Hawkins debutó como artista en solitario en Small's Paradise, un local de Harlem y seguidamente se trasladó a Atlantic City. En 1955 firmó con Okeh Records y grabó su primer éxito, 'I put a spell on you'. La canción, un lamento de un amor no correspondido, fue escrito en clave de balada blues. Sin embargo, el día de la grabación, el productor convirtió aquello en una fiesta y se grabó en un estado etílico considerable, además de que añadieron alaridos diversos y extraños efectos especiales como sonidos de huesos agitándose. Cuando Hawkins escuchó la versión grabada no recordaba nada. El año siguiente grabó una nueva versión para Columbia Records. Ambas versiones fueron editadas para emitir por la radio, aunque eliminaron los sonidos de huesos por considerarlos ofensivos ya que rememoraban la cultura caníbal.
Fue Alan Freed, el popular disc-jockey de Nueva York al que se le ocurrió un gag para llamar más la atención. Convenció a Hawkins para que apareciese en escena, a menudo vestido como un vampiro, surgiendo de un ataúd forrado de piel de cebra. Otros elementos de su parafernalia cómico-terrorrífica consistían en una calavera -llamada Henry- que fumaba, explosiones, y llamas que le surgían del pelo. A veces aparecía con un hueso atravesándole la nariz, otras con un taparrabos o portando un escudo y una lanza con un turbante. Estos espectáculos contribuyeron a aumentar su popularidad, pero también le llovieron las críticas de sectores conservadores. La NAACP (Asociación Nacional para el Fomento de la Población de Color) mostró su desagrado, ya que consideraban que se podían asociar las imágenes de canibalismo con la población afroamericana. Incluso los fabricantes de ataúdes se quejaron, alegando que Hawkins se mofaba del serio asunto y negocio de la muerte.
Hawkins confesó que a él mismo le chirriaba el show. Pero no podía hacer ascos a 2.000$ por actuación, y en más de una ocasión tuvo que ayudarse con las drogas y el alcohol para realizar su número. A pesar de todo, 'I put a spell on you' vendió más de un millón de copias.
Sus espectáculos inspirados en el vudú alcanzaron el punto máximo de popularidad a finales de los años cincuenta. En la década siguiente, aunque grabó algunos hits menores como 'I hear voices' y 'Feast of the Mau Mau', sus ventas cayeron y Hawkins se dedicó a realizar giras por Europa donde encontró una entregada audiencia avant garde. También giró por Asia, donde visitó las bases norteamericanas desplegadas allí. Continuó actuando en los años setenta y en 1980 actuó abriendo el espectáculo de los Rolling Stones en el Madison Square Garden. Cuatro años después, volvió a cobrar protagonismo gracias a la inclusión de su famoso éxito en la banda sonora del film 'Stranger than Paradise' de Jim Jarmusch. Asimismo apareció como actor en otro film de Jarmusch, 'Mystery Train' en 1990 y en 'Perdita Durango' (1997) de Alex de la Iglesia.
En 1990 formó el grupo Fuzztones, con los que realizó giras por los Estados Unidos y Europa. En julio de 1991 publicó el álbum 'Black Music for White People' que contenía dos versiones de Tom Waits, 'Heart attack and wine' y 'Ice cream man'. La primera, usada ese mismo año en una campaña publicitaria europea de Levi's sin permiso de Waits, fue objeto de una denuncia del cantautor, que ganó en los Tribunales. En Japón, donde su popularidad era inmensa, Hawkins grabó numerosos spots publicitarios y a mediados de los años noventa se instaló en Paris. Allí murió en febrero de 2000 a los 70 años. Encargó que su cuerpo fuese incinerado y sus cenizas vertidas al océano, porque "ya había estado en demasiados ataúdes" en su vida. Se estima que dejó alrededor de unos 75 hijos de diferentes madres.
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