Aunque fue la primera afroamericana en conseguir un contrato con una productora importante de cine (MGM), nunca consiguió el status de estrella de cine, por lo que se concentró más en su carrera como cantante de jazz. Su potente voz y su belleza impactante dejaron boquiabiertos a muchos; aunque su color de piel siempre supuso un condicionante para Horne. En numerosas ocasiones tuvo que sufrir el rechazo social.
Gran luchadora por los derechos sociales, durante los años cincuenta, Horne fue incluida en la llamada 'lista negra' de McCarthy, aunque logró eludir la 'caza de brujas'. Su carrera abarca más de sesenta años grabando para diversas compañías, actuando en night clubs o en Broadway. Se retiró en 1999 y murió a los 92 años en mayo de 2010.