08 junio 2012

Erwin Schulhoff


El 8 de junio de 1894 nació en Praga el compositor checoslovaco de origen judío Erwin Schulhoff. Tras estudiar durante su infancia en el Conservatorio de Praga, se trasladó a Viena y cursó estudios superiores en Leipzig y Colonia, donde ganó el Premio Mendelssohn en las especialidades de piano (1913) y composición (1918).

Schulhoff en 1917
Recibió clases de Debussy y Reger y durante los años de la Primera guerra mundial sirvió en el frente, experiencia bélica que le llevo a desarrollar un antibelicismo radical. A partir de 1919 entra en contacto con la vanguardia artística alemana. Tras el paréntesis de la Primera Gran Guerra, vuelve del frente más radicalizado en su estética artística. Abraza con entusiasmo las nuevas vanguardias como el Dadaísmo, de la mano de su amigo George Grosz, que pronto abandona pero que le lleva a descubrir y adentrarse en terrenos jazzísticos (Partita, 1920) y se abre a diversas tendencias que van desde el atonalismo de Schoenberg y Alban Berg, estética por la que nunca se sintió especialmente atraído, hasta el neoclasicismo de Hindemith y Stravinsky, pasando por influencias profundas del expresionismo musical.

Durante los años veinte desarrolla una intensa labor como virtuoso pianista de extraordinaria y luminosa técnica. Muy influido por el piano de Chopin, Liszt y Scriabin, llegó a presentar un estilo propio denominado por él mismo como tridimensional. Siempre a la búsqueda de una más amplia paleta de colores y efectos tonales desarrolló una técnica de pedal que le permitía una amplia variedad de ataques y articulaciones de notas, suaves y precisas, de grandes contrastes dinámicos, cercana a la escuela impresionista francesa.

Dotado además de una extraordinaria memoria y una excelente capacidad de improvisación, su tarea instrumentista no se limitó solamente al campo de la música culta de vanguardia sino también al mundo del jazz, faceta que le llevó a trabajar en numerosos Hot Jazz Club de toda Europa. Esboza un ballet con Tzara y sus 'Zehn Themen' (diez temas) para piano surgen de una colaboración con Otto Griebel. También organiza una serie de conciertos en Dresde en los que se interpreta música de la Segunda Escuela de Viena.

En 1913 compone el “Concierto para Piano-forte y orquesta opus 11” Parte 1, Parte 2 y 3 (Jan Simon, piano & Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga). Es en esta época cuando empieza a componer sus obras de madurez.  En 1923 regresa a Praga, donde gana reputación como concertista gracias a su formidable técnica pianística. En sus programas hace hincapié en la música de vanguardia, estrenando las primeras obras microtonales para el instrumento. A los pocos meses de su regreso se estrena en Bratislava su 'ballet-misterio' “Ogelala”, obra escénica de inspiración primitivista. El escándalo en el estreno de la obra, le consagra como el principal valor de la vanguardia musical checoslovaca.



Un año más tarde comienza su ciclo de sinfonías, y en 1927 se estrena su primera ópera, “Flammen” Acto 1, Acto 2 (Marcus Creed chorus Master & Deutsches Symphonie-Orchester Berlin, Dir: John Mauceri), que algunos han considerado la mejor realización operística sobre el mito de Don Juan del siglo XX.

Su ciclo de sinfonías comienza con la “Sinfonía nº 1” (1925) (Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga & Vladimír Válek); y la “Sinfonía nº 2” (1932) (Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga & Vladimír Válek). También de ese mismo año es el “Concierto para violín” (Ivan Ženatý, violín). En la técnica serial de la época Schulhoff compone sus “Once invenciones” para piano. Entre las obras jazzísticas de estos años, se encuentra la pieza “Hot- sonata para saxofón alto y piano” (1930) (Moritz Reinisch, saxofón; Shusan Huhanyan, piano) y la “Suite dansante en jazz para piano” (1931)

A partir de los años treinta se comprometió con el realismo socialista, influyendo en su labor compositiva que se vuelve más austera, didáctica y comprometida. A este patrón corresponden sus últimas cuatro Sinfonías, la Tercera (1935) (Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga & Vladimír Válek) dedicada a los huelguistas de Eslovaquia, la Cuarta (1936) a los combatientes de la Guerra Civil española 1936, para la que se sirve de un poema de Ondra Lysohorsky titulado "Morir en Madrid";

la “Sinfonía Nº 5: Adagio” (1940) (James Conlon & Bavarian Radio Symphony Orchestra) escrita en un estilo heroicamente estalinista, y la Sexta"Svobody" para coro y orquesta “Sinfonía de la Libertad”, compuesta en el campo de concentración, es una de las obras emblemáticas del Holocausto) e incluso se atreve a componer una Cantata para cuatro solistas sobre el Manifiesto Comunista.
En su vida privada da un paso más allá y toma la nacionalidad soviética. Tras la invasión nazi de Checoslovaquia, Schulhoff trata de huir a la URSS, pero cuando ya está ultimando los preparativos de su partida es arrestado. En 1941 es enviado al campo de concentración de Wülzburg (Baviera). Allí enferma de tuberculosis, pero aún compone su testamento musical, la “Sinfonía nº 6: Sinfonía de la Libertad”, que junto con la Sonata 27. IX. 1945 de Karl Amadeus Hartmann es considerada una de las obras musicales más significativas del Holocausto. Schulhoff muere en el citado campo de concentración el 18 de agosto de 1942.

1 comentario: