Su recuerdo obliga a encadenar palabras: no basta con “compositor francés”, sino que hay que dar toda la retahíla: “compositor-guerrillero-ingeniero-arquitecto francogrecorumano”, porque no se puede prescindir de ninguno de esos eslabones al valorar su vida y su obra. La banda sonora de su niñez era el piano de su madre y el frenesí de los músicos gitanos. A los cinco años perdió a su madre, hecho traumático que influyó poderosamente en su vida.
A los diez años lo enviaron a un internado en la isla griega de Spetsai. Allí, al sentirse extranjero, se encerró en la ciencia y en la música, fructífero encierro del que nació el Xenakis que todos conocemos: la criatura obsesionada con hacer música con medios matemáticos y en mezclar tan finamente el espacio y el tiempo que las artes plásticas y las musicales acabaran refundidas. Bien mirado, un plano de arquitecto es equivalente a una partitura, es una guía en papel que nos ayuda a desplegar volúmenes en el espacio o sonidos en el tiempo. A lo largo de su vida, Xenakis no hizo otra cosa que dejarse llevar por esas dos obsesiones.
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| Iannis en 1958 |
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| Le Corbusier y Xenakis |
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| Pabellón Philips de la Expo Bruselas 1958 |
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| Xenakis en 1960 |
En 1954, con la composición de “Metástasis”, inició sus experiencias en el campo de la música estocástica, donde los intérpretes (en su mayoría, de instrumentos tradicionales) han de leer una partitura producida sobre la marcha por un ordenador programado por el compositor. Siguieron luego “Achorripsis” (1958), para 21 instrumentos, “Atrées” (Hommage à Blaise Pascal), para diez instrumentos, y “Morsima-Amorsima”, para cuatro instrumentos, estas dos últimas (1962) basadas en un mismo programa y utilizando un ordenador IBM 7090.
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| Detalle de la partitura de 'Pithoprakta' |
En 1966 fundó en París el Centre d'Études de Mathématique et Automatique Musicales (CÉMAMU), y en 1974 ideó un ordenador llamado UPIC (Unidad Poliagógica Informática del CÉMAMU) que constituye un instrumento de composición accesible a todo el mundo, con el que se compusieron “Mycènes” (1978) y “Voyage absolu des Unari vers Andromède” (1989).
Otras de sus obras son “Pithoprakta” (1955-1956), “Duel” (1959), para dos orquestas y dos directores, “Eonta” (1964), “Akrata” (1964-1965), para 16 instrumentos de viento, “Oresteïa” (1965-1966), “Terrêtektorth” (1965-1966), para 84 intérpretes diseminados entre el público, “Nomos alpha” (1966), “Medea” (1967), “Nomos gamma “(1968), para gran orquesta, “Nuits” (1968), sinfonía vocal, “Antikhton” (1971), ballet para orquesta y micrófonos, “Persepolis” (1971), para cinta magnetofónica, “Eridanos” (1973), “Cendrées” (1974), para coros y orquesta, ”À Hélène” (1977), “Kottos” (1977), “ Mists” (1981), “Akea” (1986), “Kyania” (1990).Se interesó también por la electroacústica “Diamorphoses” (1957) y creó varios espectáculos multimedia “Polytope” (1967); “La Légende d'Eer” (1977), con flashes electrónicos y rayos láser). Es también autor de varios textos teóricos, como “Musiques formelles” (1963), “Vers une métamusique” (1967),” Vers une philosophie de la musique” (1968) y “Espace musical, espace scientifique” (1986).
XENAKIS Y LE CORBUSIER La música y la arquitectura -








Hice mi tesis de música sobre Xenakis. Este blog me trajo gratos recuerdos.
ResponderEliminarJuan Manuel Cubillos.