18 junio 2011

Ignace Joseph Pleyel


El 18 de junio de 1757 nació en Ruppersthal, cerca de Viena el compositor, editor musical y fabricante de pianos austriaco Ignace Joseph Pleyel. Fue alumno de Joseph Haydn y de Johann Baptist Vanhal en Bratislava y en la corte de los príncipes Esterhazy en Eisenstadt. Posteriormente, perfeccionó su técnica en Italia. En 1789, es nombrado maestro de capilla de la catedral de Estrasburgo (ciudad donde se encuentra, en esa época, un tal Rouget de l'Isle). Sucede en dicho puesto a François-Xavier Richter.


Al mismo tiempo que su antiguo profesor y amigo Joseph Haydn, pasó en Londres el año 1791.
Es autor de un Método de piano y de abundante música de cámara (64 cuartetos): “Quartet Nº 2: Moderato”, instrumental para piano y cuerdas: “Piano Concerto. Adagio”  y sinfónica: “Sinfonía concertante”.  A partir de 1795, vive en París y abre su primera tienda de música y una editora musical. 

El piano Pleyel que Chopin tenía en Mallorca
En su deseo de adaptar los instrumentos a las cada vez mayores exigencias de compositores e intérpretes, concibe en 1802 su primer piano provisto de un sistema de escape simple, en el que las cuerdas son percutidas por un martillo y no pinzadas (como en el caso del clavecín). Registra la patente en 1807. Falleció en París el 14 de noviembre de 1831, París.




El hijo mayor de Pleyel, Camile viajó a Londres para aprender el oficio y luego continúo su entrenamiento en el negocio de fabricación de pianos de su padre; en 1815 se unió a la compañía y en 1824 se hizo cargo del negocio. Camile Pleyel fue reemplazado por Auguste Wolf, un virtuoso pianista y compositor del conservatorio de París, y después por Gustave Lyon, quien manejó la compañía hasta 1930. A esa altura 1500 familias eran sostenidas por la compañía de pianos “Pleyel”. La fábrica fue adquirida en el 2000 por Hubert Martigny.

En 200 años, la fábrica de pianos Pleyel, había sobrevivido a dos guerras mundiales, el surgimiento de la música electrónica y el ascenso de los pianos japoneses, sin embargo no pudo resistir el auge de su competidor estadounidense, Steinway, ni a la oleada de pianos chinos. La compañía llevaba ya 30 años de pérdidas y había reducido su producción de 600 a 30 pianos al año. El 2007 dejó de fabricar pianos en Alès, sur de Francia, porque no era rentable frente a la competencia extranjera. Ahora, el 90% de las salas de conciertos del mundo usan pianos Steinway. “Están acostumbrados a su sonido potente y no quieren tener una sorpresa cuando toquen en público”, señala François-René Duchable, intérprete de Chopin. “Pleyel contra Steinway es como David contra Goliat”.

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