El 13 de octubre de 1909 nació en Toledo (Ohio) el pianista norteamericano de jazz Arthur 'Art' Tatum. A pesar de ser prácticamente ciego fue uno de los más grandes pianistas del género. Fue un niño prodigio que era capaz de tocar directamente al piano lo que oia en la radio o en las pianolas. Con un oído fuera de la común, Art percibía la más mínima variación de la afinación en un piano.
Muchos datos de la vida de Tatum permanecen inciertos o ambiguos: Su fecha de nacimiento, la causa de su ceguera, las inquietudes musicales de sus padres, sus asociaciones con músicos clásicos y su habilidad para tocar como sideman. Aún así, una vez escuchada su obra discográfica, es evidente que su inmenso talento le ha convertido en uno de los más grandes pianistas de la historia. Prácticamente cualquier pianista de jazz aún en activo, a sabiendas o no, le debe algo a Tatum, quien en los años treinta transformó el concepto de piano de jazz para siempre. Incluso solistas de otros instrumentos basaron su evolución sonora en los nuevos conceptos que Tatum trajo al teclado. El crítico, productor y escritor de jazz Leonard Feather lo llamó "el más grande solista de la historia del jazz, sin importar el instrumento"
A mediados de los años veinte estudió en la escuela de música de Toledo y actuaba en emisoras locales. El piano como instrumento tenía ya historia de virtuosos, pero ninguno se aproximó a los niveles de aptitud atlética que Tatum desplegaba con tanta naturalidad. Se hizo algo tan natural que a veces él mismo parecía aburrirse de su propia maestría, pasando a toda velocidad por una procesión de marcados contrastes en tiempo y estilo que cambiaban cada pocos compases, bajo una cascada de arpegios que caían como confeti. Su talento al teclado comenzó a ser popular entre los mismos músicos y grandes del jazz como Duke Ellington, Fletcher Henderson y Louis Armstrong, que aprovechaban sus actuaciones en Toledo para pasarse a ver a Tatum en directo.
Adelaide Hall |
Piezas clásicas del concurso incluían 'Harlem Strut' y 'Carolina shout' de Johnson y 'Handful Keys' de Fats Waller. Tatum triunfó con sus arreglos de 'Tea for two' y 'Tiger rag', en una actuación memorable que fue considerada la última palabra en el estilo de piano stride. James P. Johnson, rememorando la actuación de Tatum, simplemente dijo: "Cuando Tatum tocó 'Tea for Two' aquella noche, creo que fue la primera vez en mi vida que la oi tocada como es debido". Su debut fue histórico porque superó a toda la élite y abanderó el abandono definitivo de la era stride en el piano de jazz. No volvió a ser retado en este estilo hasta que el especialista Donald Lambert inició una rivalidad con él que se quedó en una anécdota.
Durante los años treinta visitó numerosas ciudades del país como Los Angeles, Cleveland, Chicago, Nueva York, y en 1938 se embarcó en el Queen Mary rumbo a a Inglaterra, donde también hizo giras y permaneció tres meses en el Ciro's Club, propiedad del director de banda y violinistra Ambrose.
Sin embargo, el mayor legado de Tatum son sus grabaciones para piano solo. Con un repertorio compuesto principalmente por el Great American Songbook, Tatum mostraba una fluida brillantez técnica y una prodigiosa memoria para crear una biblioteca de obras maestras para piano. La habilidad de Tatum para imaginar y ejecutar ideas complejas e ingeniosas a toda velocidad no tiene parangón en la música grabada. Escuchar a Tatum puede ser una tarea tan emocionante como exigente debido al profundo impacto de sus ideas, sus desvíos armónicos y su extravagante ornamentación.
Sus críticos le reprochaban necesitar demasiadas notas para expresar melodías simples. No obstante, sus interpretaciones de 'Yesterdays', 'Begin the beguine' o 'Humoresque', hacen que con sus arreglos de expresividad exuberante, estos clásicos parezcan composiciones distintas.
En su tiempo Tatum fue con diferencia el pianista más virtuoso del jazz, técnicamente perfecto en ambas manos y reconocido por todos. Un día entró en un club donde Fats Waller estaba tocando. Waller se apartó del piano para hacer sitio a Tatum, anunciando "Yo sólo toco el piano, pero esta noche Dios está aquí". Además, el compositor ruso Sergei Rachmaninoff, tras oír tocar a Tatum, declaró que era el más grande intérprete de piano de cualquier estilo.
Otras celebridades de su tiempo, como Vladimir Horowitz, Arthur Rubinstein y George Gershwin se maravillaron con el genio de Tatum. Horowitz llegó a comentar que si Tatum se dedicara al piano clásico, él lo dejaría al día siguiente. También el legendario saxofonista Charlie Parker estuvo muy influido por Tatum. Recién llegado a Nueva York, Parker trabajó fregando platos en un restaurante de Manhattan en el que actuaba Tatum, y escuchó a menudo al legendario pianista. Desafortunadamente, las dos figuras nunca tocaron juntas.
Aunque Art fue venerado e idolatrado por la mayoría de sus colegas contemporáneos, cuando apareció el bebop -movimiento en el que no participó- su popularidad descendió bastante. En la década de los cincuenta trabajó con Norman Granz, tanto como solista como formando parte de un grupo de All Stars junto con Benny Carter, Ben Webster, Roy Eldridge, Buddy DeFranco y Lionel Hampton. Los dos últimos años de su vida tocaba habitualmente en el Baker's Keyboard Lounge de Detroit, donde realizó su última actuación en abril de 1956. Murió siete meses después, a los 47 años.