Aunque ya había pasado el verano del amor, el último trabajo de The Small Faces se puede considerar como la quintaesencia de la psicodelia británica. Mientras los grupos de San Francisco tenían inclinaciones políticas, los británicos se decantaron por algo más frívolo, ante todo, la garantía de un buen viaje. Steve Marriott no arremetía contra la guerra de Vietnam, sino contra sus vecinos que se quejaban del ruido que hacía. La mitad de la primera cara es rock psicodélico sin miramientos (el tema que da título al disco, 'Afterglow' y 'Song of a Baker'). Los otros tres cortes son el music hall de Londres pasado por la batidora lisérgica.
En cambio, la cara B es un cuento fantástico y surrealista sobre un chico llamado 'Happiness Stan', narrado por el comediante Stanley Uwin en su lenguaje inventado, el 'gobbledegoo' al que incorporó términos contemporáneos de 'slang' londinense.
La historia es más o menos así: Cuando Stan mira hacia el cielo y descubre que falta la mitad de la luna, se pone en marcha para averiguar qué le ha sucedido a la otra mitad. En el camino salva a una mosca de morir ahogada y en gratitud el insecto le cuenta que conoce a la persona que puede resolver su problema y revelarle el sentido de la vida.
The Small Faces en 1968 |
Steve Marriot |
4. 'Rene'
5. 'Song of a Baker'
8. 'Rollin' over'
10. 'The journey'
11. 'Mad John'