18 abril 2012

Miklós Rózsa


El 18 de abril de 1907 nació en Budapest (Hungría) Miklós Rózsa, compositor y director de orquesta que, tras comenzar su carrera en Alemania y pasar por Francia e Inglaterra, a finales de los treinta llegó a Hollywood de la mano de Alexander Korda para participar en la banda sonora de la película 'El ladrón de Bagdad' (1940). Allí permaneció hasta su muerte en 1995 tras aportar su música a más de cien películas y recibiendo 16 nominaciones al Oscar, que ganó en tres ocasiones: 'Recuerda' (1945), 'Doble vida' (1947) y 'Ben-Hur' (1959).

Nacido en Budapest en una familia acomodada, Miklos antes de aprender a leer palabras, ya leía música, gracias a los esfuerzos de su madre, una pianista que había estudiado con alumnos de Franz Liszt. Su tío Lajos trabajaba como violinista en la Opera de Budapest y fue quien le proporcionó su primer instrumento. Más tarde aprendería viola y piano. Con ocho años ya se encontraba dando conciertos en público y componiendo piezas propias. Poco después, el ambiente cultural de Budapest se le quedó pequeño y se trasladó a Alemania para perfeccionar sus estudios musicales. En Leipzig estudió composición con Hermann Gragner, un antiguo alumno de Max Reger.

Publicó sus primeras obras, el 'Trio de cuerdas' Op1 y el 'Quinteto de piano' Op2 a finales de los años veinte y bajo sugerencia del organista y compositor francés Marcel Duprés, Rozsá se mudó a Paris, donde siguió componiendo música clásica de estilo postromántico como su 'Serenade' Op10 (1932) para pequeña orquesta y 'Tema, variaciones y final' Op13 (1933), dos piezas que fueron muy bien recibidas en la época y fueron interpretadas por orquestas conducidas por directores de la talla de Munch, Böhm, Solti y Bernstein. En 1934 su amigo el compositor suizo Arthur Honegger lo introdujo en la música para el cine.

Miklos, impresionado con las oportunidades que brindaba el medio cinematográfico, escribió sus primeras partituras para la gran pantalla en Londres para películas producidas por su compatriota Alexander Korda, como 'The four feathers' (Las cuatro plumas, 1939). En 1939 acompañó a Korda a Hollywood para completar su trabajo en el film 'El ladrón de Bagdad'. Fue su primera nominación a un Oscar, a la que siguieron en 1940 otras para sus bandas sonoras para 'Lydia' y 'Sundown' y en 1943 para 'El libro dela selva', producida también por Korda.


En 1943 realizó la primera de varias colaboraciones que tendría a lo largo de su carrera con el director austriaco Billy Wilder, componiendo la música para 'Cinco tumbas al Cairo' (1943) y 'Perdición' (1944), volviendo a ser nominado por la Academia.

En 1945 se le contrató para componer la música de 'Recuerda', dirigida por Hitchcock. La productora tuvo que recurrir a él puesto que Bernard Herrmann, el preferido del director, no se encontraba disponible en aquel momento. Aunque la partitura nunca agradó a Hitchcock, fue muy aplaudida, introduciendo el uso del theremin y obteniendo su primer Oscar por ella. Sin embargo, no quiso volver a trabajar con Selznick (el productor) ni con Hitchcock, que no pararon de interrumpirle y presionarle durante la gestación del film.

Ese mismo año volvió a ser nominado por su trabajo en las películas 'Días sin Huella' (Billy Wilder) y 'Canción inolvidable' (Charles Vidor) y un año después lo fue nuevamente por 'The Killers' de Siodmark, la película en la que debutó Burt Lancaster. El año 1947 recibió su segunda estatuilla dorada por 'Doble vida' de George Cukor, cuyo protagonista, Ronald Colman, también ganó el premio de mejor actor. En 1949 compone la música de 'Madame Bovary' su primera banda sonora importante para MGM, compañía que produjo la gran mayoría de películas en las trabajó el resto de su carrera, como 'Quo Vadis' (1951), 'Ivanhoe' (1952), 'Ben-Hur' por la que recibió su tercer y último Oscar en 1960, 'Rey de Reyes' (1961) y 'The V.I.P.s' (1963).

Su última nominación la obtendría por 'El Cid', de Samuel Bronston, en 1961. En los setenta colaboraría un par de veces más con Billy Wilder en 'La vida privada de Sherlock Holmes' (1970) y 'Fedora' (1978). Una de sus últimas partituras para el cine fue la de 'Pasajeros del Tiempo'. En los años ochenta, dejó de escribir para el cine, aunque siguió componiendo piezas clásicas de concierto hasta su muerte en julio de 1995 a los 88 años.

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