El 27 de septiembre de 1924 nació en Nueva York el pianista y compositor de jazz Bud Powell, llamado 'el Charlie Parker del piano', que aún hoy constituye la cumbre técnica no superada del piano bebop.
Nieto de 'Zachary', el mejor guitarrista flamenco de Estados Unidos, su padre era pianista y sus hermanos tocaban el violín, la trompeta y el piano, por lo que Bud creció en un ambiente eminentemente musical. Según la tradición europea clásica, Bud también recibió clases de piano siendo niño. Su progreso fue espectacular y en aquellas fechas, era frecuente verle interpretar junto a su amigo Elmo Hope composiciones de Bach y otros clásicos.
Con 15 años abandonó los estudios con la intención de ser músico y en 1939 consiguió su primer contrato importante con los Sunset Royals de la cantante Valaida Snow. Ese mismo año grabó su primer disco, 'Reverse The Changers' para el sello Duke, como sideman del saxofonista Frank Sokolov. Bajo la protección de Thelonious Monk, -a quien conservaría como buen amigo hasta su muerte- ingresó en la orquesta de Cootie Williams en 1942. Estando de gira con ellos sufrió su primera detención por escándalo publico y en 1944 recibió una brutal paliza de la policía de Philadelphia que lo dejó tocado para siempre. Sus trastornos psíquicos se reprodujeron y fue enviado a un Hospital Psiquiátrico de Long Island.
En 1946, recuperado, se incorporó al pequeño combo del contrabajista John Kirby y la casualidad hizo que esa pequeña formación fuera contratada en el Minton's Playhouse de Harlem, el 'templo' del bebop. Aquí Powell entró en contacto con la plana mayor del movimiento, lo que le permitió participar entre 1946 y 1947 en un buen número de jam sessions con Dexter Gordon, Jay Jay Johnson, Sonny Stitt, Kenny Clarke y Sarah Vaughan, entre otros.
Su debut como líder se produjo el 10 de enero de 1947 para el pequeño sello Three Deuces, y en mayo de ese año, grabó el único registro en estudio para Savoy con Charlie Parker.
Bud Powell en 1958 |
El 15 de mayo de 1953 junto a Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Charles Mingus y Max Roach, participó en un multitudinario concierto celebrado en el Massey Hall de Toronto en Canadá, considerado el canto del cisne del bebop y quizás el mejor concierto de jazz de todos los tiempos. Durante estos años grabó en Blue Note la magnífica serie de cinco volumenes 'The Amazing Bud Powell', resumidos en 'The Best of Bud Powell'. A partir de entonces, Powell, comenzó a entrar en una fase de profundo deterioro mental casi irreversible, aunque en 1956 realizó un gira por Europa junto a Miles Davis, Lester Young y el Modern Jazz Quartet de Milt Jackson. Repitió visita al viejo continente en 1959, pero esta vez se quedó cinco años. Le acompañó Altevia Edwards, más conocida como 'Buttercup' y eligió Paris como lugar de residencia. Gracias a los amistosos y desinteresados cuidados que recibió de Francis Paudras, recuperó parte de su genio y siguió actuando (aunque erráticamente).
Powell fue el más importante pianista de bebop y sus innovaciones transformaron la forma de tocar el piano de jazz de su tiempo. Con una técnica prodigiosa era capaz de reproducir los estilos de Art Tatum y Teddy Wilson, cuyos ecos son reconocibles en sus interpretaciones de baladas. En tempos medios y rápidos sin embargo, Bud prefería el estilo que concibió a principios de los cuarenta: Vertiginosas líneas melódicas con la mano derecha, salpicadas de forma irregular con acordes disonantes ejecutados con la izquierda. Este estilo 'antipianístico' -que fue adoptado por la mayoría de pianistas de bop del momento-, le dejaba libertad para buscar la línea melódica, tal como lo hacían los saxofonistas y trompetistas de bop. Su legado es inconmensurable y pocos son los intérpretes que le han sucedido que no han reconocido en él a uno de los máximos representantes del piano moderno.
El pianista y médico Fredic A. Harris intentó estudiar la enfermedad de Bud Powell a partir de sus interpretaciones musicales. Como resultado fundamental de su estudio cabe resaltar que los problemas eran más bien de carácter fisiológico que neurológico, lo cual parece avalar la hipótesis de que sus problemas se agravaron a partir de ser brutalmente golpeado en la cabeza. Este es también el motivo de la inutilidad de todos los tratamientos que sufrió a lo largo de su vida. Sus conocidos lo retratan como un ser retraído y callado aunque podía sufrir ataques de inusitada violencia. Alfred Lion relataba la anécdota de cuando para unas sesiones de grabación lo invitó a dormir en su apartamento para asegurarse su presencia por la mañana en el estudio. Durante el desayuno su pequeño gato saltó sobre la mesa. Bud cogió un enorme cuchillo y si no llega a ser por que lo detuvieron, hubiera eliminado al gato. Finalmente y tras quitárselo de la vista, lograron explicarle que era un simple gato. En cuanto a su forma de ser, Johnny Griffin lo apodaba “Buddah” debido a su rostro inexpresivo. Resulta sorprendente que una persona con tales problemas lograse semejante nivel tanto de ejecución como de composición.
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