar con tus sentidos la grandeza del más allá. Cosa grande esta. Después es como si te diera miedo o rabia. Después te quedas como prendido de hilos que se suspenden en algo que no conocemos, porque yo cuando canto no abro los ojos, porque para cantar tengo que soñar, tengo que no ver y cuando despierto del letargo si lo he hecho bien mi espíritu es como si hubiera estado en un lejano cautiverio. Después quedo libre de mi cautiverio, al haber dado rienda suelta a mis íntimas satisfacciones".
El 7 de septiembre de 1934 nació en Buenos Aires el compositor, arreglista y director de orquesta argentino Waldo de los Ríos. Es recordado principalmente por su habilidad para transformar temas de música clásica europea en piezas pop.
Antes de eso, tras estudiar en el conservatorio, formó en Argentina un grupo folk llamado Los Waldos, que se caracterizaba por el uso de instrumentos electrónicos. En 1962 se trasladó a España y a finales de los sesenta comienza a adaptar temas clásicos de Beethoven, Mozart y Dvorak para el público pop. 'Oda a la alegría' -que también arregló y adaptó para que Miguel Ríos consiguiera el primer nº1 en USA de un artista español con su 'Himno a la alegría'-, 'Sinfonía nº 40', 'Sinfonía del nuevo mundo', 'Nabucco', etc. En 1977, cuando estaba en la cúspide de su carrera, fue víctima de una fuerte depresión mientras trabajaba en una obra sobre Don Juan Tenorio, y se suicidó. Tenía 43 años.
El 7 de septiembre de 1934 nació en Inverness (Mississippi) el guitarrista y cantante de R&B y soul James Milton Campbell Jr, más conocido como Little Milton.
Con doce años ya se encontraba tocando por las calles recibiendo fuertes influencias de T-Bone Walker y sus contemporáneos del R&B. En 1952, cuando aun era un adolescente que tocaba en pequeños locales, captó la atención de Ike Turner, quien en aquellos tiempos era un cazatalentos de Sam Phillips para su sello Sun Records. Milton firmó un contrato con Sun y grabó una serie de singles. Ninguno de ellos entró en las listas ni fue emitido por radio por lo que, en 1955, Little Milton abandona el sello.
Tras intentarlo infructuosamente en otras compañías, se traslada a St Louis, donde ayuda a levantar Bobbin Records, una filial de Chess Records. Como productor ayudó a alcanzar la fama a artistas como Albert King y Fontella Bass y por fin, en 1962, consigue un éxito propio, 'So mean to me' que logra alcanzar el nº14 en las listas de R&B. Seguidamente estuvo un tiempo ocupado realizando giras y grabando material nuevo y, en 1965, vuelve a publicar temas con un sonido más pulido, parecido al de B.B.King. Al recibimiento discreto de 'Blind man', le siguió su primer nº1, 'We're gonna make it', y 'Who's cheating who?'.
Little Milton fue un autor muy prolífico y llegó a grabar más de treinta álbumes. A finales de la década siguió publicando singles con un éxito más moderado como 'Grits ain't groceries', 'Just a little bit' (1969) y 'Baby I love you' (1970).
La muerte de Leonard Chess produjo el caos en la distribuidora de la música de Milton, Checker Records, y James se cambió a Stax, donde logró otros dos éxitos menores añadiendo arreglos orquestales en 'That's what love will make you do' (1972) y 'What it is' (1973). Pero Stax también estaba en las últimas. Llevaba años perdiendo dinero y en 1975 se declaró en quiebra.
A continuación, Milton intentó mantener su carrera en varios sellos, grabando para Evidence, MCA y otros, hasta que se instaló en la compañía independiente Malaco Records, donde permaneció el resto de su carrera y publicó más de una docena de álbumes. Su último single de cierto éxito fue 'Age ain't nothin' but a number', publicado en 1983 y su último trabajo discográfico fue el álbum 'Think of Me' (2005). Milton murió de una apoplejía en agosto de 2005 a los 70 años.
El 7 de septiembre de 1936 nació en Lubbock (Texas) el compositor, guitarrista y cantante Buddy Holly, músico norteamericano de gran talento, cuya carrera sólo duró un año y medio. Sin embargo fue, junto con Chuck Berry y Elvis, la figura más importante e influyente de los primeros años del rock and roll.
Nacido como Charles Hardin Holley aprendió de niño a tocar el violín y el piano, pero pronto mostró sus preferencias por la guitarra. Al contrario de lo que se cuenta en el film 'The Buddy Holly Story', sus padres siempre le apoyaron en sus aventuras musicales. En 1956 Decca Records estaba buscando al artista que pudiera hacerle sombra a Elvis Presley. Holly, que venía de triunfar junto a su hermano tocando sus canciones en un show local de radio, fue tentado por la discográfica y, ante la insistencia de sus padres, firmó.
Los directivos de Decca le convencieron para que fuera a Nashville a grabar. Allí, Buddy se dio cuenta muy pronto que el rock and roll no era lo que buscaban los ejecutivos de Decca. Le obligaron a cambiar su estilo de tocar y cantar y grabó unas sesiones en las que trabajó bajo una atmósfera restrictiva y de las que salió un single, 'Blue days, black nights' que tuvo mínima repercusión. En esas sesiones se grabó también una primera versión de 'That'll be the day', entre otras, un tema basado en la frase que pronuncia John Wayne en 'The Searchers' (Centauros del desierto), que -visto el éxito del primer disco- no se publicó.
Norman Petty en su estudio
En enero de 1957 le comunicaron a Holly que no iban a renovar su contrato y que no podía grabar ninguna de las canciones grabadas en las sesiones de Nashville, fueran publicadas o no. Buddy, que lo único positivo que sacó de estas sesiones fue la amistad del baterista Jerry Allison, volvió con él a Texas donde siguió tocando sus temas solo con la guitarra y la batería de Jerry. Holly nunca perdió la confianza en sus propias posibilidades e, impresionado con la labor de producción de Norman Petty con Buddy Knox en 'Party Doll', decidió volver a grabar 'That'll be the day' en los estudios que Petty poseía en Clovis (Nuevo Mexico).
Allison, Holly y Mouldin
La atmósfera que encontró allí estaba a años luz comparada con las manipulaciones sufridas en manos de los de Decca. Con la ayuda de un bajista, Joe B. Mouldin y otro guitarrista, Niki Sullivan, volvieron a registrar el tema, eligieron el nombre The Crickets buscando en un diccionario y la cinta con el resultado pasó de Columbia a RCA y de ahí, a Atlantic. Finalmente, Bob Thiele de Coral/Brunswick Records (irónicamente, subsidiaria de Decca) escuchó interesado la maqueta y los contrató. Como Buddy había grabado el tema con Decca, se publicó bajo el nombre The Crickets. Los siguientes dos años se publicarían canciones de Buddy Holly en Coral y de The Crickets en Brunswick. La distinción era meramente artificial, ya que todos los temas fueron grabados por Buddy Holly and the Crickets. 'That'll be the day' se publicó el 27 de mayo de 1957 y el 23 de septiembre ya estaba en lo alto de las listas de los más vendidos. En diciembre Buddy Holly y los Crickets actuaban en el Ed Sullivan Show.
Una de las anécdotas de aquel tiempo fue cómo lograron meterse en el bolsillo a una audiencia negra cuando fueron contratados a ciegas por los responsables del Apollo Theater de Nueva York (sólo habían oido el disco por la radio) para actuar allí durante una semana, pensando que eran de raza negra. La aceptación no fue instantánea como erróneamente se cuenta en la película 'The Buddy Holly Story', pero a los dos o tres días tenían al público bailando rock and roll y rockabilly. En agosto de 1957, The Crickets era el único grupo blanco que era contratado por teatros situados en barrios afroamericanos.
Buddy y The Crickets
La banda se embarcó en numerosas giras durante las cuales, gracias a su simpatía, a su extrovertido carácter tejano y también gracias a los nuevos sencillos 'Words of love', 'Maybe baby', 'Not fade away', 'Peggy Sue', 'Everyday', 'Rave on', 'It's so easy' y 'Oh boy', trabaron amistad con muchos de sus colegas más significativos, como Chuck Berry con el que solían jugar a las cartas; Little Richard, que apreciaba la sensibilidad y genio del joven tejano; Eddie Cochran, al que Buddy admiraba por su talento como guitarrista; pero de todas las estrellas con las que tuvo amistad, The Everly Brothers fueron quienes se transformaron en sus mejores amigos.
Buddy y Maria Elena
El ambicioso Buddy, que se había casado con Maria Elena Santiago (a quien dedicó su canción 'True love ways') en agosto de 1958, estaba cada vez más interesado en la escena musical neoyorquina. Sin embargo, The Crickets preferían volver a la existencia tranquila y sencilla de Lubbock. Este desencuentro llevó a la ruptura del grupo y Buddy y Maria Elena se instalaron en un apartamento del Greenwich Village de Nueva York. Aquí Buddy grabaría una serie de canciones acompañado de guitarra acústica, entre ellas 'Crying, waiting, hoping' y 'What to do', publicadas después de su muerte y denominadas 'The Apartment Tapes'. Sus últimas grabaciones de estudio fueron 'I guess it doesn't matter anymore' y 'Raining in my heart', grabadas el mismo día que se grabó 'True Love Ways'.
A comienzos del año 1959, Mª Elena esperaba un hijo y Buddy Holly se encontraba con algunos problemas económicos, por lo que decidió unirse a la gira Winter Dance Party, que consistía en una serie de conciertos alrededor de veinticuatro ciudades, durante sólo tres semanas, junto a Ritchie Valens, Dion and the Belmonts y The Big Bopper. Los músicos se encontraban acompañados por Waylon Jennings al bajo, el guitarrista Tommy Allsup y Carl Bunch en la batería.
Su última fotografía con vida
Tras actuar en Clear Lake, Iowa, Holly con cansancio acumulado, decidió alquilar una avioneta ya que la calefacción del autobús se había roto y hacía mucho frío ese día. Además, así ganaba tiempo para dormir. Pero ni las bajas temperaturas, ni la calefacción estropeada del autobús, fueron las causantes de su muerte. Sí lo fue el joven e inexperto piloto que pilotaba la avioneta, Roger Peterson. Su avión tenía la capacidad para tres pasajeros (cuatro contando el piloto), que tenían que pagar 36 dólares para el viaje.
La trágica imagen que dio la vuelta al mundo
Aquella noche del 2 de febreo de 1959, una vez finalizado el concierto, la avioneta despegó de Clear Lake. A la una de la madrugada -dos horas y media más tarde- se denunció la desaparición del avión. En ese avión, Holly estaba acompañado por Ritchie Valens y The Big Bopper. Esa misma mañana, se encontró en un campo de maíz un avión totalmente destrozado y alrededor del avión se encontraron los tres cuerpos de los músicos, que habían salido despedidos por la gran colisión del avión contra el suelo, muriendo instantáneamente. En la cabina se encontró el cadáver del piloto.
La muerte de Holly, Ritchie Valens y Big Bopper, tragedia conocida como 'El día que murió la música', causó un gran impacto en su época. Las dramáticas fotografías del accidente dieron la vuelta al mundo, Elvis Presley envió un telegrama de condolencia desde Alemania; a su entierro acudieron numerosos artistas y disc jockeys del momento; su féretro fue llevado por sus antiguos compañeros de The Crickets y por Phil y Don Everly; Eddie Cochran grabó una versión de la canción 'Three stars' en honor de sus camaradas muertos... La muerte de Buddy Holly significó el último gran golpe que recibió el rock and roll.
Buddy Holly fue una de las primeras grandes estrellas pop de aquella época. Fue el primer artista de su tiempo que, sin renunciar a su patrimonio cultural como el country y el rock and roll,
marcó un estilo en el que primaban la melodía y los arreglos sobre el
ritmo. El esquema clásico, metódicamente repetido por millones de bandas
de rock de todo el mundo desde entonces, de dos guitarras, bajo y
batería, fue establecido y popularizado por The Crickets.
Buddy fue el primer músico que escribía producía e interpretaba sus propias
canciones y además, fue un precursor en el campo de la fusión de las
orquestas con
los instrumentos amplificados, y en la introducción en el rock de
sonidos poco habituales. Los Beatles basaron su nombre en el de The Crickets (crickets = grillos; beetles = escarabajos) e interpretaron una versión de 'Words of love'. Los Rolling Stones hicieron lo propio con 'Not fade away'.
Se puede afirmar con rotundidad que, en mayor o menor grado, desde los The Kinks hasta The Who pasando por The Animals, la sombra de Buddy Holly planeaba sobre cualquier grupo inglés del periodo 1963-1966.