El 14 de Octubre de 1872 nació en Viena el compositor y director de orquesta austriaco Alexander von Zemlinsky. Nacido en el seno de una familia de complejas raíces culturales –padre eslovaco católico luego convertido al judaísmo y madre nacida en Sarajevo de familia a medias sefardí y musulmana–, Alexander mostró desde los cuatro años claras inclinaciones hacia la música.
Su formación tuvo lugar en el prestigioso conservatorio vienés hasta 1889 y ya, en 1893 daba a conocer sus primeras composiciones de cámara, que merecieron elogios de Brahms. Sus primeros cuarenta años de vida transcurren en la capital del imperio austro-húngaro, alternando sus tareas docentes con las de director musical de diversos teatros. La partícula “von” del apellido paterno se la añadió Adolf Zemlinsky para hacer sonar su apellido más aristocrático.
Alma Schindler en 1920 |
Zemlinsky en 1930 |
Zemlinsky y Schönberg |
Dirigió la orquesta del Karlstheater de Viena desde 1899 y más tarde a la orquesta de la Hofoper. También dirigió los conjuntos de Mannheim (1909) y la orquesta Krolloper de Berlín (1927), cargo que compartió con Otto Klemperer hasta 1932. En 1938 se trasladó a Estados Unidos. La relación musical de Schönberg y Zemlinsky se mantuvo durante toda la vida. Murió en Larchmont (Nueva York) el 16 de marzo de 1942.
Es autor de las siguientes obras:
Música de cámara
• “Cuarteto de cuerdas nº 1” Op.4 (1913-15) (Nikita Boriso-Glebsky-1er violín, Wayne Lee-2º violín, Mark Holloway-alto, Michal Korman-cello)
• "Cuarteto de cuerdas No.4" Op.25 Adagietto (Artis Quartett Wien)
Tres sinfonías y una Sinfonieta
• “Sinfonía Lírica”. Sus textos provinieron del poeta hindú y premio Nobel de literatura Rabindranath Tagore. Los pasajes cantados se intercalan entre la soprano y el barítono. Deliberadamente, no se evidencia continuidad entre los siete cuadros sinfónico-vocales de esta composición. Incluso, al interior de cada parte, se anuncian silencios desconcertantes. Esta perdida de unidad continua posee una interesante dimensión simbólica. La ruptura de la unidad del discurso se muestra como una sospecha al valor del todo composicional. O quizás a la incapacidad de la música del siglo XX en mantener los vasos comunicantes de la obra integral. Sin embargo, la belleza esta ahí. Sobre todo en el Molto adagio con el barítono cantando: “la paz, mi corazón”.
Las partes de la Sinfonía Lírica Op 18 son las siguientes:
1. Langsam: Bin Ich friedlos, durstig Ich bin nach fernen Dingen ("Estoy inquieto y sediento de cosas lejanas") (Wiener Philarmoniker)
2. Lebbhaft: Mutter, der Prinz junge ("Oh, madre, el joven príncipe") (Belorussian Symphony Philharmonic Orchestra, Irina Krikunova)
3. Du bist die Abendwolke ("Tú eres la nube vespertina") (Rumen Dobrev - Barítono, Sofia Philharmony & dir. Alexey Kornienko)
4. Langsam: Zu mir Sprich Geliebter ("Háblame, amor mío") (Belorussian Symphony Philharmonic Orchestra, Irina Krikunova)
5. Feuring und kraftvoll. Befrei mich von den Banden deiner Süße, Lieb ("Libérame de las ataduras de tu dulzura, amor") (Rumen Dobrev - Barítono, Sofia Philharmony & dir. Alexey Kornienko)
6. Sehr massige viertel. Vollende denn das letzte Lied ("Termina entonces la última canción")
7. Molto adagio. Friede, mein Herz ("Paz, corazón mío") (Rumen Dobrev - Barítono, Sofia Philharmony & dir. Alexey Kornienko)
Toda la obra es de una calidad sobrecogedora, obviamente muy cercana -en espíritu y forma- al Canto de la Tierra de Mahler. “Friede, mein Herz” (Paz, corazón mío), tiene vínculos con “Der Abschied” (la despedida). Pero ciertamente posee autonomía propia y una grandeza propia también.
El texto es el siguiente:
Paz, mi corazón, que sea dulce el tiempo de la despedida.
Que no sea una muerte más, sino la totalidad de la muerte.
Deja que el amor se funda en la memoria y en el dolor de las canciones.
Deja que el vuelo siga hasta el final del cielo, cuando las alas desplegadas lleguen al nido.
