El 31 de Octubre de 1291 nació en la región francesa de la Champagne, el compositor, teórico musical y poeta Philippe de Vitry que se considera uno de los principales teóricos del Ars nova, así como un compositor de gran talento, innovador e influyente. Influyó poderosamente en la música occidental, especialmente por su tratado de notación musical “Ars nova”, que dio nombre a todo el movimiento musical de su tiempo. Se le atribuyen bellas composiciones vocales polifónicas (motetes) que merecieron los elogios de Dante.
Petrarca |
Varias de estas composiciones musicales no llevan ninguna clase de rúbrica o adscripción, pero algunos teóricos musicales se refieren a ellos como creaciones de Philippe de Vitry. Sus características coinciden, en general, con las que presentan otros motetes que sí pueden atribuírsele con mayor certeza.
Estas obras se caracterizan, sobre todo, por un nuevo lirismo, por una emancipación de la melodía con respecto a los antiguos ritmos modales, así como por su estructura isorrítmica. Es precisamente esta estructura isorrítmica la que consigue perfilar la estructura de la nueva forma de motete cultivada por Vitry, pues esta técnica se basaba en la repetición de un complejo esquema rítmico que se aplicaba al menos a dos de las voces de las que se compone la polifonía. Este esquema se repetiría así varias veces en cada motete. También el texto de cada obra se aplicaba dentro de esta estructura. Para la elección de estos poemas el autor de los motetes parece guiarse por consideraciones extra-musicales, en las que los aspectos simbólicos parecen haber tenido una considerable importancia. Hoy en día no se poseen las suficientes claves como para desvelar en su totalidad la simbología que presentan las obras de Philippe de Vitry y de otros compositores que siguieron sus técnicas, pero al menos sí podemos permitirnos intuirlas.
El tratado Ars Nova y la renovación de la polifonía medieval.
Pero si existe un aspecto en el que el compositor y tratadista se manifiesta como profundamente innovador dentro de su tratado “Ars Nova”, es en su visión del ritmo, así como en todo lo que se refiere al desarrollo de un sistema de notación musical capaz de reflejar sobre el papel, no sólo los aspectos básicos referidos a la mayor o menor duración del sonido musical, sino también, toda una serie de exigencias rítmicas que la música polifónica del XIV había comenzado a plantear. La rudimentaria notación medieval había llegado a alcanzar un grado de perfección suficiente como para expresar la altura de los sonidos, pero nunca fue lo suficientemente exacta como para expresar con precisión la duración de cada uno de ellos. En lo que se refiere a las composiciones monódicas, es decir, las destinadas a ser interpretadas por una sola voz, el intérprete (o los intérpretes, si eran varias las voces que entonaban la melodía al unísono), podían guiarse por los acentos del texto que estuvieran interpretando.
Tratado de Vitry |
En una época aproximadamente contemporánea al momento en que Philippe de Vitry parece haber redactado su tratado “Ars Nova”, también en la Península Italiana algunos músicos y teóricos estaban llevando a cabo diversos intentos por reformar la notación musical con el fin de adecuarla a los requisitos de mayor precisión en la descripción de los tiempos y de la duración de los sonidos que demandaban las nuevas composiciones. La imaginación de estos músicos del siglo XIV, con Philippe de Vitry a la cabeza, parece no tener fin en lo que se refiere a imaginar nuevas retóricas y nuevos recursos que llevaron a sus composiciones a un grado tal de sofisticación que el movimiento acabó, prácticamente, devorándose a sí mismo, al menos en lo que a los recursos estéticos se refiere. Para finales del siglo XIV el camino del “Ars Nova” iniciado en Francia por Philippe de Vitry, se encontraba prácticamente agotado.
El nombre de Philippe de Vitry se ha visto también asociado al de la obra titulada “Roman de Fauvel” (Studio der Frühen Musik - Thomas Binkley, dir), una obra satírica escrita en París entre los años 1310 y 1318, que cuanta cómo Fauvel, un asno que vive en un establo, llega a convertirse en el señor del mundo, al que todos obedecen. El nombre de Fauvel consiste en realidad, según explica el propio texto, en el acrónimo formado por las primeras letras de las palabras Flaterie, Avarice, Vilanie, Variété, Envie y Lascheté (Adulación, Avaricia, Vacilación, Envidia e Informalidad), defectos todos ellos que "adornan" la personalidad de este Fauvel, protagonista de la obra. A lo largo del “roman” van apareciendo diversos personajes de todas clases y condiciones sociales que se esfuerzan por purificar al asno Fauvel, naturalmente sin conseguirlo.
Roman de Fauvel |
Dentro del Roman de Fauvel aparecen diversas interpolaciones en forma de variadas composiciones musicales: veintitrés motetes en tres partes cada uno, "Le roman de Fauvel: Fauvel et Fortune: Motet "Quomodo cantabimus”, diez en dos partes, treinta y dos prosas y lais, catorce rondeaux, ballades y estribillos y cincuenta y dos aleluyas, antífonas, responsorios, himnos y versículos. A pesar de que algunas de estas composiciones musicales siguen presentando las características típicas de la música del Ars Antiqua, en la mayoría de ellas ya se aprecia una evidente consolidación de los principios estilísticos propios del “Ars Nova”.
Obras, canciones y Motetes:
- "Tuba sacre fidei / In arboris" (The Orlando Consort & Vocal Quartet)
- "Je qui paoir seule ai de conforter" (Sequentia)
- “Vos quid admiramini; Gratissima virginis species” (Gothic Voices)
- "Garrit Gallus flendo dolorose - In nova fert animus - Neuma" (Sequentia)
- "Firmissime fidem teneamus - Adesto, sancta trinitas - Alleluya, Benedictus” (Sequentia)
- “Talant j'ai que d'obeir” (Sequentia)
¡Me encanta! No había escuchado antes a Philippe de Vitry pero gracias a un ensayo de historia universal que estoy leyendo es que me animé a conocer su innovadora, revolucionaria y admirable obra musical. Me ha servido muy bien tu efemérides como guía exacta para conocer la vida y obra de Vitry. Gracias miles por su trabajo duro. Tenga un buen día.
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