06 enero 2012

Alexander Scriabin


El 6 de enero de 1872 nació en Moscú el compositor y pianista ruso Alexander Scriabin, considerado uno de los mayores exponentes del postromanticismo y el atonalismo libre. Fue uno de los compositores más influyentes e innovadores de la historia de la música.

El joven Alexander
Nació en una familia de la aristocracia de Moscú, hijo único de un abogado y de una talentosa pianista. Su madre murió un año después de su nacimiento y su padre pasó el resto de su vida en el servicio consular ruso, principalmente en Turquía. Alexander fue criado por su tío Lyubov, su abuela y una tía abuela, quienes consintieron tanto al muchacho que el egocentrismo y el cierto amaneramiento de sus modales pudieron ser causa de ello.
Scriabin mostró a temprana edad su talento como pianista y eventualmente formó parte de la gran generación de pianistas rusos que incluyó a Rachmaninov, Lhevinne y Medtner. A los 11 años comenzó su formación con Georgy Konyus y en 1884, por recomendación de Taneyev, se unió a la clase de Zverev, teniendo como compañero a Rachmaninov. Los dos fueron siempre amigos a pesar de los posteriores intentos de la prensa por establecer una rivalidad entre ambos. Desde 1885 Scriabin estudió teoría con Taneyev y comenzó a componer. También escribió poesía.

Josef Hoffman y Scriabin en 1891
En 1888 ingresó al Conservatorio de Moscú donde continuó su formación con Taneyev, Arensky y Safonov. En 1892 dejó el Conservatorio con la segunda medalla de oro (Rachmaninov había ganado la primera) y se embarcó en una carrera como concertista en piano. El año anterior se había dañado la mano derecha practicando 'Islamey' de Balakirev y las 'Reminiscencias de Don Juan' de Liszt, así que dedicó más atención a cultivar su técnica con la mano izquierda, fruto de lo cual surgieron las piezas Op.9. "Nocturno nº 2 para la mano izquierda" (Sergey Kuznetsov)

Mitrofan Petrovich Belyayev
Mientras incluía en sus programas de conciertos obras de Bach, Mendelssohn, Schumann y Liszt, estudiaba profundamente la música de Chopin, la que ejercería una influencia mayor tanto en el estilo como en los títulos de sus primeras obras. En 1893 publicó cinco obras, los “opus 1,2,3,5 y 7” Estudio para piano en Do# menor, Op. 2/1 (Horowitz),  bajo los auspicios de Jurgenson en Moscú, pero un año después conoció en San Petersburgo al mecenas y editor Belyayev, quien eventualmente tomaría todo el control de los asuntos musicales de Scriabin hasta su muerte en 1903. Belyayev comenzó por editar la “Primera Sonata” (Lazar Berman) y los “Doce Estudios Op.8” No.12 (Scriabin); organizó las giras de Scriabin, le pagó generosamente por sus composiciones y prestó dinero, cumpliendo en cierta medida el rol de padre adoptivo.

En 1895 Belyayev envió a Scriabin a una gira por Alemania, Suiza, Italia y Bélgica. Una segunda gira en 1896 le llevó a París, Bruselas, Berlín, Ámsterdam, La Haya y Roma. Durante ambos viajes Scriabin siguió componiendo intensamente. “Los Preludios ops. 11,13,15,16 y 17 datan de este periodo, Prelude Op.11 No.13 (Scriabin) así como la “Segunda Sonata” (Vladimir Sofronitsky), el “Poema Sinfónico” y otras partituras. A su retorno a Moscú en el otoño de 1896 compuso el “Concierto para Piano Op.20” (The New York Concerti Sinfonietta & Jeffrey Grogan; Owen Zhou, piano).


Se relacionó con una joven pianista, Vera Ivanova Isaakovich, graduada del conservatorio y admiradora de su música, con quien, a pesar de las protestas de sus tíos, se casó en agosto de 1897. La pareja se trasladó a Odessa, donde Scriabin estrenó el Concierto para Piano, y luego viajó a París por cinco meses, lugar en el que él trabajó principalmente en la “Tercera Sonata” opus 23 III. Andante- IV. Finale: Presto con fuoco (piano: Vladimir Horowitz).

En 1898, por invitación de Safonov, se unió al cuerpo docente del Conservatorio de Moscú y, aunque encontró sus actividades muy agotadoras, siguió componiendo. Cada vez se interesó más en la música orquestal y escribió “Reverie” (Moscow Symphony Orchestra, Igor Golovschin, piano) en 1898 y la “Primera Sinfonía” en 1899, esta última en seis movimientos con un final coral sobre textos que él mismo había concebido como alabanza al arte: 1.Lento, 2.Allegro drammatico, 3.Lento, 4.Vivace, 5.Allegro, 6.Andante (Deutscher-Symphonie-Orchester Berlin, dir. Vladimir Ashkenazy).