Deja que el último toque de tus manos sea suave como la flor de la noche.
Quédate quieto, en este bello final, por un momento y di tus últimas palabras en silencio.
Me inclino ante ti y levanto mi lámpara para que la luz ilumine tu camino.
• “Sinfonía nº 2” (Gürzenich-Orchester Köln)
• “Sinfonieta Op 23”: II mov.; III mov. (Edgar Seipenbusch & The Slovak Philharmonic Orchestra)
Óperas:
• “Sarema” (1897), (Gürzenich-Orchester Kölner Philharmoniker, James Conlon & Soile Isokoski)
• “Es war einmal” (1900), (Gürzenich-Orchester Kölner Philharmoniker, James Conlon & Soile Isokoski)
• “Kleider machen Leute” (1910).
• “Eine florentinische Tragödie” (Una tragedia florentina) (1917), (Maria Riccarda Wesseling, soprano. Opéra National de Lyon).El propio compositor tradujo al alemán el texto de Wilde; un texto incompleto, por otra parte. Para suplir lo que debería haber sido una primera escena de amor entre Guido y Bianca, Zemlinsky escribe una amplia obertura que es un auténtico poema sinfónico de gran carga sensual. Siguiendo las pautas del drama wagneriano, la orquesta se convierte en intérprete de los pensamientos de los personajes, especialmente de Simone, con momentos en que bajo unas palabras amables se puede oír el motivo conductor alusivo a la muerte. La línea vocal de Simone se mueve sobre diversos ariosos, en contraste con los “parlati” de los otros dos roles. La obra va acumulando tensión dramática a base de ir reforzando cada vez los “ostinati” de los bajos en la orquesta, hasta culminar en la escena del duelo y muerte de Guido, momento de genial construcción musical que, cuando uno espera que vaya a desembocar en una apoteosis de la violencia con la muerte de la adúltera, se disuelve en un clímax lírico en los últimos compases.
• “Der Zwerg” (El enano” (1922) (Mary Dunleavy). Si se ha podido decir que bajo todas las óperas de Zemlinsky se descubren experiencias autobiográficas, nunca es ello más verdad que en el caso de El enano. El compositor pretendió de amores a su discípula Alma Schindler, que casi le escupió en su cara el rechazo riéndose de su poco agraciado aspecto. De hecho, la coleccionista de talentos se refería siempre a Zemlinsky como “ese enano horrible”. No es de extrañar, entonces, que el músico se sintiera conmovido por la trágica figura del enano. Zemlinsky recurrió entonces a Georg Klaren para el texto alemán, al que puso música entre 1919 y 1921. Al año siguiente, el 28 de mayo, se estrenó 'El enano' en el Neues Theater de Colonia. En 'El enano' se encuentra un desarrollo más unitario, una línea vocal igualmente desarrollada en todos los personajes, un continuo sonoro más fluido y teñido de una fuerte carga de expresividad romántica.
• “Der Kreidekreis” (1932), Acto I, Acto 2, Acto 3 (Stefan Soltesz, Gidon Saks, Reiner Goldberg, Celina Lindsley, Gertrud Ottenthal, Rundfunk-Sinfonieorchester Berlin, Warren Mok, Siegfried Lorenz, Gabriele Schreckenbach, Kaja Borris, Uwe Peter, Bengt-Ola Morgny, Renate Behle, Roland Hermann, Hans Helm & Peter Matic)
• “Der König Kandaules” - (El Rey Kandaules) (1942), (Hamburg State Philharmonic Orchestra). La última ópera del compositor austriaco, que quedó incompleta a su muerte en el exilio americano en 1942 y fue terminada por Antony Beaumont, sitúa a su autor, indiscutiblemente, como uno de los grandes nombres del teatro musical del siglo XX. Estrenada en Hamburgo en 1989, fue la famosa producción salzburguesa de 2002 la que lanzó la obra al interés mundial. Nagano plasma espléndidamente este lujurioso mundo sonoro que tiene sus raíces en Wagner y en Mahler, y que sirve de marco al drama de Gide sobre el rey que, incapaz de apreciar la belleza de su esposa, será castigado por ello con la muerte.
Lieders, poemas sinfónicos y algunos coros
• Poema sinfónico - fantástica banda sonora para el cuento de “La Sirenita” escrito entre 1901 y 1902. “Die Seejungfrau” La Sirenita 1/6, 2/6, 3/6, 4/6, 5/6, 6/6 (Czech Philarmonic Orchestra)
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