Su infancia fue difícil y estuvo llena de acontecimientos. Durante la Gran Depresión sus padres se mudaron de Oklahoma a California donde, al cumplir Merle los nueve años, su padre murió de un tumor cerebral. A partir de aquí, el joven Haggard se tornó rebelde e incontrolable por lo que su madre tuvo que enviarlo a varios reformatorios juveniles los cuales no hicieron más que afianzar la rebeldía del joven. Enamorado de la música country, con doce años recibió su primera guitarra de su hermano mayor y aprendió a tocarla inspirado en la música de Bob Wills, Hank Williams y, sobre todo, Lefty Frizell.
San Quentin |
Una vez allí, el carácter rebelde de Merle continuó aflorando en el duro ambiente del penal. La cosa no mejoró cuando a los dos años de sentencia se enteró de que su primera esposa, con la que se había casado en 1956, esperaba un hijo de otro hombre. Fue enviado a una celda de aislamiento y tras pasar su 21 cumpleaños conversando y escuchando las reflexiones de un preso condenado a muerte, su actitud cambió radicalmente. Se presentó voluntario a los trabajos más duros, se apuntó a clases de educación elemental, se integró en la banda de la prisión y llegó a conocer personalmente a uno de sus ídolos cuando fue por allí a actuar: Johnny Cash. "No sé si funciona igual con todo el mundo", recordaba Haggard en una entrevista, "pero a mí el sistema penitenciario me hizo más fuerte y mejor persona."
Le concedieron la libertad condicional con 23 años y volvió a Bakersfield, dispuesto a cambiar el rumbo de su vida. La localidad californiana se había convertido para entonces en un importante centro de producción de música country en la costa Oeste americana, recibiendo el título de 'Nashville West' y Merle logró encontrar trabajo como guitarrista en clubs de la zona y Las Vegas. En 1962 conoce a Fuzzy Owen quien se convierte en su mentor y su mánager. Propietario de un pequeño sello descográfico, Tally Records, en 1963 publica los primeros singles de Merle. El segundo en aparecer, 'Sing a sad song' logra entrar en las listas country y el siguiente, '(My friends are gonna be) Strangers' alcanza el top10.
Súbitamente a Haggard se le abrieron todas las puertas de la industria. Capitol Records le ofreció un contrato que el músico sólo aceptó cuando, según sus condiciones, la compañía discográfica adquirió Tally Records y colocó a Owen al frente. Merle formó su propia banda, The Strangers y los éxitos se sucedieron con hits como 'The fugitive', 'Branded man', 'Sing me back home', 'The legend of Bonnie and Clyde', 'Mama tried', 'Hungry eyes' y 'Workin' man blues', todos ellos nº1 en las listas country.
Sus canciones, a menudo autobiográficas, retrataban personajes anónimos de la America rural, trabajadores, perdedores, ex-convictos y víctimas de amores desgraciados y sus fans en fábricas, centros penitenciarios y bares de carretera se contaban por miles. Fue un portavoz relevante de la gran masa de americanos de clase media entre Nueva York y San Francisco. Esa relevancia incluyó una fuerte carga política cuando Haggard publicó sus siguientes temas, los dos millonarios en ventas y nº1 en 1969: 'Okie from Muskogee' y 'The fightin' side of me'.
Aunque Haggard manifestó en alguna ocasión que 'Okie from Muskogee' estaba escrita con un tono irónico, intentando satirizar la rancia ideología de algunos pueblos y ciudades de la America profunda, la canción se convirtió precisamente en un himno para todos ellos: camioneros, granjeros y trabajadores de ideología ultra-conservadora de todo el país, hartos de ver a sus jóvenes manifestándose con flores en el pelo y enarbolando slogans antipatrióticos. Hasta el presidente Richard Nixon alabó el mensaje del cantante. En otras declaraciones, Merle afirmó que escribió los temas como "un apoyo a esos chicos que estaban dando sus vidas por America"
Sus nuevos fans esperaban a continuación que continuara con la línea de canciones patrióticas, pero Merle no se sintió cómodo con su etiqueta de 'cantautor de derechas' y sorprendió volviendo a sus temas tradicionales de perdedores, convictos e inadaptados sociales, como 'Carolyn', 'It's not love', 'I wonder if they ever think of me', 'Everybody had the blues', 'If we make it through december' (su última entrada en las listas pop) y 'Always wanting you', entre otros muchos hits que logró año tras año hasta el final de los años ochenta,
En esa década realizó asimismo una serie de dúos con artistas como Clint Eastwood ('Bar room buddies'), George Jones ('Yesterday's wine'), Leona Williams ('We're strangers again') y Willie Nelson, con quien logró en 1983 un gran hit con 'Pancho and Lefty'. En 1987, Merle obtuvo, de una larga lista de 39, el último nº1 de su carrera con 'Twinkle, twinkle, lucky star'.
Con un nuevo sello discográfico, Curb Records, publicó en 1990 'Blue Jungle'. Surgieron problemas con la compañía y, a consecuencia de ellos, Haggard permaneció cuatro años sin grabar, tiempo durante el cual sus finanzas iban de mal en peor, declarándose en bancarrota en 1993. Había dilapidado en diez años una fortuna superior a 100 millones de dólares. El año siguiente apareció su segundo álbum en Curb Records, '1994', al que siguió, dos años después, '1996'.
Le siguió 'Roots, Vol 1' en 2001 con versiones de temas de sus primeras influencias Hank Williams, Hank Thomspn y Lefty Frizell, en un intento, al igual que se hizo con Johnny Cash, de acercar al artista a las nuevas generaciones. El año 2004 se apuntó a la corriente de grabar un álbum con temas clásicos del cancionesro pop norteamericano con 'Unforgettable'. Sus últimas entregas bajo el sello Vanguard Records fueron 'I Am What I Am' en 2010 y 'Working in Tennessee' en 2011, que completaron sus 76 álbumes grabados desde 1965. Merle murió el día de su 79 cumpleaños en abril de 2016.