El 14 de febrero de 1947 nació en Washington D.C. el cantautor norteamericano Tim Buckley, que durante su carrera desarrollada entre los años sesenta y setenta desconcertó a muchos de sus seguidores con su habilidad de hacer cohabitar en su música géneros como el jazz, folk, soul, rock psicodélico y avant garde.
Tim en 1964 |
Boda de Tim y Mary en 1965 |
Tim Buckley (1966) |
El barroquismo psicodélico estaba a la orden del día en las publicaciones de Elektra Records y 'Tim Buckley', grabado en tres días de agosto de 1966, fue aderezado con colaboraciones de músicos como Lee Underwood (guitarra), que acompañaría a Tim el resto de su carrera, Jim Fielder (bajo), Van Dyke Parks (teclado) y Jerry Yester. Larry Beckett, co-autor de la mayoría de temas y amigo de Tim desde la escuela, también fue un colaborador destacado. La frágil, melancólica y orquestada belleza del material que ofrecía el álbum poseía una cualidad de inocencia, mermada muy ligeramente en su segunda entrega, 'Goodbye and Hello' (1967). Las canciones de Buckley y sus arreglos se tornaron más ambiciosos y psicodélicos, particularmente en el largo tema que da título al álbum. También fue su mejor clasificación en el Top200 de álbumes donde aún así, no pasó del puesto 171.
Buckley, sin embargo encontraba a sus acólitos en los ambientes underground, incluso con sus propuestas más accesibles.
En su tercer álbum, 'Happy Sad' (1967), inspirado por el espíritu de exploración que supuso 'Sgt. Pepper', publicado unos meses antes, muestra su derivación musical hacia el jazz, tanto en su forma de cantar como en la instrumentación, que ahora incluye congas y vibráfono. Aunque totalmente fuera de las propuestas comerciales de la época, se puede considerar que este cierra el triunvirato de los álbumes más accesibes de Buckley, con temas como 'Dream letter', 'Morning glory' o 'I never asked to be your mountain'. Lo cierto es que, a finales de los años sesenta, Buckley estaba mucho más interesado en el jazz que en el folk-rock, y más concretamente, en la corriente avant garde del género.
Sus canciones se volvieron más oblicuas en estructura y parcas en palabras, especialmente cuando se rompió por un tiempo la sociedad de Buckley con Larry Beckett, que fue llamado a filas. Algunos de sus nuevas composiciones abandonaron las letras por completo, tratando su propia voz como si fuese un instrumento que emitía, en un alarde de gimnasia vocal, susurros, llantos y alaridos, acompañados de cacofonías. En ese contexto, 'Lorca' (1970) fue visto no sólo como una ruptura chocante, sino como un 'auténtico y descarado plomazo'.
Buckley ya no era aquel poeta de románticas melodías. Era un artista experimental que en ocasiones parecía destinado a castigarse a sí mismo y a sus seguidores con unos alaridos indescriptibles y una música chirriante y disonante. Casi como para probar que aún era capaz de generar el pop-folk con toques de jazz que algunos añoraban del artista, publicó al mismo tiempo que 'Lorca', y en sello diferente el álbum 'Blue Afternoon'. Siendo una muestra admirable de su versatilidad, fue prácticamente un suicidio comercial; cada álbum anulaba el impacto del otro, al mismo tiempo que confundía más aún a los pocos fans que le quedaban.
'Blue Afternoon' fue su última entrada en listas (no pasó del puesto 192) y ante el fracaso de ventas de ambos discos, Buckley se concentró en lo que consideraba su obra maestra, 'Starsailor'.
Pero 'Starsailor' (1970) recibió la misma fría respuesta de sus seguidores, que consideraban las piruetas vocales de Tim sobre texturas de free jazz excesivamente abstractas para sus oídos. A pesar de incluir la más accesible 'Song to the siren', años más tarde versionada por varios músicos como Robet Plant, John Frusciante y Bryan Ferry, a pocos les convenció su nuevo trabajo. Por otro lado, en sus actuaciones en directo también ponía en peligro su supervivencia comercial con sus interminables jams llevadas hasta el último límite y sus improvisadas y mordaces letras.
A finales del año 1970 formó una nueva banda de músicos de funk, que incluía a Joe Falsia y Buddy Helm. Con ellos grabó tres álbumes de una música que se describió como 'sex-funk': 'Greetings from L.A.' (1972), 'Sefronia' (1973) y 'Look at the fool' (1974), todos ellos fracasos comerciales. Así como los trabajos de su época de jazz experimental lograron dividir a su masa de fans, estos tres últimos discos de su carrera se revelaron como más polémicos y causantes de mayor división que aquellos. Algunos vieron en la última época de Buckley la prueba de su maestría manejando el idioma del soul de ojos azules, otros lo consideraron un triste malgasto de talento o las brasas de un prodigio que se estaba extinguiendo más que renaciendo.