El año 1901 lo dedicó a la “Segunda Sinfonía” (Nikolai Golovanov, Great Symphony Orchestra of the USSR's All-Union TV/Radio) y desde 1902 una creciente preocupación por la filosofía y el misticismo precipitó un cambio radical en su pensamiento, su vida y su música. Las obras que van desde el “Op.30” hasta “Le Divin Poeme Op.43” (su “Tercera Sinfonía”) (The Philadelpia Orchestra, dir. Riccardo Muti) representan el intenso surgimiento de un estilo más individual. La alta productividad de 1903 fue el resultado de un idioma más personal, la necesidad de obtener dinero para no trabajar en el Conservatorio y su estudio de la filosofía, especialmente la de Nietzche. Planeó una "ópera filosófica", probablemente la semilla del largamente pensado pero nunca escrito “Mysterium".

Scriabin y Tatiana con su hijo Julian
La nueva dirección también se apreció en su vida personal. Dejó Rusia y pasó seis años en Italia, Suiza y Bruselas, abandonando a Vera y a sus cuatro hijos por una joven admiradora, Tatiana Schloezer. La devoción de esta mujer a Scriabin estimuló su música y sirvió para estrechar aún más su mirada dentro de un mundo cada vez más egocéntrico en el cual la creatividad y el genio propios llegaron a ser su exclusivo interés. En 1905 conoció la enseñanza teosófica de Madame Blavatsky y rápidamente la colocó en un sitial de privilegio por sobre Nietzche. Llenó libretas de apuntes con notas filosóficas, la mayoría inconexas, y un extenso poema, (El poema del éxtasis), se convirtió en la base de su siguiente obra orquestal así como de la “Quinta Sonata”. Aunque en las obras para piano que van desde el “Op.44 al Op.57”, Preludio nº 3 Opus 45 (Glenn Gould), se adentró en un nuevo estilo, esto quedó mejor representado por “Le Poeme de l'Extase” para orquesta (Chicago symphony orchestra, dir. Pierre Boulez), completado en 1908 y estrenado ese año en Nueva York.


En 1908 Scriabin conoció a Koussevitzky y desde entonces este último se encargó de sus asuntos, tal como lo había hecho Belyayev previamente, actuando como manager de conciertos y editor.

Convenció a Scriabin que retornara a Rusia y la interpretación de “El Poema del Éxtasis”, tanto en Moscú como en San Petersburgo, generó extraordinario fervor y colocó a Scriabin a la vanguardia de los compositores contemporáneos. Al volver a Bruselas comenzó a trabajar en “Prometeo”, Parte 1, Parte 2 y Parte 3 (Vladimir Krainev, piano; Frankfurt Radio Symphony Orchestra, dir. Dmitri Kitayenko), última obra orquestal, la que involucró con el empleo de luces de colores en la partitura como paso preliminar hacia la fusión de las artes y los sentidos que se concretaría definitivamente en “Mysterium”. Después que Prometeo fue completada en 1910 (y estrenada en 1911 en Moscú sin la parte de los colores), Scriabin se concentró una vez más en la música para piano.

Las obras de los años que anteceden a su muerte, desde el “Op.58” en adelante, revelaron un refinamiento y perfección de su idioma maduro. Esto se aprecia mejor en las últimas “cinco sonatas para piano”, todas en un movimiento, Sonata Nº.7 “Misa Blanca” (Vladimir Ashkenazy), Sonata Nº.9 Op.68 “Misa Negra” (Vladimir Horowitz). Las finales incluso llevan el modernismo hasta sus límites dejando la tonalidad. En estos últimos años continuó viajando ampliamente, ofreciendo recitales y disfrutando con satisfacción el éxito universal de sus obras orquestales en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. Visitó Londres en 1914 y le apareció una erupción en su labio superior que eventualmente se infectó. A comienzos de 1915 ofreció tres recitales en Petrogrado pero tuvo que ser operado varias veces en un intento por frenar una septicemia. Esto le causó la muerte en el mes de abril.

Hubo una clara relación entre el egocentrismo de Scriabin y el desarrollo singular de su música desde el estilo tranquilo y derivativo de su juventud a las obras profundamente progresivas de sus últimos años. Su compulsivo interés en la teosofía y el misticismo fue compartido por muchos en esa época, especialmente en Rusia. Scriabin creía en la próxima regeneración del mundo a través de un cataclismo. El nuevo Nirvana surgiría desde su propia creatividad prometeica y combinaría todas las artes y apelaría a todos los sentidos en una gran síntesis. Con este fin pasó doce años planeando y discutiendo “Mysterium” Parte 1/5, 2/5, 3/5, 4/5, 5/5 (Yurlov Russian Choir & Moscow Philharmonic Orchestra, dir. Kiril Kondrashin) y su eventual interpretación en un templo hindú. Incluso aceptó el inicio de la guerra de 1914 como un paso inicial hacia la regeneración cósmica.


Pero la música tan sensual y sugerente de Scriabin sufrió un inevitable revés en la década del 20 cuando los estilos románticos tardíos fueron desacreditados. Stravinsky personificó el nuevo espíritu y la reputación de Scriabin decayó después de la guerra. Solamente un estudio posterior, mucho menos arbitrario, permitió apreciar de mejor manera sus logros y el deleite que pudo provocar la asociación de la música con todos los medios visuales.

Es interesante tener en cuenta la manera y la rapidez en que Scriabin consiguió forjar un estilo propio independiente de sus raíces musicales. Su lenguaje no puede ser enlazado directamente con otros compositores de la escuela rusa, aún cuando él admiró la música de sus colegas y aprendió mucho de ella. Aparte de la poderosa influencia de Chopin, que se confinó casi exclusivamente a la música para piano, es posible encontrar algunos hitos de Liszt, Wagner y Franck. Pero estos desaparecieron tan pronto como Scriabin comenzó a explotar armonías más avanzadas y desarrollar un estilo propio a partir de 1903.

Las últimas obras de Scriabin, desde 1910 a 1915, están estructuradas sobre elementos armónicos en vez de temas, usualmente variantes del así llamado "acorde místico". Otra característica es la aparente disolución del tiempo, lo que condujo a formas cada vez más condensadas. Así como las primeras sonatas y sinfonías empleaban la forma sonata y procedimientos cíclicos de manera convencional, las últimas seis sonatas, “El Poema del Éxtasis” y “Prometeo” están concebidas en un movimiento, menos importancia en la estructura temática y mayor énfasis en patrones armónicos e intensidad de texturas.

'Clavier à lumières'
En "Prometeo", se incluye una parte para "clavier à lumières",  un órgano colorido diseñado específicamente para la sinfonía. Era tocado como un piano, pero proyectaba luces de colores en una pantalla del teatro donde se presentaba en vez de notas. Scriabin tuvo pocos alumnos y nunca contempló la continuidad de su propio lenguaje musical. Algunos compositores, como Prokofiev, Szymanowski y Bridge, cayeron brevemente bajo su influencia. Pero sin duda el más cercano a Scriabin en términos de combinar lo sensual con lo místico fue Messiaen. Desde una perspectiva amplia, Scriabin puede ser visto como un compositor realmente visionario que inició un nuevo lenguaje musical, como Schoenberg y Debussy lo estaban haciendo al mismo tiempo, no menos radical y avanzado que el de ellos y rompiendo decisivamente con la tonalidad. Pero su prematura muerte deja mucho a la imaginación sobre lo que pudo ser su posterior aporte.


HABILIDAD SINESTÉSICA
Scriabin poseía sinestesia, la habilidad de percibir mediante un sentido, estímulos normalmente perceptibles mediante otro sentido. En el caso de Scriabin, él se jactaba de poder oír colores.

Scriabin se vio fuertemente influido por la habilidad sinestésica en su obra musical. Su principal virtud fue asociar cada tonalidad con un color determinado, creando así un modelo. Su sistema de colores, a diferencia de la mayoría de las experiencias sintestésicas, se ordena según el círculo de quintas; basado en el sistema que Isaac Newton describe en su libro 'Opticks'. Nótese que Scriabin, según sus estudios teóricos, no reconocía diferencias entre una tonalidad mayor y otra menor con el mismo nombre, (por ejemplo: Do Mayor y Do Menor). Muchos de los trabajos de Scriabin en esta materia están influidas por doctrinas teosóficas.

En su autobiografía “Recolecciones”, Sergéi Rajmáninov grabó una conversación que él había tenido con Scriabin y Rimsky-Korsakov (quien también poseía la condición) acerca de la habilidad sinestésica de Scriabin. Rajmáninov se sorprendió al darse cuenta de que la asociación entre notas y colores era la misma en ambos, aunque escéptico, luego logró darse cuenta que Scriabin asociaba un Mi bemol con púrpura, mientras que Rimsky-Korsakov con azul. Sin embargo Rimsky-Korsakov protestó que un pasaje de la ópera de Rajmáninov “El miserable caballero” sustentaba su asociación; la escena en la que el viejo barón abre un baúl con un tesoro lleno de oro y joyas brillando estaba escrita en Re; es decir en amarillo oro. Scriabin escribió a Rajmáninov diciéndole que "su intuición ha seguido inconscientemente las leyes que su razón ha negado"

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