Su padre, Abraham Mendelssohn, era un banquero y filántropo berlinés, por lo que Fanny gozó de excelente educación y la misma que su hermano. Desde pequeña se perfiló como prodigio musical, razón por la que su educación fue dirigida en torno a la composición. El entorno musical de la joven incluía personalidades como Ignaz Moscheles, Sir George Smart y quien fue su docente, Carl Friedrich Zelter. Fanny nació "con los dedos para tocar fugas de Bach", según su madre. La favorable situación económica de la familia permitió que los niños recibieran una sólida cultura general. Fanny y Félix tuvieron los mejores profesores de Berlín: el Director de la Academia de Canto de Berlín, Carl Friedrich Zelter (1758-1832), en cuanto a composición, y el eminente pianista Ludwig Berger (1777-1839) para piano, mientras que el joven filólogo Karl Heyse (1797-1855) fue su tutor general y profesor de ciencias.
Además, la atmósfera cultural del hogar de los Mendelssohn y especialmente los Domingos Musicales (iniciados en 1823 por Abraham para que Felix pudiese dirigir e interpretar sus composiciones propias y las de otros autores) creaban un ambiente excepcional en el cual crecer y desarrollar sus talentos. Tanto Fanny como Félix estudiaban desde las cinco de la mañana hasta las últimas horas de la tarde. Este horario riguroso era una tradición familiar desde la época del abuelo filósofo. La sociedad de la época, de clara tendencia paternalista, influyó grandemente en la familia de los Mendelssohn Bartholdy: mientras que al joven Félix se le alentó, educó y apoyó en su vocación musical, cosa un tanto rara para un banquero judío, con Fanny, "por ser mujer", no pasó así.
Su destino era ser una buena esposa y ama de casa. Su padre le escribió en 1820: "La música…será siempre un ornamento, y nunca el fundamento de tu existencia en la vida cotidiana". Más adelante, en su 23 cumpleaños, él le volvió a escribir con un matiz reprobatorio: "Debes dedicarte más seria y diligentemente a tu auténtica profesión, a la única profesión de una jovencita, la de ser ama de casa". En 1829 se casó con el pintor Wilhelm Hensel. No obstante, Félix y Fanny, dada la férrea formación familiar, fueron un ejemplo de amor fraternal; incluso ella era mejor pianista que él y Félix siempre valoró las críticas que ella le hacía en todo sentido. Su debut público es en 1838, cuando interpreta el Concierto nº1 para piano de su hermano (Gabriela Montero).
Resulta trágico que cuando al fin consiguió que se despertase el interés en sus composiciones, y estando en la cima de su capacidad creativa, sufrió un fatal derrame mientras dirigía un ensayo para uno de sus conciertos dominicales el 14 de mayo de 1847. Su prematura muerte le arrebató la posibilidad de haber disfrutado en vida del reconocimiento público, que sin duda habría alcanzado, de haber continuado componiendo y publicando sus obras.
De las "Memóires" de Charles Gounod: “Madame Hensel fue una músico más allá de toda comparación, destacada pianista, y mujer de mente privilegiada; menuda y delgada en persona, pero dotada de una energía que se translucía en sus ojos profundos y su ardiente mirada. Fue obsequiada con la rara habilidad de los grandes compositores. Monsieur y Madame Hensel acudían a la Academia los domingos por la tarde. Ella solía sentarse al piano con la elegancia y sencillez de aquellos que hacen música porque es algo que aman, y gracias a su maravilloso talento y prodigiosa memoria fui introducido al conocimiento de un puñado de obras de la música alemana de las que era absolutamente ignorante en aquella época, entre otras, una serie de piezas de Johan Sebastian Bach –sonatas, conciertos, fugas, y preludios, así como varias composiciones de Mendelssohn que fueron para mí revelación de un mundo desconocido”.
Ha sido durante mucho tiempo injustamente pasada por alto como compositora seria, a pesar de una considerable producción que comprende numerosas piezas para piano, innumerables canciones, duetos, tríos, trabajos corales a capella, música de cámara para diferentes instrumentos, una obertura, un oratorio y varias grandes cantatas. Un número de sus canciones fueron originalmente publicadas bajo el nombre de su hermano en sus opus ocho y nueve. Su canción "Italia", era la preferida de la reina Victoria, que pensaba que había sido compuesta por Félix. En cierta forma fue una predecesora del género. Entre sus canciones están: "Die Mainacht" (Soprano: Lan Rao & Piano: Micaela Gelius), “Gondellied” (Soprano: Lan Rao & Piano: Micaela Gelius), "Italien", "Im Herbste, Sehnsucht", "Nachtwanderer" (Eichendorff) Opus 7 n° 1 (Claudie Verhaeghe- Micault),
“Warum sind denn die Rosen so blass” (Gesang: Barbara Tisler & Klavier: Mechthild Winter),
12 Lieder, Op. 9: X. Verlust, (Soprano: Barbara Bonney & Klavier: Geoffrey Parsons), “Ach! Die Augen sind es wieder”, y 'Lied fur Klavier' (éste último solo para piano).
Muchas de sus piezas para piano, al igual que las de Félix, adoptan la forma de "Canción sin palabras": “Lied: Larghetto from Song Without Words, Op. 8, No.3” (Elzbieta Sternlicht).
Sus composiciones incluyen un trío con piano Op. 11 (Trío Dafne) y una cuantiosa cantidad de libros con piezas para piano: “Nocturno el Sol Mayor” (Heather Schmidt),
“Sonata para piano en Sol menor” Mov I y III (Béatrice Rauchs),
Melodía opus 4 Nº 2 (Betty Ann Miller, piano),
Seis Melodías Op.4 & Op.5 – Nº 4 Lento appassionato (Betty Ann Miller, piano).
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