Era hijo de una de las familias más importantes de esta ciudad. Siendo muy joven se trasladó a Bolonia, ciudad en la cual estudió violín con destacados maestros, como Giovanni Benvenuti y Leonardo Brugnoli entre quienes despertó un gran interés debido a sus aptitudes. En 1675 pasó a Roma, e inmediatamente ganó cierta notoriedad, lo que le valió ser recibido por la reina Cristina de Suecia y entrar al servicio del cardenal Pietro Ottoboni. En 1682 se convirtió en primer violinista de la orquesta de capilla de la iglesia de San Luis de los Franceses, la iglesia nacional de la comunidad francesa en Roma. En 1684 ingresó en la Congregazione dei Virtuosi di Santa Cecilia, el mismo año que adoptó el nombre de Arcomelo Erimanteo. Para 1700, Corelli era ya primer violinista y director de conciertos del Palacio de la Cancillería. Su fama era tal, que en 1706 ingresó en la Academia de la Arcadia, una altísima distinción en esa época, donde conoció a Domenico Scarlatti. Dos años después conocerá a Händel.
Corelli se dedicó intensivamente a la dirección musical y a la composición, creando una obra de gran valor e influencia en la historia de la música. Su obra es, en cierto modo, insólita para la época, pues dedicó sus esfuerzos exclusivamente a la música instrumental, con preferencia al violín, obviando la música dramática. Corelli fue el primer compositor que alcanzó la fama musical sin dedicarse a la música cantada. No existieron músicos del siglo XVIII que se vieran libre de su influencia. Y consciente o inconscientemente, fueron muchos los que le rindieron homenaje, disertando sobre sus obras (Veracini), reelaborándolas (Geminiani), tomando prestados sus temas (Bach, BWV 579) o construyendo una serie de variaciones sobre ellos (Tartini), imitando expresamente su estilo (Telemann, Galuppi), dedicándole sus obras (Couperin, Valentini), bautizando con su nombre algún movimiento (Dandrieu) o, sobre todo, siguiendo sus modelos, concretos o genéricos. La lista sería interminable.
Destacaremos, pues, como únicos, pero señeros ejemplos, de la nutridísima serie de “Folías”, aparecidas en aquella centuria, la de Vivaldi (que cerraba además, como ocurría en Corelli, una publicación), y entre los “concerti grossi”, los doce que, conformando su Opus 6 (más simbolismo añadido), compuso Händel en 1739.
Corelli fue tremendamente famoso en vida, tanto como compositor como, sobre todo, intérprete de sus propias obras. Solían llamarlo el “Príncipe de los músicos”. Famoso por la dulzura de su carácter, se cuenta que, en una ocasión, mientras se hallaba tocando el violín en un concierto ante una concurrida multitud, el músico advirtió que todo el mundo se ponía a hablar. Interrumpió suavemente su interpretación, dejó el violín en medio del salón, y se levantó para marcharse, diciendo que temía interrumpir la conversación. Corelli falleció en la cumbre de la fama en Roma el 8 de enero de 1713, siendo enterrado en el panteón de la iglesia de Santa María ad martires (el Panteón de Roma).
Violinista de la corte de Luis XIV |
Conforme el violín iba cobrando mayores adeptos entre la sociedad italiana, sobre todo gracias a su evidente potencial virtuosístico, comenzó a incrementarse el número de violines en los grupos instrumentales que se iban conformando, así como la relevancia de su participación en las obras musicales. Un ejemplo notable al respecto fue, durante el siglo XVII en la corte de Luis XIV, el célebre conjunto llamado los “Veinticuatro violines del Rey”. Fue entonces cuando Corelli concibió la posibilidad de conjuntar de modo magistral ambos elementos al dotar de un nuevo esquema y personalidad musicales la forma musical denominada “concerto grosso”, cuya trascendencia impactaría la evolución de la composición musical al tiempo que fomentaría el desarrollo orquestal.
Obra:
• 12 "Concerti grossi", opus 6 (1714):
- Nº 1 Concerto grosso en Re mayor para dos violines, violoncelo, cuerdas y bajo continuo. (Philharmonia Baroque Orchestra dir. Nicholas McGegan)
- Nº 2. Concerto grosso en Fa mayor (Música Amphion, dir. Pieter-Jan Belder)
- Nº 3. Concerto grosso en do menor (Sydney Camerata Chamber Orchestra)
- Nº 4. Concerto Re mayor (Hespèrion XXI & Jordi Savall)
- Nº 5. Concerto grosso en Si♭ mayor (Europa Galante, dir. Fabio Biondi)
- Nº 6. Concerto grosso en Fa mayor (Fabio Biondi & L'Europa Galante)
- Nº 7. Concerto grosso en Re mayor (Europa Galante, dir. Fabio Biondi)
- Nº 8. Concerto 'Fatto per la Notte di Natale' (Concierto de Navidad) (Freiburger Barockorchester, dir. Gottfried Von Der Goltz)
De los doce concerti grossi, destaca éste último como ejemplo de pureza y equilibrio; obra que dedicó a su mecenas Ottoboni en ocasión de la noche de Navidad y que fue estrenado en el Vaticano, probablemente hacia 1690. Su estructura, subdividida en movimientos alternados por su carácter (allegro-adagio), anuncia la que habrían de seguir las principales formas mayores de los periodos musicales subsecuentes antes referidas.
Finalmente, es importante resaltar que su producción camerística destacó también en la elaboración de sonatas para tres instrumentos en diferentes combinaciones: dos violines y violoncelo; dos violines, viola y violoncelo o clave; dos violines y flauta, así como violín, violoncelo y clave.
- Nº 9. Concerto grosso en Fa mayor (Música Amphion, dir. Pieter-Jan Belder)
- Nº 10. Concerto grosso en Do mayor (Rémy Baudet, Sayuri Yamagata, Richte van der Meer, Hank Heyink & Pieter-Jan Belder)
- Nº 11. Concerto grosso en Si♭ major (Europa Galante, dir. Fabio Biondi)
- Nº 12. Concerto grosso en Fa mayor (Europa Galante, dir. Fabio Biondi)
• 12 sonatas en trío para dos violines y violonchelo, opus 1 Nº 12 (1681)
• 12 sonatas en trío sonatas para dos violines y violoncelo, opus 3 (1689) (TCU Collegium)
• 25 sonatas en trío para dos violines, viola y clave, opus 4 (1694); (Rémy Baudet & Sayuri Yamagata, violines; Albert Brüggen, cello; David van Ooijen, archilaúd; Pieter-Jan Belder, clavecín)
• 12 Sonatas para violín, violonchelo y clave, opus 5 (1700) (Andrew Manze, violín & Richard Egarr, clavecín)
Maravillosa reseña
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