El 6 de enero de 1872 nació en Moscú el compositor y pianista ruso Alexander Scriabin, considerado uno de los mayores exponentes del postromanticismo y el atonalismo libre. Fue uno de los compositores más influyentes e innovadores de la historia de la música.
El joven Alexander |
Scriabin mostró a temprana edad su talento como pianista y eventualmente formó parte de la gran generación de pianistas rusos que incluyó a Rachmaninov, Lhevinne y Medtner. A los 11 años comenzó su formación con Georgy Konyus y en 1884, por recomendación de Taneyev, se unió a la clase de Zverev, teniendo como compañero a Rachmaninov. Los dos fueron siempre amigos a pesar de los posteriores intentos de la prensa por establecer una rivalidad entre ambos. Desde 1885 Scriabin estudió teoría con Taneyev y comenzó a componer. También escribió poesía.
Josef Hoffman y Scriabin en 1891 |
Mitrofan Petrovich Belyayev |
En 1895 Belyayev envió a Scriabin a una gira por Alemania, Suiza, Italia y Bélgica. Una segunda gira en 1896 le llevó a París, Bruselas, Berlín, Ámsterdam, La Haya y Roma. Durante ambos viajes Scriabin siguió componiendo intensamente. “Los Preludios ops. 11,13,15,16 y 17 datan de este periodo, Prelude Op.11 No.13 (Scriabin) así como la “Segunda Sonata” (Vladimir Sofronitsky), el “Poema Sinfónico” y otras partituras. A su retorno a Moscú en el otoño de 1896 compuso el “Concierto para Piano Op.20” (The New York Concerti Sinfonietta & Jeffrey Grogan; Owen Zhou, piano).
Se relacionó con una joven pianista, Vera Ivanova Isaakovich, graduada del conservatorio y admiradora de su música, con quien, a pesar de las protestas de sus tíos, se casó en agosto de 1897. La pareja se trasladó a Odessa, donde Scriabin estrenó el Concierto para Piano, y luego viajó a París por cinco meses, lugar en el que él trabajó principalmente en la “Tercera Sonata” opus 23 III. Andante- IV. Finale: Presto con fuoco (piano: Vladimir Horowitz).
En 1898, por invitación de Safonov, se unió al cuerpo docente del Conservatorio de Moscú y, aunque encontró sus actividades muy agotadoras, siguió componiendo. Cada vez se interesó más en la música orquestal y escribió “Reverie” (Moscow Symphony Orchestra, Igor Golovschin, piano) en 1898 y la “Primera Sinfonía” en 1899, esta última en seis movimientos con un final coral sobre textos que él mismo había concebido como alabanza al arte: 1.Lento, 2.Allegro drammatico, 3.Lento, 4.Vivace, 5.Allegro, 6.Andante (Deutscher-Symphonie-Orchester Berlin, dir. Vladimir Ashkenazy).
El año 1901 lo dedicó a la “Segunda Sinfonía” (Nikolai Golovanov, Great Symphony Orchestra of the USSR's All-Union TV/Radio) y desde 1902 una creciente preocupación por la filosofía y el misticismo precipitó un cambio radical en su pensamiento, su vida y su música. Las obras que van desde el “Op.30” hasta “Le Divin Poeme Op.43” (su “Tercera Sinfonía”) (The Philadelpia Orchestra, dir. Riccardo Muti) representan el intenso surgimiento de un estilo más individual. La alta productividad de 1903 fue el resultado de un idioma más personal, la necesidad de obtener dinero para no trabajar en el Conservatorio y su estudio de la filosofía, especialmente la de Nietzche. Planeó una "ópera filosófica", probablemente la semilla del largamente pensado pero nunca escrito “Mysterium".
Scriabin y Tatiana con su hijo Julian |
En 1908 Scriabin conoció a Koussevitzky y desde entonces este último se encargó de sus asuntos, tal como lo había hecho Belyayev previamente, actuando como manager de conciertos y editor.
Convenció a Scriabin que retornara a Rusia y la interpretación de “El Poema del Éxtasis”, tanto en Moscú como en San Petersburgo, generó extraordinario fervor y colocó a Scriabin a la vanguardia de los compositores contemporáneos. Al volver a Bruselas comenzó a trabajar en “Prometeo”, Parte 1, Parte 2 y Parte 3 (Vladimir Krainev, piano; Frankfurt Radio Symphony Orchestra, dir. Dmitri Kitayenko), última obra orquestal, la que involucró con el empleo de luces de colores en la partitura como paso preliminar hacia la fusión de las artes y los sentidos que se concretaría definitivamente en “Mysterium”. Después que Prometeo fue completada en 1910 (y estrenada en 1911 en Moscú sin la parte de los colores), Scriabin se concentró una vez más en la música para piano.
