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El 30 de mayo de 1909 nació en Chicago el director de orquesta y clarinetista de jazz norteamericano Benny Goodman. Fue, según Bill Barol en Newsweek: "el único músico de jazz blanco que llego a ser el mejor en su instrumento" y el primero de los grandes directores de la década de los treinta que consiguió fama internacinoal. Con una combinación de buenos contactos, un grandísimo talento y bastante suerte, no dejó escapar una serie de oportunidades entre 1934 y 1935 que culminaron en un cambio de la música en EEUU, recibiendo Benny el apodo de 'Rey del Swing'.
Benny Goodman
El noveno de doce hermanos, Benny se crió en un ambiente pobre. Sin embargo, sus padres hicieron lo posible por ofrecerles educación a todos sus hijos. Cuando su padre -sastre de profesión- advirtió que en la sinagoga de su barrio impartían clases de música y alquilaban instrumentos a precios muy económicos, decidió enviar allí a Benny y dos de sus hermanos. Su hermano mayor llegó a casa con una tuba, el otro con una trompeta y Benny, el más pequeño, volvió con un clarinete. Recibió clases en la sinagoga primero y, después en casa de la filántropa Jane Addams, donde un miembro de la Chicago Symphony Orchestra siguió enseñándole.
Benny Goodman con Ben Pollack
Sus primeras influencias fueron los clarinetistas de Nueva Orleans que trabajaban en Chicago, especialmente Johnny Dodds, Leon Roppolo y Jimmy Noone. El progreso de Benny fue tan rápido que a los trece años ya tenía carnet del sindicato de músicos. Tocaba profesionalmente en los barcos recreativos que surcaban el lago Michigan y, en 1923 era uno de los músicos fijos de la orquesta en un salón de baile local llamdo Guyon's Paradise. Con dieciséis años viajó a Los Angeles (California) para unirse a la banda de Ben Pollack, con quien realizaría sus primeras grabaciones en 1926. En ellas se muestra seguro de sí mismo, con un suave y poderoso ataque y un sonido brillante.
Benny Goodman
En 1928 se mudó a Nueva York, donde prosperó en la radio, en directo y como sideman en las grabaciones. A pesar de que no le faltaba trabajo, la Gran Depresión también le afectó y aceptaba tocar en bailes universitarios con pequeñas bandas para obtener más ingresos, ya que Benny, tras la muerte de su padre, se encontraba a cargo de su madre. Aunque formaba parte de la escena de Jazz de Chicago y estaba influenciado por su energía, su prodigiosa técnica le permitía asumir elecciones profesionales de las que muchos de sus contemporáneos no eran capaces.
Un joven crítico y productor llamado John Hammond, se puso en contacto con Goodman y le ofreció grabaciones frecuentes y un sentido de renovada confianza para que siguiera en el camino del jazz. Tras formar su primera banda en Nueva York en 1934, ese mismo año consiguió la participación en el programa radiofónico semanal de la NBC 'Let's Dance' y luego, un contrato de grabación con RCA Victor. En 1935 una gira lo llevó al Palomar Ballroom, en California, donde su música cautivó los oídos de EEUU y el mundo. Había nacido el 'swing'
Durante 1934 y 1935 Goodman fue el primer director de orquesta blanco que llevó el espíritu del swing de las grandes orquestas negras (Chick Webb, Benny Carter, Duke Ellington y Fletcher Henderson) a la audiencia mayoritaria.
Benny Goodman & his Orchestra
Usó el modelo de Henderson, tomó prestados muchos de sus arreglos y pulió la entonación y el ataque sin asfixiar la energía rítmica. A ello le añadió sus brillantes solos de clarinete. De repente, el jazz sonaba como algo nuevo para millones de jóvenes bailarines que empezaron a escucharlo con avidez. Para cuando Benny llegó a Chicago en diciembre, todo el país estaba hablando del swing. Temas como 'One O'clock jump', 'Stompin' at the Savoy', 'Air Mail special' y 'Don't be that way' dominaban las ondas estadounidenses.
