El 30 de octubre de 1930 nació en Wilmington (Delaware) el trompetista de jazz estadounidense Clifford Brown, cuya trágica muerte a los 25 años privó al jazz de una de sus más brillantes estrellas juveniles. Se inició con la trompeta a los trece años y sus primeras influencias fueron estrellas del bebop como Dizzy Gillespie y Fats Navarro, los cuales causaron un importante y evidente impacto en la evolución del estilo de Brown.
El mismo Navarro, impresionado con las dotes del joven músico le animó a seguir tocando. El sonido de Brown era cálido y redondo y consistente en todo el registro del instrumento. Era capaz de articular cualquier nota, incluso en los tempos rápidos, que Brown dominaba con destreza y que servían para realzar sus espectaculares improvisaciones. Fue muy inventivo tanto en las baladas melódicas como en las más exigentes jam sessions.
Brown y Max Roach |
El 26 de junio de 1956, Brown y su pianista Richie Powell (hermano menor de Bud) viajaban, en una noche lluviosa, de Philadelphia a Chicago. El coche lo conducía la esposa de Powell, Nancy, que en un momento, perdió el control del vehículo, saliéndose de la carretera. Los tres ocupantes murieron en el acto. Clifford tenía 25 años. La influencia de Clifford Brown sobre los trompetistas de jazz de la segunda mitad del siglo XX es enorme y, salvo en los casos de los trompetistas de la escuela cool, y de sus antecesores, como Kenny Dorham o Dizzy Gillespie, todos tienen una deuda con él.
Incluso en las grabaciones de 1952 y 1953 de Miles Davis, se advierten ecos del estilo de Brown. La lista de los derivados de Clifford Brown es muy extensa; los más célebres son Lee Morgan, Carmell Jones, Donald Byrd, Freddie Hubbard, Blue Mitchell y Louis Smith. Su influencia en el jazz de las últimas décadas del siglo XX y en el XXI es evidente en Wynton Marsalis, Terence Blanchard, Nicholas Payton y Roy Hargrove. Hasta Tom Harrell, cuyo estilo parece alejado del de Brown, ha reconocido el influjo.