Las obras de los años que anteceden a su muerte, desde el “Op.58” en adelante, revelaron un refinamiento y perfección de su idioma maduro. Esto se aprecia mejor en las últimas “cinco sonatas para piano”, todas en un movimiento, Sonata Nº.7 “Misa Blanca” (Vladimir Ashkenazy), Sonata Nº.9 Op.68 “Misa Negra” (Vladimir Horowitz). Las finales incluso llevan el modernismo hasta sus límites dejando la tonalidad. En estos últimos años continuó viajando ampliamente, ofreciendo recitales y disfrutando con satisfacción el éxito universal de sus obras orquestales en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. Visitó Londres en 1914 y le apareció una erupción en su labio superior que eventualmente se infectó. A comienzos de 1915 ofreció tres recitales en Petrogrado pero tuvo que ser operado varias veces en un intento por frenar una septicemia. Esto le causó la muerte en el mes de abril.
Hubo una clara relación entre el egocentrismo de Scriabin y el desarrollo singular de su música desde el estilo tranquilo y derivativo de su juventud a las obras profundamente progresivas de sus últimos años. Su compulsivo interés en la teosofía y el misticismo fue compartido por muchos en esa época, especialmente en Rusia. Scriabin creía en la próxima regeneración del mundo a través de un cataclismo. El nuevo Nirvana surgiría desde su propia creatividad prometeica y combinaría todas las artes y apelaría a todos los sentidos en una gran síntesis. Con este fin pasó doce años planeando y discutiendo “Mysterium” Parte 1/5, 2/5, 3/5, 4/5, 5/5 (Yurlov Russian Choir & Moscow Philharmonic Orchestra, dir. Kiril Kondrashin) y su eventual interpretación en un templo hindú. Incluso aceptó el inicio de la guerra de 1914 como un paso inicial hacia la regeneración cósmica.
Pero la música tan sensual y sugerente de Scriabin sufrió un inevitable revés en la década del 20 cuando los estilos románticos tardíos fueron desacreditados. Stravinsky personificó el nuevo espíritu y la reputación de Scriabin decayó después de la guerra. Solamente un estudio posterior, mucho menos arbitrario, permitió apreciar de mejor manera sus logros y el deleite que pudo provocar la asociación de la música con todos los medios visuales.
Es interesante tener en cuenta la manera y la rapidez en que Scriabin consiguió forjar un estilo propio independiente de sus raíces musicales. Su lenguaje no puede ser enlazado directamente con otros compositores de la escuela rusa, aún cuando él admiró la música de sus colegas y aprendió mucho de ella. Aparte de la poderosa influencia de Chopin, que se confinó casi exclusivamente a la música para piano, es posible encontrar algunos hitos de Liszt, Wagner y Franck. Pero estos desaparecieron tan pronto como Scriabin comenzó a explotar armonías más avanzadas y desarrollar un estilo propio a partir de 1903.
Las últimas obras de Scriabin, desde 1910 a 1915, están estructuradas sobre elementos armónicos en vez de temas, usualmente variantes del así llamado "acorde místico". Otra característica es la aparente disolución del tiempo, lo que condujo a formas cada vez más condensadas. Así como las primeras sonatas y sinfonías empleaban la forma sonata y procedimientos cíclicos de manera convencional, las últimas seis sonatas, “El Poema del Éxtasis” y “Prometeo” están concebidas en un movimiento, menos importancia en la estructura temática y mayor énfasis en patrones armónicos e intensidad de texturas.
'Clavier à lumières' |
HABILIDAD SINESTÉSICA
Scriabin poseía sinestesia, la habilidad de percibir mediante un sentido, estímulos normalmente perceptibles mediante otro sentido. En el caso de Scriabin, él se jactaba de poder oír colores.
Scriabin se vio fuertemente influido por la habilidad sinestésica en su obra musical. Su principal virtud fue asociar cada tonalidad con un color determinado, creando así un modelo. Su sistema de colores, a diferencia de la mayoría de las experiencias sintestésicas, se ordena según el círculo de quintas; basado en el sistema que Isaac Newton describe en su libro 'Opticks'. Nótese que Scriabin, según sus estudios teóricos, no reconocía diferencias entre una tonalidad mayor y otra menor con el mismo nombre, (por ejemplo: Do Mayor y Do Menor). Muchos de los trabajos de Scriabin en esta materia están influidas por doctrinas teosóficas.
En su autobiografía “Recolecciones”, Sergéi Rajmáninov grabó una conversación que él había tenido con Scriabin y Rimsky-Korsakov (quien también poseía la condición) acerca de la habilidad sinestésica de Scriabin. Rajmáninov se sorprendió al darse cuenta de que la asociación entre notas y colores era la misma en ambos, aunque escéptico, luego logró darse cuenta que Scriabin asociaba un Mi bemol con púrpura, mientras que Rimsky-Korsakov con azul. Sin embargo Rimsky-Korsakov protestó que un pasaje de la ópera de Rajmáninov “El miserable caballero” sustentaba su asociación; la escena en la que el viejo barón abre un baúl con un tesoro lleno de oro y joyas brillando estaba escrita en Re; es decir en amarillo oro. Scriabin escribió a Rajmáninov diciéndole que "su intuición ha seguido inconscientemente las leyes que su razón ha negado"
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