Lionel Hampton, Gene Krupa y Goodman
La llegada del swing despertó una conciencia dormida acerca del jazz, e, indirectamente sobre la raza. Al carro de Goodman se subían todos, blancos y negros, y de este modo se convirtió en el adalid del progreso social y la integración racial. Más de una década antes de que Jackie Robinson rompiera la barrera del color en el béisbol, Goodman había conseguido la integración en la música trayendo a Teddy Wilson (1935), Lionel Hampton (1936) y Charlie Christian (1939) a sus pequeños grupos.
Antes de que acabara la década, Fletcher Henderson se unió como pianista a la base de Goodman, convirtiéndose en el primer músico negro en tocar de forma regular en una orquesta blanca.
En enero de 1938, el famoso concierto de Goodman en el Carnegie Hall pareció otorgar al jazz un nuevo status y legitimidad. Aunque este concierto fue la cúspide de los primeros años de Goodman, otros logros le sucederían: la gran banda del periodo 1939-1941, con Charlie Christian y Cootie Williams; nuevos e innovadores temas con Eddie Sauter y Mel Powell y el sexteto con Red Norvo a finales de la guerra.
Tras la segunda guerra mundial, Goodman lo intentó con el bebop e interpretó un concierto para clarinete de Aaron Copland, escrito para él, antes de volver -sabiamente- al estilo en el que se encontraba más cómodo. Su primera grabación clásica data de 1938, cuando registró el Quinteto de clarinete en La Mayor de Mozart con el cuarteto Budapest. Junto a Ingolf Dahl, interpretó música de cámara de Brahms, Milhaud y Debussy en los años cuarenta y en 1949, comenzó a estudiar con el clarinetista clásico Reginald Kell, quien le mostró un nuevo enfoque del instrumento. Asimismo encargó obras escritas para clarinete a los más importantes compositores del momento, muchas de las cuales son hoy parte de los repertorios standard. 'Contrasts' (Béla Bartók), Concerto para clarinete No. 2 Op 115 de Malcolm Arnold o 'Derivations for clarinet and band' de Morton Gould.
En 1955 surgió un nuevo interés en su música cuando se estrenó el film 'The Benny Goodman Story', con Steve Allen y Donna Reed en los papeles principales. El guión, poco fiel a la realidad, estaba en cierto modo basado en su vida. Lo que sí fue real, era la música. En la película aparecían varios antiguos colegas de Goodman como Ben Pollack, Gene Krupa, Lionel Hampton y Harry James.
Desde los cincuenta hasta los ochenta trabajó, en un estado de semiretiro, cuando y donde le apetecía. Como solista nunca aplicó rutinas, lo que le llevó a cierta inconsistencia. Pero a una actuación poco afortunada le seguían a menudo, como compensación, unos solos inspirados que parecían sorprender al propio Goodman tanto como al público. Para muchos que trabajaron con él, Goodman era un líder exigente; para otros un arrogante, excéntrico y autoritario personaje. Solía enviar a la última fila de la orquesta a aquellos músicos que daban una nota falsa -incluso en los ensayos- o no daban el nivel de técnica que exigía. Las vocalistas Anita O'Day y Helen Forrest recordaban amargamemnte la experiencia de trabajar con Goodman "Los veinte meses que pasé en la orquesta me parecieron veinte años", confesaba Forrest, "cuando miro atrás me parecía estar bajo cadena perpetua".
Sin embargo, Goodman estuvo acreditado como uno de los mayores responsables de la integración racial a finales de los años treinta en America. Además de aceptar músicos negros en sus bandas, rehusó actuar en los estados del Sur, en los que se mantenía la ley Jim Crow, que obligaba a la segregación racial de músicos y público. Según Ken Burns, cuando alguien le preguntó una vez por qué tocaba "con ese negrata" (refiriéndose a Teddy Wilson), Benny contestó: "Si vuelves a usar esa palabra en mi presencia, te partiré la boca". Activo musicalmente hasta el final, Benny Goodman murió en Nueva York en junio de 1986 a los 77 años.